Algunas personas tienen la fortuna de tener la razón social de su marca en el propio nombre, apellido, o combinación de ambos; casos como el de Harry Sasson o Myriam Camhi son solo algunos ejemplos.

En Santa Marta me encontré con un caso parecido en un sitio de repostería y actualmente restaurante llamado Annie Succar, que se especializa en postres y comida árabe. Esta historia nace en 2013 como una idea de negocio mientras Ana María Succar estudiaba su carrera universitaria en Bogotá para poder tener alguna entrada extra. Durante un año, con recetas de su abuela materna, trabajó el tema de la pastelería desde su casa; gracias a esos secretos culinarios cada vez eran más los pedidos, pedidos grandes y especiales que merecían más técnica. Razón por la cual ella toma la decisión de pulir aún más su conocimiento y estudiar pastelería. Para lograrlo decidió suspender un semestre de la carrera que desarrollaba en la capital y se aventuró en la escuela Mariano Moreno Culinary Institute de Miami, donde realizó clases de pastelería y cursos cortos de cocina. A su regreso, motivada por la familia y sus antiguos clientes, abre su primer local bautizado como Annie Succar LeCrem pastelería y café en diciembre de 2016. Seis meses después lamentablemente tiene que cerrar por arreglos en el centro comercial donde estaba funcionando. Pero cuando Dios cierra una puerta, abre dos; la joven empresaria aprovechó para empezar a buscar un nuevo espacio donde pudieran también incluir platos de la cocina árabe, tradición que le debe totalmente a su familia paterna.

En septiembre de 2019 nace Annie Succar, dos años después de soñar cada día con abrir nuevamente las puertas de su negocio para volver a atender de cerca a la fiel y creciente clientela.

De eso precisamente se trata la marca y su restaurante; de sus raíces, de su cultura, de la comida y de los postres tradicionales que han estado presentes en su casa desde que tiene uso de razón. Para Ana María es muy importante que cada receta se ejecute en la cocina como las hacían sus abuelas, que se sienta el sabor y la calidez del hogar y la familia.

Lo que más me gustó del restaurante es la innovación, pues en la carta se pueden encontrar platos como unas canastillas de kibbeh rellenas con queso costeño frito, pero también unos nachos de pan árabe que van emplatados con pollo, queso, tomate, aceitunas, tahine y y labneh. Otra de las opciones que me sorprendió fue un bowl árabe que consta de arroz de almendras o papitas fritas, pimentones asados, cebolla, queso, tártara de la casa y crema de ajo. Son en total casi 45 opciones de platos entre entradas, platos fuertes y ensaladas en dónde obviamente están los tradicionales de la comida árabe. Los recomendados de los postres, que fue por dónde ella empezó son el brownie (para mí de un sabor inigualable) la torta de zanahoria y el merengón de coco.

Al retirarme del sitio, y después de tomarme un buen café cultivado en la Sierra Nevada y de aprender mucho sobre la comida árabe en mi diálogo con Annie, le expresé que la felicitaba, que tenía mucho potencial y que me la imaginaba en un futuro corto como la Myriam Camhi de la costa.

Annie Succar Restaurante – Café y Pastelería
Carrera 12 #22-90 Mall San Pedro Santa Marta

Instagram: @anniesuccar