Bien dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde; es por eso que he querido escribir estas líneas para hacer un mea culpa sobre algo que dije el año pasado en contra de Luis Manuel Seijas, jugador venezolano de Independiente Santa Fe que ahora toma nuevos rumbos a tierras brasileras.
Como todo hincha soy poco objetivo, muy pasional y en ocasiones bastante desenfocado de la realidad; por eso en medio de la euforia dije que Seijas era un «pecho frío». En ese momento me atacó un grupo grande de santafereños igualmente pasionales, muy indignados por lo que expresé.
Como reconocer los errores es de caballeros, hoy le pido disculpas públicas a un jugador que a pesar de no ser bogotano ni mucho menos colombiano, ha demostrado su amor por el equipo cardenal, su entrega y su corazón de león dentro y fuera de la cancha. El venezolano ha subido su nivel de una manera notoria con el pasar de los años y es hoy en día estandarte, líder e ídolo de una hinchada que le reconoce toda su calidad futbolística y no olvida sus lágrimas en momento difíciles del equipo, además de los sacrificios que ha hecho por una camiseta que sin lugar a dudas ama profundamente (alguna vez jugó lesionado y se aguantó durante mucho tiempo el dolor en el hombro).
No puedo dejar de contar que alguna vez por intermedio de un amigo en común que tenemos, le mandó a mi hijo la chaqueta de la sudadera de la selección venezolana que usó durante mucho tiempo. Mi hijo, a pesar de haber crecido y aunque ya no le quede, todavía la guarda y no deja que nadie más se la ponga (por más que traté de usarla a escondidas siempre me quedó apretadita).
Tengo que reconocer también que pasa a veces que las santafereñas se sobreactúan derrochando amor por el jugador, cosa que se vuelve incómoda en la tribuna, en redes sociales o en la vida misma. ¿Por qué nunca dicen «Minita», «Rivitas» o «Rufaycito»?. ¡Siempre tiene que ser «Seijitas»! Pero es envidia de la buena que genera risas y los resquemores cesan pronto.
(Foto: VizzorImage / Gabriel Aponte)
En síntesis el señor Luis Manuel Seijas es un ídolo cardenal que estará siempre en los corazones de todos los hinchas, incluyendo del mío, que alguna vez hablé mal de él de manera injusta. Espero que pueda leer estas líneas y le reitero mis más sinceras disculpas; el venezolano siempre será un grande, un bogotano por adopción y un verdadero «corazón de león».