Se dice que el periodismo está en crisis porque algunos periodistas se creen más importantes que la noticia, porque los videos de cámaras de seguridad desplazaron a los reportajes en los noticieros, por el amarillismo, por la parcialidad, por la selección de la agenda pública… Claro que está en crisis por muchas razones pero partamos de la más elemental: ¡muchos periodistas ni siquiera saben redactar!
A raíz de las actuaciones recientes de Vicky Dávila he leído en los últimos días muchísimas noticias, comentarios, columnas de opinión y entradas de blogs que abordan el asunto desde un enfoque ético. La pregunta es recurrente y ya empieza a cansar por la falta de profundidad en la mayoría de respuestas: ¿Debió Vicky Dávila revelar el video? ¿debió editarlo? ¿debió contextualizarlo ampliamente antes de emitirlo?
En la búsqueda de una respuesta que satisficiera mi ignorancia periodística me encontré con una carta que la profesora Astrid González le escribió a Vicky Dávila en la que le reclama por atreverse a publicar un video privado que en nada aporta a la investigación sobre “La comunidad del anillo”. Aunque me pareció un poco emocional me identifiqué con su tesis, sin embargo, quise conocer también los argumentos que esgrimen quienes apoyan a la exdirectora de La FM porque siempre es sano poner a contraluz nuestras certidumbres.
Buscando en la red hallé otra entrada en forma de carta, esta vez, una respuesta a la que previamente había escrito la profesora González en la que el autor planteaba que, a su parecer, Dávila había hecho lo correcto al revelar el video. Estaba publicada en Las 2 Orillas y fue redactada por un periodista.
En una primera lectura me percaté de que tenía errores de puntuación, de concordancia y una tendencia al queísmo que les quitaba la grandilocuencia a algunas frases de adjetivos innecesariamente fuertes que, de todas maneras, no llevaban a ninguna parte. Me pregunté si con esa forma de escribir el autor no estaría consiguiendo en el lector el efecto contrario a lo que buscaba que, según se infería, era enaltecer la labor periodística.
«No olvidemos que hay una mujer Alferez presuntamente muerta por descubrir cosas relacionadas con ese tema» (sic) se lee en un fragmento.
Me acordé de una célebre carta escrita por Camilo Jiménez cuando renunció a la Javeriana porque sus alumnos no eran capaces de escribir bien un párrafo y caí en la cuenta de que ha pasado el tiempo (la carta fue escrita en 2011) y pensé que, seguramente, la mayoría de esos estudiantes que no sabían siquiera resumir hoy están vinculados de alguna manera a los principales medios del país.
Se dice que el periodismo está en crisis porque algunos periodistas se creen más importantes que la noticia, porque los videos de cámaras de seguridad desplazaron a los reportajes en los noticieros, por el amarillismo, por la parcialidad, por la selección de la agenda pública… Claro que está en crisis por muchas razones pero partamos de la más elemental: ¡muchos periodistas ni siquiera saben redactar!
Los ejemplos abundan en titulares altisonantes, en el uso de lugares comunes, en la falta de rigurosidad, en notas escritas de afán que incluso tienen errores tipográficos… y hay, cómo no, casos paradigmáticos de reconocidos periodistas que cometen faltas de ortografía absurdas incluso para alguien que no escriba, como confundir un verbo con una preposición.
Más allá de lo anecdótico y sin la intención de crucificar a Vicky Dávila o hacerle un monumento al editor del libro de Pirry, lo importante es preguntarse qué sentido crítico puede tener una persona que se dice periodista y no puede redactar bien un párrafo. ¿Cómo comprende el mundo alguien que vive metido en una sala de redacción y no sabe redactar? ¿Cuáles son los filtros en las universidades? ¿cuáles son los criterios de contratación de los medios?
Un buen periodista debe ser un buen escritor y un escritor debe ser un gran lector. La lectura y la escritura nos estructuran mentalmente y nos preparan para desarrollar habilidades más complejas como el análisis, la lectura crítica y la lectura intertextual. Que un ciudadano promedio no pueda desarrollar esas habilidades es justificable en un país como el nuestro, pero que no lo pueda hacer tampoco un periodista me parece muy grave porque es a través de sus ojos que el ciudadano conoce el mundo.
Twitter: @andresburgosb