Después de un aplazamiento causado por el paro docente de finales de abril, miles de estudiantes de décimo grado en todo el país presentan una nueva versión de las pruebas PISA (Programme for International Student Assessment), implementadas por la OCDE como un mecanismo para comparar el desempeño de los estudiantes de secundaria de sus países miembros, y que cada vez mas, adopta un papel crucial en la formulación de política educativa. Colombia, sin ser país miembro de la organización, ha empezado a presentar las pruebas cuyos resultados han dado pie a una buena serie de discusiones. ¿Que se puede esperar esta ocasión?

Es importante tener en cuenta como el hecho de presentar estas pruebas resulta de una importancia significativa para la política educativa colombiana. En 2013, cuando salieron los poco satisfactorios resultados de las pruebas presentadas en 2012, la discusión alrededor de los mismos parecía asumir que los resultados de Colombia rivalizarían con Singapur o Finlandia, países que tradicionalmente han tenido buenos resultados en estas pruebas; es necesario partir del punto que existe una brecha significativa de desempeño y de calidad entre los estudiantes y docentes colombianos, y los estudiantes y docentes de los países de alto desempeño, y lo mas importante, que el cierre de esa brecha será un proceso de largo aliento.

Como sugirió Richard Tamayo en su momento al hablar de las pruebas del año 2013, es necesario tener en cuenta que los estudiantes que presentan estas pruebas han atravesado la primaria, secundaria y media bajo la égida de la promoción automática, una medida que inicialmente buscaba mejorar los índices de desempeño pero terminó haciendo exactamente todo lo contrario, y en ese sentido, las iniciativas que busquen mejoras en el desempeño de los estudiantes, tendrán que lidiar con los efectos de esa medida por un buen tiempo, lo que lleva a intuir que si llega a haber mejoras en resultados, dichas mejoras no serán significativas. Por otro lado, también resulta necesario, para obtener el mejor provecho de los resultados que arrojen estas pruebas, tener un conocimiento detallado de las mismas y poder discriminar los resultados regionalmente, para poder comparar las regiones y ciudades de mejor desempeño, en un intento por recoger y difundir prácticas efectivas, mas específicamente, se esperaría que los resultados muestren una mejora en la capacidad de los estudiantes de pensar creativa y críticamente, una de las principales observaciones que se levantó con respecto a los resultados inmediatamente anteriores.

La efectividad de las pruebas PISA como medidores de la calidad educativa de los países está siendo debatida dentro de la política educativa, no en vano, esta es una inquietud que se le ha presentado al director del programa, Andreas Schleicher; sin embargo, cuando son complementadas con otros instrumentos, resultan ser altamente efectivas. Es necesario tener en cuenta que las mejoras significativas en la calidad educativa nunca aparecen de la noche a la mañana, son parte de un proceso de largo aliento en el que todos los actores involucrados deben estar dispuestos a hacer su parte, y lo que es mas importante, estar dispuestos a una retroalimentación en la que puedan estar conscientes de sus aciertos y errores.