Ayer le escuché a un buen amigo decir que votaría por cualquiera menos por Petro y no es la primera vez que oigo semejante declaración. Me queda un sinsabor porque siempre vi a mi amigo como una persona racional, con convicciones políticas muy distintas a las mías, pero finalmente convicciones, formas de entender el mundo que surgen de un proceso cognitivo y lo llevan a apoyar a X o a Y.

Y no digo que ser racional sea cambiar de postura política. El voto es libre y, como decía otra amiga, ningún votante de Fico se va a ir con Petro; eso lo entiendo y lo respeto. Pero, juemadre, el ejercicio electoral no debería ser una consideración emocional; es más, ni elegir presidente ni cualquier decisión que queramos tomar en nuestra vida debería tener ese halo irreflexivo. Se supone que escogemos lo que deseamos, lo que buscamos, lo que se adecúa de alguna manera a lo que somos… elegir algo obviando nuestras convicciones es asumir que no son lo suficientemente fuertes por sí mismas sino que el discurso del otro es tan poderoso que para derrotarlo se debe apelar al instinto de supervivencia. 

En otras palabras, y con el perdón de mi amigo, cuando alguien dice que vota por cualquiera menos por Petro lo que está haciendo es exaltar un discurso mesiánico que obliga a los débiles a unir fuerzas para enfrentarse al poderoso, o más simple aún, es anteponer el odio a la razón.  

Yo invito a mi amigo y a quien use esa frasecita de cualquiera menos Petro” a que dimensione la tremenda barbaridad que plantea y a que use argumentos más firmes, que los hay, si pretende que sus opiniones sean tomadas en serio, o bien, también podría recordar que no hace falta darle explicaciones a nadie y que simplemente puede votar por quien quiera por las razones que quiera. Lo que no se puede, al menos por cuestiones democráticas y pedagógicas, es decir abiertamente que su voto no tiene ninguna relación con un plan de gobierno, que no se enmarca en ninguna ideología ni se basa en ninguna propuesta diferente al odio hacia otro candidato; eso, me parece a mí, es irresponsable e infantil.

@noseamar