Habiendo sido conjurado el paro docente, y habiendo regresado los colegios públicos del país a la normalidad académica, resulta apropiado discutir los alcances de esta acción; es decir, que se ganó, y mas importante, si valió la pena o no.
El acuerdo, disponible en este vínculo, presenta los acuerdos logrados entre los representantes de FECODE y los del gobierno nacional (Los ministros de trabajo, educación y hacienda), y que atienden los tres puntos presentados por los docentes, específicamente, el estatus de la evaluación de competencias, la calidad del servicio de salud y los aumentos salariales. En el caso del primer punto, es importante reconocer que la voluntad del ministerio se mantuvo frente a las pretensiones docentes frente a la eliminación de dicha evaluación, garantizando, cuando menos en el papel, la persistencia de los mecanismos que puedan garantizar un control a la calidad de los docentes Colombianos. Frente a este acuerdo, el reto consiste en garantizar que el mecanismo que la reemplace a partir de 2015 sea uno que sirva los intereses de la calidad educativa y no los de un ascenso rápido en el escalafón para acomodarse en una docencia de altos ingresos (Lo cual no tiene nada de malo) y poco esfuerzo (Lo que si resulta bastante cuestionable).
Con respecto al tema del cubrimiento en salud, lo obtenido es apenas esperable, es decir, era poco probable que frente a las denuncias de baja calidad en la prestación de dicho servicio, el ministerio no se comprometiera a tomar las acciones necesarias para garantizar el apropiado cumplimiento de los servicios contratados. En cierto sentido, se siente como un saludo a la bandera que deja bien a tirios y troyanos sin dar medidas concretas ante una situación la cual, si bien no es tan grave comparada con el estado general de la salud en el país, si requiere una evaluación.
Algo similar ocurre con el tema de la nivelación salarial, por cuanto dicha nivelación se hará de forma escalonada con recursos pre-existentes del Sistema General de Participaciones, lo que hace pensar que dichos recursos eventualmente se destinarían a dicha nivelación sin que la acción de paro para reclamarlos fuera necesaria, lo que me lleva a reafirmar mi posición frente al paro, considerándolo completamente innecesario e incluso contraproducente para la percepción del magisterio en la opinión pública nacional… La coyuntura sociopolítica actual hace que el paro haya sido visto como un intento de un grupo para sacarle provecho a la situación del candidato-presidente en la contienda electoral (Una línea de discurso que pude ver en la asamblea sindical en la que estuve.)
Es poco lo que queda por decir frente a esta situación, quizá, lo mas apropiado sea dejar estas palabras del poeta y actor Taylor Mali, sobre lo que logran los profesores.
Teachers make a god damn difference… Now what about You?