Presenté lo que en una época fue el examen de estado y ahora es la prueba saber 11 en agosto de 2001. En esa época el internet de banda ancha era una rareza y el máximo plus que podía tener un teléfono celular era el juego de la culebrita… El examen en ese entonces duraba un fin de semana entero, tenía areas de profundización, y no tenía preguntas abiertas. Andrés Burgos, bloguero de esta casa, relató la decepcionante experiencia que fue presentarlo, tanto para el como para sus compañeros de salón, y dejando la pregunta alrededor de que significa, ¿Que nos dicen esos óvalos rellenos con lápiz número 2?
La pregunta no va sobre la relevancia de un proceso evaluativo, este tiene que darse si o si, tenemos que saber como salen los estudiantes que terminan su educación media y al mismo tiempo, los resultados en estas pruebas nos dan uno de los muchos criterios con los cuales evaluar la calidad de la educación provista por una institución educativa determinada; esto nos lleva a preguntarnos entonces por el como evaluar, lo cual también se encuentra mediado por las circunstancias ambientales… El volumen de bachilleres del país convierte a la evaluación estandarizada en la alternativa mas viable, originada en los exámenes imperiales chinas y consolidada a través de las necesidades de selección de las fuerzas armadas estadounidenses durante la primera guerra mundial.
Ante este panorama, podemos refinar mas nuestra pregunta: ¿Como hacemos una evaluación estandarizada que nos de una imagen ajustada a la realidad de nuestros estudiantes? Para que dicha imagen sea efectiva, necesitamos un patrón oro, por decirlo de alguna manera, necesitamos establecer un perfil del estudiante que debe graduarse de los colegios colombianos en lo referente a sus capacidades en lo referente a lectura y escritura, lo cual incluye la escritura argumentativa y la lectura crítica, lo referente a razonamiento matemático y conocimiento científico, un perfil que establezca capacidades claras y que no se limite a utilizar los términos de moda en los paradigmas educativos y que cambie con cada nuevo ministro de educación.
Teniendo un perfil claro, el proceso de desarrollo del instrumento se simplifica de forma significativa tanto en términos de las preguntas a realizar como de los materiales a ser utilizados. en su entrada de blog, Burgos describe con bastante decepción como, en un aparente intento por lograr empatía con los estudiantes que toman el examen los materiales que ahora se utilizan han pasado de ser selecciones de Cortázar y Borges a fragmentos de la prosa rimbombante y vacía de Jodorowsky junto a una tira cómica cualquiera. El ICFES no puede confundir la relevancia de los materiales con una baja calidad, no tiene absolutamente ningún sentido si los materiales que se presentan en una evaluación no tienen una curva de dificultad que de hecho obligue a los estudiantes a utilizar las competencias que se supone, han perfeccionado durante once o mas años de instrucción escolar.
De ahí que sea absolutamente necesario que, en lugar de cambiar las mecánicas de la evaluación cada 2.5 años, el ICFES establezca un perfil claro y abierto del estudiante que debe terminar el grado 11 en Colombia, un esfuerzo abierto en el cual deben estar involucrados todos los actores del proceso escolar en el país, para que la próxima vez que un educador que elija tomar el examen como reto personal, no se sienta infinitamente decepcionado.