La tarea de ser padre o madre, asumir la responsabilidad de formar, educar, apoyar, orientar a los hijos es una tarea titánica que requiere una excelente disposición, formación, perseverancia y sobretodo amor.
Sin embargo, así como se requiere trabajo y dedicación, se requiere que uno como padre sepa llevar los momentos difíciles que la vida nos presenta, porque es allí precisamente, en esos momentos, en donde aprendemos y enseñamos importantes lecciones.
Sin embargo, muchas veces sobra la disposición y el interés, pero borramos de tajo lo que queremos enseñar con nuestro mal ejemplo. Creemos que los niños no entienden, que no son conscientes de lo que pasa a su alrededor. Sin embargo, es bueno saber que desde que nacemos hasta los tres años de edad vivímos una etapa de mayor desarrollo neurosensorial en donde todo lo que vemos, escuchamos, sentimos, lo asimilamos a nuestra estructura mental y cognitiva. Y así a lo largo de nuestras vidas.
Una muestra de ello es el manejo en casa de los medios de comunicación, de las plataformas tecnológicas y sus contenidos. Usualmente, buscamos que nuestros hijos no vean tanta televisión y nosotros vivímos «pegados» al televisor; le ponemos tiempo al uso de la Internet pero no podemos desconectarnos.
Ese es solo un ejemplo de la influencia de los padres sobre sus hijos. Por ese motivo, los dejo con un video muy interesante sobre el poder del ejemplo de los padres que es más educativo que cientas de palabras en este espacio.
Para la reflexión, para cerrar los ojos, tomar aire y preguntarse ¿qué ejemplo le doy a mis hijos?