Durante la semana pasada, se entregó la edición 2015 de los premios Compartir al maestro, que a lo largo de los últimos años han representado un esfuerzo por visibilizar la labor docente en el país. En esta ocasión, John Sandoval y Nancy Palacios, ambos del Valle, obtuvieron el reconocimiento como rector y docente respectivamente. ¿Que se puede decir al respecto de estos galardones?
En el caso de Sandoval, rector del liceo Alejandro de Humboldt, puede ser interpretado como el reconocimiento de una realidad relacionada con el papel de la escuela dentro del eventual posconflicto. La postura de las FARC al respecto ha terminado por asentar la confusión reinante alrededor de la presencia de menores en sus filas, sabiendo solo que están, pero teniendo muy pocos datos alrededor de su estatus. Aún así, es razonable suponer que estos menores, en un eventual escenario de dejación de armas y reinserción a la vida civil, tendrán necesidades educativas que deben ser respondidas de manera inmediata y decisiva con el fin de evitar un escenario en el que estos menores ex-combatientes terminen de nuevo en la ilegalidad y la criminalidad; en ese sentido, las iniciativas que garanticen una inclusión en el sistema educativo de estos menores siempre serán bienvenidas, al mismo tiempo que, en el caso de Sandoval, reconoce a los rectores que aceptan en desafío de asumir el liderazgo académico de sus instituciones.
El premio de Nancy Palacios y la profesora Palacios en si misma, dan una lectura interesante sobre la real situación de los docentes. En tanto mujer en mediados de los treinta de origen normalista y con estudios de posgrado, Palacios es una representante de un buen porcentaje de quienes integran el magisterio en Colombia (Recordando, que tal representatividad no aparece en la junta directiva de FECODE), por lo cual, los puntos de vista que ofrece Palacios resultan de mayor importancia para entender la verdadera posición de los docentes frente a la actual coyuntura educativa. El hecho que la justificación a su premio venga a partir de las prácticas de aula, un hecho reconocido por la misma Palacios subraya la idea alrededor del papel central que tienen las prácticas en el aula a la hora de evaluar la calidad de un docente, siendo, en su caso particular, prácticas que convierten a sus estudiantes en testigos y sujetos que reflexionan sobre el entorno en el que se encuentran; así mismo, también llama la atención como entiende la necesidad de la evaluación docente y su papel como instancia de mejoramiento a la calidad docente, dos mensajes los cuales, en la actual resistencia docente a la evaluación (A pesar de lo mucho que han tratado de decir los representantes de FECODE) resultan necesarios y altamente pertinentes.
Los premios Compartir, con su apoyo gubernamental resultan un poco resistidos por cuanto se puede considerar que representan una agenda en particular, pero eso no deslegitima las prácticas y puntos de vista de quienes los reciben quienes, a final de cuentas, son quienes están experimentando la realidad del salón de clases de primera mano y tienen la primera responsabilidad a la hora de ejercer un cambio en la misma.