La calidad docente es un concepto siempre nebuloso y difícil de definir y estudiar. En anteriores ocasiones, este espacio ha intentado abordar la discusión sobre el tema desde la necesidad de una reforma a los programas de licenciatura para la solución de las falencias que estos presentan con respecto al desarrollo de prácticas de aula de los estudiantes de licenciatura. Sin embargo, también es importante preguntarse por las características de quienes llegan a dichos programas. En este sentido, el estudio de Barón, Bonilla, Cardona-Sosa y Ospina plantea preguntas inquietantes.

El estudio, que llegó a mi gracias a Juan Camilo Chaparro, profesor del departamento de economía de la universidad EAFIT, busca caracterizar a los estudiantes de programas de licenciatura en Colombia tomando como indicador su desempeño en las pruebas SABER 11; esto, bajo el supuesto que este desempeño puede servir como predictor de capacidades y desempeño en los estudios universitarios. En este sentido, el estudio encontró que la probabilidad de un bachiller de ingresar a una licenciatura es inversamente proporcional a su desempeño en las pruebas SABER 11, lo que significa que es mas probable que un estudiante de malos resultados en dicha prueba termine entrando a una licenciatura que uno que tuvo un buen desempeño. Ante este hallazgo, cabe preguntarse si los estudiantes que entran a los programas de licenciatura son estudiantes con talentos y capacidades para convertirse en buenos docentes, y de no ser el caso (Como podrían sugerirlo estos resultados), que hacer para cambiar esa situación.

Otro hallazgo inquietante del estudio tiene que ver con las dinámicas de deserción dentro de los programas de licenciatura. En este sentido, se encuentra que los estudiantes que entran a los programas de licenciatura tienen una mayor probabilidad de desertar y pasar a otros programas cuando su desempeño en las pruebas SABER 11 es alto, lo que nos deja con un filtro dentro de las licenciaturas que favorece a los malos estudiantes y elimina a los buenos. En lo que tiene que ver con las distribuciones basadas en el género, los hombres, que son minoría en los programas de licenciatura, tienden a tener mejores desempeños que las mujeres, siendo ellos, quienes tienden a desertar de los programas; sin embargo, esta distinción basada en género debe ser entendida como un producto de la tendencia histórica de una mayoría de mujeres en la profesión docente y no como un hallazgo sobre las aptitudes de uno u otro género para la docencia.

A esta situación hay que sumarle el feedback positivo de condiciones que no favorecen la mejora de la calidad del magisterio en Colombia; a nivel salarial, estas condiciones incluyen bajos salarios (A pesar de los intentos de nivelación que se han hecho) y alta compresión entre los niveles del escalafón (Es decir, poca diferencia entre los salarios altos y los bajos dentro del escalafón docente). A esto hay que sumarle los intentos deliberados y desafortunadamente, exitosos, de FECODE por torpedear modelos de ascenso basados en el mérito y el buen desempeño, como lo muestra el rocoso proceso de construcción de la ECDF. Estos hallazgos se convierten en un sustento mas para las recomendaciones del informe presentado en 2014 por la fundación Compartir relacionadas con una reforma a las escalas salariales y de ascenso de los docentes que favorezcan las buenas prácticas sobre el tiempo de servicio, y le plantean al sistema educativo colombiano el reto de crear una carrera docente que atraiga a los mejores talentos para que ellos a su vez puedan formar a los mejores estudiantes.