Repudio totalmente lo acontecido en Francia este fin de semana pero me genera más repudio lo que éste suceso ha desencadenado en las redes sociales. Es increíble que la solidaridad de algunos se convierta en una razón para insultar y juzgar a otros sin un propósito. El hecho de unirse a un dolor mundial usando la bandera de un país, no debería generar indignación y mucho menos terminar en una crítica destructiva.

Hemos dedicado las últimas décadas a evolucionar tecnológicamente y a su vez, hemos involucionado como humanidad descuidando los valores, la ética y la moral. Tenemos las mejores herramientas en la historia del hombre para crear un mejor mundo y lo único que hemos logrado es desarrollar intolerancia. Una maldita intolerancia que nos está matando.

Condenamos a los que disparan en contra de otros en un teatro, una escuela o a las afueras de un estadio pero sin darnos cuenta entramos a las redes y fusilamos con palabras de odio a quienes piensan diferente, manchando su opinión con nuestra propia ley. Asumimos, que siempre tenemos la razón y vemos la necesidad de destruir con crítica negativa a todo aquél que piensa diferente. Creemos que juzgando, criticando y destruyendo, estamos aportándole al mundo y lo único que realmente le estamos aportando al mundo, es más estupidez.

He leído miles de mensajes agresivos sobre la bandera en el perfil, mensajes del estilo de: “Nos indignamos con las muertes en París pero olvidamos que en Colombia todos los días asesinan gente y no decimos nada”. Y mi pregunta va para todos los que escribieron o llegaron a pensar lo citado, ¿usted ha hecho algo al respecto? Porque alguien sí lo hizo el viernes en Francia y se subió mucha gente a la causa. Si no lo ha hecho, ¿por qué no lo hace con su país en vez de agredir a alguien que quiere ser solidario con el dolor de otro?

Le hice esa misma pregunta a alguien que estaba ridiculizando la campaña (para los que no saben, cambiar la foto por una bandera o un símbolo es una campaña social) y me contestó lo siguiente: “Porque si escribo algo en contra de las Farc, me comienzan a tildar de Uribista”. Y tiene toda la razón. No toleramos la opinión ajena y encasillamos los pensamientos de los demás bajo unos estándares de bien o mal que siempre dirigen hacia un odio masivo.

Es como si estuviéramos condenados a estar equivocados. Cara, eres terrorista y sello, eres insensible. No importa de qué lado caiga la moneda siempre vamos a ser atacados por nuestros actos. Todos tenemos un arma apuntándole a la sien de nuestras opiniones y la mediocridad intelectual de la mayoría, dispara a diestra y siniestra, asesinando cualquier pensamiento diferente.

Poner la bandera de Francia no hace a una persona menos colombiana. Así como los que apoyaron el matrimonio gay cambiando su foto, no se volvieron gays. Pero de algo sí estoy seguro, los que critican esas iniciativas con comentarios estúpidos, sí se vuelven más estúpidos.

Comparto completamente el mensaje de esa imagen que da vueltas por las redes que dice algo como: “Si no está de acuerdo con el aborto, no aborte. Si no está de acuerdo con el matrimonio gay, no se case con un gay. Si no está de acuerdo con las drogas, no consuma. Si no está de acuerdo con las religiones, no haga parte de ellas. Pero no esté en contra de los que piensan diferente a usted”.

Yo lo complementaría con cosas básicas como, “Si no esta de acuerdo con que se decoren las casas de navidad en noviembre, no decore y si no está de acuerdo con este artículo, no lo lea”, porque ya veo que se me viene encima esta semana una horda de mensajes criticando sobre todo el tema de la decoración navideña.

No sé si es solo un comportamiento exclusivo de los colombianos o si en otras partes del mundo ocurre un fenómeno similar, de ser así, deberíamos comenzar a cambiar el pensamiento y nuestro comportamiento para dar ejemplo.

Hemos llenado las redes con jueces ácidos y despiadados, desfigurando el sentido original de las mismas, el sentido de acercar a las personas, unirnos en causas y construir sociedad sin importar la distancia. Por eso los invito a respetar los diferentes pensamientos, a aportarle al mundo y dejar a un lado esa maldita intolerancia.

 

@ElPrinciperro
Andrés Rodríguez E.

 

Lea también:

Me Mamé de Bogotá

Colombia es como el bruto de la clase