En Twitter: @Hugoleonrojito

No podría comenzar este post de otra manera que aclarando que no se trata de ninguna salida del clóset ni nada que se le parezca; me encantan las mujeres, me parecen la mayor creación de Dios y la vida sin ellas no sería lo mismo. Nunca he tenido dudas sobre mi sexualidad.
Tampoco es una opinión a favor ni en contra de la comunidad gay a la cual respeto y con quienes estoy de acuerdo en algunos aspectos referente a sus derechos y en desacuerdo, en otros a los cuales no me quiero referir, para no meterme en camisa de once varas.
Lo que quiero contar es algo que me pasó de niño y que demuestra la inocencia que se manejaba por los menores de mi generación, cuando temas como la homosexualidad eran tabú y nuestros padres no se atrevían a hablarnos de eso. Nosotros mismos teníamos que descubrirlo a veces por los escasos medios de comunicación de ese entonces.
Era el año 1984, yo tenía tan solo 10 años y digamos que aún escuchaba la música que colocaba mi mamá mientras hacía los oficios caseros. Emisoras como Cerros Estéreo donde pasaban «música de plancha» eran las preferidas por las amas de casa. Pero de pronto apareció 88.9 La Superestación donde descubrí la música en inglés. Ellos se encadenaban con la televisión nacional para presentar un programa que se llamaba «los diez mejores de la música» presentado por Lina Botero. Ver el programa y al mismo tiempo poder escucharlo en radio era una novedad tecnológica la macha.
Pues bien, una vez viendo ese programa presentaron un video nuevo de una agrupación inglesa que se llamaba Culture Club. En las imágenes aparecía gente con vestimentas antiguas subiéndose a un barco en el río Misisipi donde se formaba una tremenda rumba. Pero lo que más me llamó la atención  era la belleza de la «mujer» que cantaba esa canción. Salía bien maquilladita, con unas trenzas muy sexys y tenía unos ojos azules divinos, además de su voz angelical. La canción Karma Chameleon fue un éxito de la época y llegó a los primeros lugares en los listados musicales.
Yo quería grabarla en cassette para escucharla en el walkman que había recibido como regalo de navidad, por lo cual tuve que pedirle ayuda a mi hermano mayor (César, esto es para ti desgraciado) pero el no tenía muy claro cuál era el tema en ingles que a mí me gustaba de esa hermosa cantante «gringa»  y que yo quería que me grabara. Tuve que esperar una semana más a que pasaran de nuevo el programa y cuando le mostré el video soltó la carcajada. Yo no entendía que era lo que pasaba.
Después de casi 10 minutos de burlarse incansablemente de mi me dio la terrible noticia. La persona que cantaba era hombre, bueno mejor, era homosexual. Yo a los 10 años no sabía que era eso, nadie nunca me lo explicó. Eran épocas muy distintas. Ahora es muy normal que se hable del tema sin misterios ni tapujos. Tampoco me enteré que en la letra de la canción había una frase que decía «soy un hombre».
Mi mamá tuvo que regañar a mi hermano para que me la dejara de montar y se sentó a explicarme que era lo que llaman hoy en día un gay.

Obviamente yo me sentí muy mal por las burlas de mi hermano pero ahora entiendo que ese error  hacía parte de mi inocencia, esa que tanto se ha perdido en los muchachos de hoy.
Más adelante me gustaron las canciones de Cindy Lauper pero me aseguré de no cometer el mismo error para no darle papaya a mi hermano de nuevo. Realmente eso no tiene nada de malo. Después descubrí que cantantes talentosos que hacían muy buena música como Fredy Mercury y Elton Jhon eran gays. Con el grupo Village People pasaba lo mismo. Del cantante de Boney M. también se sabía. Actualmente mi hermano (el montador) tiene toda la colección de su cantante favorito, Juan Gabriel. La comunidad gay que es muy talentosa se destaca en muchos ámbitos, no solo el musical.

Los muchachos de ahora la tienen mucho más clara pues los padres ya hablan con propiedad del tema y en los medios de comunicación es absolutamente normal. Pero yo viví en otra generación y gracias a mi inocencia puedo decir que ese fue mi «momento gay». El señor Boy George visitó hace poco Colombia por primera vez y dio un concierto en Theatrón. Mi hermano me llamó y me dijo: hermanito, le quiero regalar la boleta de cumpleaños para que cumpla un sueño y vea al ídolo de su infancia. ¿Mucho hijuemadre, cierto?