Como suele suceder en nuestro país, todo tiene un momento mediático. Mientras las cámaras de televisión afilen sus focos y los flashes saquen sus garras, la opinión pública, los políticos y oportunistas le prestan atención al tema de moda.

Así sucedió con «Tres Caínes», la vergonzosa producción de RCN, centro de debate nacional por un tiempo porque alababa a los victimarios y dejaba de lado a las víctimas. Críticas iban y venían; Gustavo Bolívar, creador del monstruo, se defendía argumentando que él solamente quería contar una parte de la historia del país, y mientras tanto un grupo de padres de familia montaba una campaña para que las empresas que pautaban en el programa se retiraran. Para RCN eso era censura, para las empresas una oportunidad de quedar bien y para muchos dejarse llevar por la ola de opinión pública y desahogar resentimientos en las redes sociales. Finalmente todo terminó en nada: el programa sigue con altos índices de sintonía, los padres de familia volvieron al trabajo y Bolívar asiste a cuanto foro lo invitan a dar su punto de vista mercantil y televisivo del país.

Pues bien, en estos temas, en los de la irresponsabilidad social de los medios de comunicación colombianos, siempre el centro de los ataques son RCN y Caracol. Y lo son por ser los más importantes, porque sus dueños tienen mucha plata (cosa que nos da envidia) y porque además manejan los bancos, las empresas de alimentos, las aerolíneas, la cerveza y muchos medios de comunicación (cosa que nos gustaría). Pero hemos dejado de lado otros canales de televisión pública, regional, local, que calladitos caen en lo mismo que los antes mencionados pero a los cuales nadie les presta atención. Y todo por culpa del mercado, del rating.

¿Alguien ha visto Citytv? Pues bien, Citytv es la estación local de televisión de Bogotá. Inició transmisiones en 2009 y comenzó bien. Se centraba en la ciudad, impuso los videografos, un estilo nuevo en la transmisión de las noticias y era el gran impulsor de las actividades de Bogotá como la Señorita Bogotá (no es mucho que digamos, pero bueno, era la reina de Bogotá…), las ferias locales y los grandes acontecimientos de la capital del país. Incluso era el único canal que tenía un programa de música en donde invitaban a los artistas locales. En definitiva era un espacio de la ciudad.

Sin embargo, con los años Citytv se ha convertido en un canal que no representa a Bogotá, a nadie, y presenta en su parrilla una programación que no respeta franjas, que no tiene en cuenta  ni a la familia ni a los niños de la ciudad. En otras palabras, un canal «erreceneizado» o «caracolizado». Y no lo digo por decirlo, su programación habla por sí sola.

Desde las 9:30 am nos aturden con «La mujer en el espejo», novela que se emitió por primera vez en 1997 y de la cual se hizo un remake en 2004; seguimos con «Naruto», serie manga sobre un ninja adolescente lleno de violencia y sangre; después del noticiero del mediodía (se salvan y lejos…), nos encontramos con «La mujer de Judas», telenovela mexicana full de odios, infidelidades, traiciones, cuerpos sudorosos, en fin; seguimos con «Hora Nick», basado en programas del canal Nickelodeon que dejan mucho que desear; así caemos en desgracia con «Pequeñas mentirosas», serie sobre cuatro adolescentes que para nada son ejemplo. Para no alargar el tema, finalizamos con «Dragon Ball Z», serie manga plagada de violencia.

Y eso que solamente me refiero a la programación entre semana. Los sábados y domingos estamos llenos de programas de corte amarillista, asesinatos, muertes misteriosas y demás. Por supuesto que tienen programas de otro corte, pero son pocos, como «Arriba Bogotá».

¿En dónde quedó Bogotá en Citytv? ¿En dónde están las familias, los niños y los adolescentes de Bogotá representados en el canal más allá de la violencia intrafamiliar, el maltrato, la pobreza y demás?
Creo, y lo digo hacia un canal que puede dar mucho y al que aprecio, que las familias bogotanas tienen muchas historias positivas que contar. Que los niños y adolescentes de la capital pueden aportar mucho con historias de valor, de vida, de respeto, de tolerancia y esperanza.

Como bogotano espero que Citytv recobre las historias de una Bogotá cuyas familias van al parque, pasean por la Plaza de Bolívar alimentando palomas, suben caminando o por teleférico a Monserrate, comen helado y  algodón de azúcar mientras miran asombrados la inmensidad de esta ciudad; familias que viajaron en bus eléctrico, por el horror de la Caracas, el Transmilenio y ven pasar buses del SITP vacíos. Ojalá tengan en cuenta las historias de niños y jóvenes que son ejemplo de superación, niños que ven esta ciudad de cemento como una metrópolis inacabable, que se reúnen cada domingo en el viejo parque del barrio a jugar un «picadito» o los niños que juegan alegres en la arenera del Parque Simón Bolívar. Qué bueno que en su programación veamos a las familias que sagradamente salen a la ciclovía cada domingo y que llenan parques y plazas cada vez que hay un evento artístico. En definitiva, que la familia, la infancia y la adolescencia bogotana estén presentes en el canal más allá de la entrañable Citycámara.

Amigos de Citytv: no sigan cayendo en la tentación del rating. Tienen un músculo financiero y una enorme capacidad creativa que les permite arriesgarse con programas de calidad para las familias de la capital.

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