En las últimas semanas, las iniciativas del Ministerio de Educación Nacional relacionadas con el mejoramiento de la calidad educativa han pasado del terreno de las instituciones educativas a la comunidad educativa en general. El ejemplo mas reciente de esto es el llamado Día E Familia, llevado a cabo hace unas semanas en las instituciones educativas del país.

Como lo sugieren los materiales publicados por el Ministerio para llevar a acabo las actividades de la jornada, el objetivo detrás de la misma es aumentar la participación de los padres en los procesos de escolaridad de sus hijos, una participación que tiene que estar fundamentada, en un primer lugar, en saber qué es exactamente lo que están aprendiendo sus hijos; los derechos básicos de aprendizaje, presentados por el Ministerio en el curso del año, son un buen primer paso en este proceso al presentar una serie de aprendizajes en un lenguaje que pueda ser comprendido por los padres y les permita tener un diálogo con la institución educativa al respecto para poder realizar un acompañamiento efectivo. Así mismo, el Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE) se convierte en otra herramienta con la cual los padres de familia pueden familiarizarse para conocer el estatus de la institución educativa en la que están matriculados sus hijos, aun si es cierto que un diálogo alrededor de la idoneidad de este índice aun está en mora.

La idea del día E plantea varias preguntas sobre su alcance y la efectividad del mismo tomando en cuenta la manera en la que está constituido actualmente. De alguna manera, el día fue estructurado de una manera tal que tiene una mentalidad ‘unitalla’ por decirlo de alguna manera frente a la manera en la que deben involucrarse los padres en el proceso escolar de sus hijos. Por poner un ejemplo, los padres de niños de preescolar, las mas de las veces, son tan primerizos como sus hijos a la hora de estar familiarizados con el espacio del colegio, por lo que la institución, desde los docentes, debe hacer un acompañamiento a los padres que logre dicha familiarización. En el caso de los padres de familia de niños que pasan de la primaria a la secundaria, el acompañamiento no solo atiende las dificultades de la vida escolar, sino que tiene que tener en cuenta una manera a través de la cual se pueda acompañar a los estudiantes mientras hacen el tránsito por la adolescencia mientras que en el caso de la media, se deben atender inquietudes relacionadas con la construcción de un proyecto de vida y el paso a la vida laboral o a la educación superior.

Por otro lado, surgen una serie de obstáculos asociados a la implementación con éxito de la jornada en relación con sus protagonistas. La idea, a todas luces tóxica y nociva que ha vendido el mismo gobierno en relación con la naturaleza aparentemente incompatible de los procesos de calidad y cobertura, ha hecho que los padres establezcan como prioridades el acto de matrícula de sus hijos y no una labor de supervisión sobre la calidad de la educación que reciben, creyendo que su responsabilidad en la educación de los niños se reduce a realizar la matrícula y no a tener una comunicación constante, clara y constructiva sobre su participación, limitándose a hacer reclamos sobre resultados de un proceso que no acompañaron. Por otro lado, fiel a su actuar en otras situaciones similares, Fecode ha protestado la actividad bajo argumentos que solo pueden ser considerados como burocráticos, invitando a los docentes a la no participación bajo el argumento que un docente no debe trabajar un sábado.

Si bien es cierto que el camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones, también es cierto que la concepción del día E de familias plantea un paso en la dirección correcta a través de lo que busca lograr. Es necesario un diálogo nacional de los sectores involucrados, en el cual se reconozcan y se asuman responsabilidades en un proceso como la mejora a la calidad educativa, el cual, contrario a lo pensado anteriormente, es de carácter multisectorial.