@hugoleonrojito

No soy periodista y mucho menos me las quiero dar de columnista ni analista político.

Solo soy un bogotano quien por su trabajo recorre todos los días la capital colombiana y tal vez por eso tiene un mejor termómetro de lo que está pasando en nuestra ciudad.

Cuando el Procurador General de la nación falló en primera instancia la sanción disciplinaria contra el alcalde Gustavo Petro celebré la decisión e inmediatamente fui víctima de insultos en redes sociales por parte de los seguidores del burgomaestre. A ellos rara vez les contesto porque ningún argumento que se les dé les parece válido.

Esto me hace recordar que el 18 de diciembre del año 2012 salí a trabajar a las 5 a.m. y me encontré con basura por todos los sectores de la ciudad. El señor alcalde le ordenó a los recolectores privados que tenían hasta la medianoche del 17 de diciembre para entrar sus camiones al relleno sanitario de Doña Juana y depositar la basura porque al siguiente día Aguas de Bogotá, una nueva empresa creada a la carrera, se encargaría de hacer esa tarea.

Es de sentido común que a las 00:01 tendrían que empezar a recoger basura con volquetas o con lo que fuera, pero en siete horas Bogotá se inundó de bolsas negras, escombros y toda clase de desechos mientras nuestro ‘genial’ alcalde estaba a las 7 a.m. en la EAAB cortando la cinta en la ceremonia inaugural de la nueva empresa de recolección.

Respecto a este hecho, un periodista juicioso como Yesid Lancheros llegó a la conclusión, luego de leer el fallo, que los testimonios de los mismos funcionarios del alcalde lo hundieron, pues fue advertido en repetidas ocasiones que el Distrito no estaba preparado para asumir esa misión ( ver http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-13288226.html)

Pero aunque la Procuraduría solo lo está juzgando por el tema de basuras son muchos más errores los que ha cometido Gustavo Petro y que minimizan la calidad de vida de los que vivimos en la capital.  Acá destaco algunos:

–   Un informe de la Contraloría Distrital que hace poco leí decía que solo el 17% de la malla vial de Bogotá se encuentra en buen estado.  Lo más preocupante de esta revelación es que si hay plata para tal fin, pero no se ejecuta

-El nuevo Pico y Placa adoptado por el alcalde es fatal pues el trancón aumentó y se trasladó de horario. La hora valle en la capital ahora es de 11 p.m. a 5 a.m., únicos horarios en los que se puede circular con rapidez.

-Otro claro ejemplo de que son equivocadas las medidas que se toman desde el Palacio de Liévano es la instalación de un bicicarril en la cra 50 (en realidad por dirección es la Cra 39) que va desde el complejo acuático en la calle 63 al sur hasta puente Aranda. Esta era una vía rápida hasta que se le quitó un carril a los vehículos. Yo no tengo nada en contra de las bicicletas pero es triste ver como no pasa casi nadie por esta vía y en una ciudad con problemas de movilidad como Bogotá esto es gravísimo.

 

– Otro problema latente es la inseguridad, y aunque en la Alcaldía se jactan de haber bajado los índices de inseguridad debido al desarme, la realidad en las calles es otra. ¿Ustedes creen que el ladrón roba con un arma con salvoconducto? Si no tiene para conseguirla en el mercado negro muy seguramente recurrirá al arma blanca. Robo de celulares, atracos masivos en vehículos de servicio público, taxistas a los que les roban el producido, vendedores ambulantes y cosquilleo en transmilenio son el pan nuestro de cada día.

Los bogotanos estamos totalmente polarizados con el tema. Yo identifico tres tipos de tendencias: Los petristas que defienden a capa y espada a su ‘Mesías’, los que no estamos de acuerdo con la administración del alcalde y hay un tercer grupo de personas que no comulgan con Petro, les parece un pésimo alcalde pero que odian al Procurador y les pareció desproporcionada la sanción. Personalmente no estoy de acuerdo en varios temas con él, como por ejemplo su posición sobre el aborto pero eso no quita que la decisión fue ajustada a derecho.

Por otra parte, lo que se muestra en medios de comunicación supuestamente es un apoyo total al alcalde con marchas y la plaza de Bolívar llena en varias ocasiones por estudiantes, recicladores y empleados de las empresas distritales, muchos de ellos obligados a ir por miedo a perder el empleo. Los petristas son una maquinaria bien coordinada y aceitada. En cambio los que estamos en contra de él somos trabajadores independientes y del sector privado que no hacemos marchas ni llenamos plazas porque si nos quedamos quietos no ganamos. Nadie nos va a mandar buses para llegar a los sitios de concentración, no nos dan refrigerio o simplemente nuestro jefe no nos da permiso en horario laboral para ir a protestar en el centro de la ciudad.

Solo somos voto de opinión que no pertenecemos a ninguna oligarquía, no hacemos parte de ninguna mafia ni mucho menos somos conspiradores. Tampoco somos taurinos ni nos gusta maltratar animales. Solo somos conscientes de que Bogotá necesita un buen administrador y eso precisamente es de lo que adolece Gustavo Petro.

Con su discurso incendiario e irresponsable hace que sus seguidores maltraten a periodistas diferentes a los de Canal Capital.Él con su prepotencia cree que los que no estamos en sintonía con sus ideas estamos por fuera de la democracia. Él piensa que el proceso de paz depende de si lo destituyen o no. Utiliza maromas jurídicas para aferrarse al poder, reta al Presidente de la República, organiza avanzadas a EE.UU. para que sus abogados presionen a los miembros de la CIDH para que dicten medidas cautelares como salvavidas para que no se tenga que ir.

 Y mientras tanto Bogotá sigue a la deriva, esperando a que se solucione el tema, hundiéndose en sus problemas de seguridad, daño de la malla vial, movilidad y congelamiento en el sector construcción.

Se puede dar el escenario de una revocatoria la cual es muy difícil de ganar porque el umbral está muy alto ( 1.200.000 personas aproximadamente deben votar y de esas la mitad más uno por el SI) y porque ellos están muy bien organizados, así que seguramente optarán por la abstención.

Me duele mi ciudad y espero que esto se resuelva más temprano que tarde. Los últimos tres gobiernos de izquierda han sido nefastos para Bogotá que venía por buen camino con las administraciones de Antanas Mockus (un educador) y Enrique Peñalosa (un gerente).

La izquierda en ocasiones lo ha hecho bien, un ejemplo de eso es Antonio Navarro en Nariño, quien a propósito le renunció a Petro porque no se dejaba aconsejar ni entendía de razones.

Solo escuchen uno de los discursos del alcalde ¿verdad que no queremos que Bogotá se convierta en una pequeña Venezuela?