No es una idea mía; lo que me mueve a escribir esto es simple sentido común y de pertenencia. No sabemos a ciencia cierta cuanto vaya a durar la pandemia, pero lo que ya estamos viendo es que la economía se está viendo muy afectada poniendo en riesgo miles de empleos en pequeñas y medianas empresas. A todos nos tocará esta crisis; tal vez el empleo propio, o el del hermano, o el del vecino, quizás el del amigo o el de algún familiar cercano.
Por eso la petición a cada colombiano es que después que pase el coronavirus, haga una buena acción por el resto de 2020. Pase sus vacaciones en Colombia, coma en restaurantes de Colombia y duerma en los hoteles de Colombia. Visite los lugares turísticos de nuestro país, que son muchos y muy bellos. Compre productos colombianos y apoye las empresas que hayan tenido dificultades debido a la falta de ventas durante la emergencia.
Foto: Hugo Valenzuela / Atardecer en Santa Marta hotel Irotama
Yo muy seguramente me tendré que preocupar primero por arrancar de cero y buscar trabajo, pero apenas pueda quiero ir a conocer lugares de mi país que a mis 45 años aún no he ido. Quiero visitar Leticia, La Guajira, quiero ver a las ballenas en el mar Pacífico y tal vez aventurarme a por fin conocer el desierto de la Tatacoa y San Agustín. Porque lo que sí es cierto es que en las maravillas que tiene Colombia y que ya he visitado, como San Andrés, Cartagena, las islas del Rosario, el cañón del Chicamocha o la catedral de sal de Zipaquirá, muchas veces se ven más extranjeros que nacionales, así que llegó la hora de valorar lo nuestro.
Mi pasión y mi hobby es recomendar esos emprendimientos gastronómicos que no tienen tanto músculo financiero para sobresalir, y eso precisamente es lo que pienso seguir haciendo cuando la pandemia solo sea un mal recuerdo. Ellos lo merecen, sus dueños y sus empleados lo merecen, porque realmente la están pasando mal y están tratando de sobrevivir a punta de domicilios, lo cual no es fácil. Así que el llamado después que la marea baje es ¡quédate en Colombia!