Recuerdo perfectamente que en 1993 mi hermano mayor participó a nombre del colegio en el que estábamos estudiando en la edición de Expociencia juvenil de ese año, el evento que reúne los proyectos científicos realizados por estudiantes de colegios de todo el país… Si la memoria no me falla, participó con un programa escrito en Basic sobre el sistema solar. Sin embargo, con el paso del tiempo, ese evento, que lograba recibir una medida aceptable de cubrimiento mediático se ha perdido en el tiempo hasta el punto que la misma Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia no parece ponerle mucha atención. En una época en la que se habla constantemente de la necesidad de crear innovaciones tecnológicas, ¿qué significa la educación científica en estos días?

Es una pregunta cuya respuesta no da espera, a fin de cuentas, el discurso oficial ha virado fuertemente hacia la necesidad de crear un ejército de emprendedores que creen las empresas del futuro, y eso solo puede ser posible con una educación científica efectiva desde la básica primaria por cuanto no es posible crear emprendimientos si no se tienen ideas sólidas, o mas aún si dichas ideas pueden ser generadas.

En este sentido, tenemos que mirar en qué estado se encuentra el discurso científico en Colombia y en su aparato educativo; si bien, afortunadamente, no estamos ante panoramas como el de los Estados Unidos en los que la idea de enseñar la teoría de la evolución es un exabrupto en mas de un estado, es claro que el impulso que se le está dando a la educación científica en el país merece ser repensado. Como sugería en el párrafo anterior, si se considera que la necesidad es graduar estudiantes capaces de generar emprendimientos, entonces debemos educarlos de tal manera que dicha aptitud (O actitud) sea desarrollada.

Es ahí donde empiezan a aparecer las dificultades. Si partimos del punto que el problema no es con el currículo, podemos decir entonces que está relacionado con lo que se hace en el salón de clases para incentivar en nuestros estudiantes la curiosidad científica, una cualidad que como están las cosas, no depende de disposiciones curriculares sino de las prácticas docentes, de docentes que logren, a través de sus prácticas en el aula de clase y de su actitud hacia la enseñanza de las ciencias despertar la curiosidad de los estudiantes en una época en la que Natalia París se erige como una voz ampliamente escuchada en contra de las vacunas. 

En épocas en las que se habla constantemente de gigantescas iniciativas a nivel nacional, quizá sea necesario entender que no siempre estas son necesarias, y que la mejora en la calidad de la educación científica en Colombia depende de iniciativas pequeñas que son divulgadas y socializadas.

@jackmulligan