Con la eliminación del uso del tapabocas en espacios públicos para los municipios que cumplan con el 70% de vacunados con dos dosis, se deberían considerar también otras medidas que permitan ir regresando a la normalidad a la que estábamos acostumbrados. En lo personal, ya me tienen aburrido esas cartas virtuales y códigos QR para poder hacer un pedido en los restaurantes. No es que esté en contra de la tecnología porque en la actualidad casi todo se mueve en torno a eso, pero me parece que se perjudica el buen servicio al cliente que se pueda prestar en esa clase de establecimientos.
Son varias las razones que acompañan mi petición, pero lo que a mí me parece más importante es la experiencia de hacer un recorrido visual por la carta, y no desde la diminuta pantalla de un celular; al tener que hacer zoom en las fotos o en los ingredientes de cada plato por estar en una letra más pequeña, generando incomodidades y demoras en la orden al mesero. Se han preguntado, ¿y aquellos que no necesariamente cuentan con un teléfono inteligente? O que sí lo tienen pero no pueden pagar un plan de datos y que llegan al restaurante confiados en un wifi que está atiborrado de personas colgadas a la red y que por tanto es deficiente. También se encuentran los que no son usuarios frecuentes de la tecnología y estas cartas digitales los complican, los vuelven un ocho y resultan pidiendo cualquier cosa por pena de ser señalados como dinosaurios, brutos o ignorantes. Finalmente está el que tiene todas las herramientas pero simplemente no se le da la gana de usar los códigos QR y prefiere levantarse de la mesa para cambiar el sitio en donde va a consumir sus alimentos, estando en todo su derecho de hacerlo.
Hay que pensar en todas esas personas sin dejar de lado las medidas de bioseguridad; porque hace poco lo expresé en redes y me dieron el argumento que así se garantiza mayor higiene al no estar pasando cartas de mano en mano con gente que es desaseada y cochina. El restaurante debe garantizar el correcto aseo de cartas, lavado de manos al ingreso del sitio, o que se deje permanente el uso de gel antibacterial antes y después de estar en el establecimiento comercial. Con esto de la pandemia hay protocolos que llegaron para quedarse, pero ojalá uno de esos no sean las cartas virtuales, que a muchos nos tienen cansados.
De ahora en adelante si a mí no me pasan una carta en el papel, no pagaré la propina porque considero eso como mal servicio al cliente. ¡Ya estuvo bueno! ¡No más códigos QR en los restaurantes!