Clic. Esa es la expresión que marca esta era: clic. Todo ha quedado reducido a eso, a un clic. Cuando Mc Luhan dijo que en el algún momento de la historia el mundo sería una aldea global, creo que nunca se imaginó que esa aldea quedaría reducida a un clic.

Y está bien, digo, en la medida que entendamos que el clic es simplemente una onomatopeya de lo que a diario escuchamos en nuestros dispositivos electrónicos y no la razón de ser de nuestra existencia.

Sin embargo mucho me temo que para muchos la solución de todo se reduce a un clic. Y me quiero referir al concepto de teletrabajo tan moda en el mundo empresarial y que ha generado debates a favor y en contra.

El Ministerio de Trabajo de Colombia, es su decreto 0884 del 30 de abril del 2012, nos dice que el teletrabajo es «producto del gran avance que ha tenido la tecnología de la información y las comunicaciones, (que) implica una nueva forma de organización para las empresas privadas y entidades públicas y por consiguiente de la administración de los recursos físicos, humanos y tecnológicos, en tanto no es necesaria la presencia física del trabajador en el local del empleador«. Más adelante, en el artículo 2 del mismo decreto, el Ministerio afirma que «es una forma de organización laboral, que se efectúa en el marco de un contrato de trabajo o de una relación laboral dependiente, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas utilizando como soporte las tecnologías de la información y la comunicación – TIC- para el contacto entre el trabajador y empleador sin requerirse la presencia física del trabajador en un sitio específico de trabajo«.

Resulta que el concepto de teletrabajo ha quedado reducido a las tic´s, al clic y a los procesos. Y lo afirmo porque el mencionado decreto solamente trata los horarios, medios tecnológicos, formas de contrato, aportes al sistema de seguridad social, el no pago del auxilio de transporte, la creación de una Red Nacional de Fomento al Teletrabajo, el papel del Ministerio de Información y las Comunicaciones (Mintic) y el fomento y uso de las tic´s en todo esto. Lo firman el Ministro de Trabajo, la Ministra de Salud y Protección Social, el Ministro Tic y la Directora del Departamento Administrativo de la Función Pública.

En ningún lado del decreto se mencionan las bondades que trae el teletrabajo para el trabajador; es más, en ningún momento se menciona a la familia como principal beneficiaria de esta modalidad laboral puesto que su esposo (a) e hijos se ven beneficiados por contar con la presencia del padre y/o madre en casa. No, no lo mencionan porque eso no es lo importante; lo importante es hablar de tic´s, de normas, de redes que jamás existirán y que no tendrán un papel decisivo en la vida de las personas. La familia no es importante, entonces no hay que tenerla en cuenta.

Qué bueno que el decreto incluyera un apartado en el cual, además de hablar de otras normatividades, se resaltaran los enormes beneficios para la familia, la infancia, las personas, las empresas y la sociedad, de la modalidad de teletrabajo, uno de los primeros pasos para contar con empresas y sociedades familiarmente responsables.

Hay que ver el caso chileno. Desde hace varios años se dieron a tarea de trabajar el concepto de teletrabajo como una parte de la gran estrategia de generar un país familiarmente responsable. Y los resultados se ven. Incluso las grandes empresas han creado la «Gerencia de Felicidad«, porque entienden el concepto desde su raíz y las tic´s son únicamente una herramienta que facilita la trasformación pero no es la transformación en sí misma.

Pero si todo lo reducimos a un clic, fácilmente estaremos expuestos a que nuestras familias sean vistas como elementos ajenos de una sociedad que reclama a gritos cambios y revoluciones morales y de valores. Y eso solamente lo puede hacer la familia. No un clic.

Punto aparte: Hay críticas a RCN Televisión por la serie «Tres Caínes«, específicamente de la Universidad de Antioquia, por relacionar la hermosa profesión de la Sociología con revolución, guerrilla, muerte, terrorismo, etc.
Respetuosamente les digo que no pierdan su tiempo. RCN TV contestará, hará unas aclaraciones pero seguirá produciendo para vender. Y si pasa por encima de la familia, como lo mencioné en un escrito anterior, lo hará con cualquiera.

Carta abierta a RCN Televisión
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