Van Der, una pequeña gran cervecería en Teusaquillo

En la cultura colombiana hay una mala costumbre a la hora de tomar cerveza, se piensa erradamente que entre más botellas desocupe la persona es más verraca y aguantadora. Pero si bien el grado de alcohol de nuestras cervezas colombianas es en promedio del 4%, lo cual lo único que hace es alargar la embriagada y aumentar el número de veces en que toca ir al baño. Personalmente yo prefiero menor cantidad de «polas» (cuando raramente me da por tomar) con un mayor grado de alcohol y con tonalidades al paladar de mejor calidad. No es ingerir chelas para embrutecerse, es disfrutar de un momento agradable con amigos y en compañía de algo de comida para luego irse a casa tranquilo y sin temor de tener guayabo al otro día, que con los años se hace menos soportable. Bueno, pues eso es Van Der Cervecería y ya hoy en día con su gran Taquería. Van Der es un pequeño pero acogedor sitio que nació hace varios años en el tradicional barrio Teusaquillo de la ciudad de Bogotá. Su marca propia más que una cerveza, es una experiencia, tienen una pola de la «casa», «del barrio», que les maquilan los buenos amigos de CERVECERÍA TIERRA ALTA, VAN DER tiene un grifo fijo para su estilo single hop donde usan levadura inglesa, su estilo es netamente artesanal pero ligero, gran diferencia del resto de cervecerías bogotanas, su fundadora intenta enseñar a la comunidad a pasos pequeños pero muy consolidados, paso de tener clientes donde por costumbre y tradición tomaban cervezas industriales a tomar la cerveza de la casa, apoyar el consumo local y a distinguir que el gusto y las costumbres pueden cambiar, Johana indica «queremos enseñar, queremos ser la cerveza suave, ligera, agradable al paladar, muy fácil de digerir, con la que puedes almorzar o puedes ingerir con plena seguridad que el guayabo NO existirá». Hay seis estilos más de cerveza, que van rotando semanalmente, pues la idea también es apoyar esos pequeños emprendedores y cerveceros del gremio y en muchas ocasiones del mismo barrio donde se ha consolidado un Eje Cervecero Insurgente, en Van Der tienen cuatro presentaciones: Cañita (210ml), Caña (440ml), Jarrita (1050ml), Jarra (1800ml) y su conocida LITRONA, un envase de vidrio que sus clientes compran y después recargan con descuento especial, colaborar al planeta y a su antojo de llevarse un litro de cerveza para casa o para alguna fiesta.

 

Van Der se extiende, se crece ahora con una Taqueria de Barrio, una taqueria con sabores mexicanos y su toque colombiano, su chef escucha y aprende de los gustos de quien hoy los siguen apoyando y los consideran parte de la historia del barrio, tiene una carta atrevida en tacos y nachos, proteínas a elegir desde pescados, buenas carnes y opciones vegetarianas, funcionan desde mediodía con platillos variados, su sopa de Totopos es la especialidad de la casa, tienen una proteína que varía semanalmente, y todo lo que puedes encontrar en una carta «mexicana». Lo sorprendente de este sitio es que es una SERENDEPIA, un tesoro escondido en el corazón de Teusaquillo.

Cabe anotar que Van Der empezó como un pequeño bar de rock, un sitio distinto que arropo a los vecinos que querían tomarse una cerveza antes de ir a casa, hoy considerado un espacio de esparcimiento y pionero en la venta de cerveza artesanal, realizan eventos privados y hasta te trasladan la experiencia hasta tu casa. El sitio es muy agradable, y lo que a mi me parece más importante, la atención es dada por sus propios dueños, es maravillosa pues te hacen sentir en casa, es un espacio dado para todo público. Las personas van, se toman un par de polas, se comen unos taquitos, escuchan buena música y quizá hasta se hacen buenos amigos.

Van Der Cervecería y Taquería están ubicados exactamente en la Carrera 16 No 35-08, atienden de lunes a sábado de 12 del día a 12 de la noche, en sus redes sociales publican sus eventos, sus nuevos productos y todo lo que andan creando para la comunidad.

Van Der es el ejemplo claro «DEL BARRIO, PARA EL BARRIO», lo importante que es apoyar lo local y a la comunidad