Cuando inicié mis labores como docente en la Secretaría de Educación Distrital, en el año 2010, recuerdo bien que entre el grupo de docentes que llegamos a la institución seleccionada (Producto de un concurso que duró un año, no 2 y medio como el de ahora), había un abogado que ocuparía una plaza como docente de ciencias sociales en bachillerato… Dos semanas después, dicho abogado había renunciado a su cargo. El caso de este docente (Cuyo nombre ha escapado a mi memoria), es un ejemplo claro de otra de las variables que afectan al mejoramiento de la calidad educativa: ¿Como retenemos a los profesores principiantes?
Este efecto nocivo de la deserción docente temprana se presenta en varios niveles. En un primer lugar, en la medida que los docentes principiantes (Tanto licenciados como no licenciados) se retiran de forma temprana, es muy posible que docentes de calidad no tengan el tiempo de poner en práctica sus conocimientos dentro del aula, en segundo lugar, y como consecuencia, quedan plazas docentes abiertas que, mientras son ocupadas por docentes nombrados en propiedad, serán ocupadas por docentes provisionales, lo que pone a los estudiantes, en el mejor de los casos, con un docente que no sabe hasta cuando va a estar, y en el peor, con un carrusel de profesores, no siempre de la mejor calidad; así mismo, la deserción docente trae costos adicionales al aparato educativo en términos de nuevos procesos de contratación que se deben llevar a cabo.
Este fenómeno, que afecta mas a los docentes no licenciados que a los licenciados, encuentra su explicación en el hecho que los docentes principiantes llegan a un contexto que, las mas de las veces, les resulta completamente desconocido, con variables asociadas al contexto socioeconómico de los estudiantes y de sus familias que tienen un efecto directo y considerable sobre el desempeño académico, junto a una serie de prácticas pedagógicas con las que probablemente no están familiarizados en un 100%. Si bien hay un punto en el que la deserción docente es esperable por cuanto efectúa una selección natural sobre aquellas personas que ven la docencia como una salida fácil, llega a un límite en el que termina siendo perjudicial.
La mejor manera para resolver esta problemática viene a través del establecimiento, por parte del Ministerio de Educación y las entidades territoriales, de procesos estructurados de inducción a los docentes principiantes, los cuales vayan mas allá de la inducción a procesos administrativos y que no sean vistos solo como labores a ser llevadas a cabo por los departamentos de recursos humanos, procesos los cuales también acompañen a los docentes principiantes en su familiarización con las prácticas académicas, y de paso, silencien discursos como el de FECODE que ha dedicado muchos esfuerzos a minimizar y negar la contribución de los docentes no licenciados, evitando así la apertura de un dialogo basado en el intercambio de conocimientos, enfoques y prácticas.