Soy lo que llaman un dinosaurio en temas de compras por internet; no tengo inscrita mi tarjeta débito a PSE, no tengo tarjeta de crédito y pasa que me siento más seguro viendo el sello del cajero del banco en el recibo de los servicios públicos. Pero con la pandemia, y por fuerza mayor tuve que interesarme en plataformas que ofrecieran traer el mercado a casa; ensayé varias que para mi gusto complicaban la compra a «viejitos» como yo, a los que de alguna manera nos atropella la tecnología o, que por menor poder adquisitivo, no tenemos los medios de pago tradicionales que normalmente todo el mundo maneja.
Después de mucho buscar me encontré con la que consideré más sencilla; se trata de una página que se llama tucanasto.com y lo primero que me animó a pedir con ellos en plena cuarentena fue la facilidad al navegar en su web. Me saca la piedra que compliquen al posible comprador, pero en esta plataforma me hicieron las cosas fácil, y si cometía un error en el pedido era fácil cambiar, restar y adicionar los productos que iba «echando al canasto del mercado». Lo siguiente que me agradó mucho fue el tema de los métodos de pago, perfecto para los desconfiados como yo está cancelar contraentrega, o consignar el valor del mercado en un Baloto o un Efecty. Obvio también para los más expertos en compras por internet está pagar con débito, crédito, transferencia bancaria y código QR Bancolombia.
Pero como yo ya soy de los que hace amigos en la fila del banco, cuando llegó mi mercado me puse a hablar con el domiciliario, que resultó ser el mismo dueño del emprendimiento. Me contó que Tu Canasto nació en plena cuarentena, en ese sector de Bogotá que comprende los barrios de Castilla, Villa Alsacia, Nueva Alsacia y Marsella, un sector que queda en una localidad muy golpeada por el virus, y en donde tuvieron muchas restricciones para comprar las cosas de primera necesidad. Eso quiere decir que la idea se gestó por la propia necesidad del dueño y de su familia; pero los vecinos de ellos fueron muy importantes pues apoyaron el emprendimiento y lo hicieron crecer, hasta el punto que hoy tienen cobertura en casi toda la capital, pagando $5000 por el domicilio si el mercado es de $50.000 a $99.000, pero si el valor «del canasto lleno» es mayor a $100.000 ya llevarlo a la puerta de la casa sale gratis. La comunidad que apoyó y que vive cerca de ellos sigue contando con el beneficio de cualquier domicilio sin costo en los barrios mencionados anteriormente.
También les surgió un iniciativa muy bonita que se llama «canastón en casa», dirigida a todos los conjuntos cerrados de Bogotá en donde llevan un stand presencial con los productos, para que los residentes eviten salir de sus hogares y tengan lo necesario en sus despensas. Se realiza los días sábados con la aprobación de la administración de los conjuntos y cuentan con todos los protocolos de bioseguridad. Es como una especie de «mercados móviles» pero dentro de los conjuntos.
Así como ésta deben existir otras historias de negocios que, a pesar de la pandemia, la crisis económica y las restricciones, nacieron como negocio ante las nuevas necesidades de la gente. Son estas historias las que vale la pena contar, apoyar y esperar que prosperen para que generen empleos y reactivación. Por eso decidí contar mi experiencia, es mi granito de arena para que emprendedores renazcan y todos podamos vernos beneficiados.
PD: Si quieren chismosear, los consiguen en Facebook, Twitter e Instagram como @tucanastocol