Somos un país de arepas por excelencia; se puede decir que casi en todos los departamentos de Colombia hay un tipo, un estilo, una receta y una forma de preparar arepas. La variedad es interminable porque yo sigo descubriendo, aún a mi edad, nuevos tipos de esta deliciosa preparación, como es el caso de la que hacen en Valledupar, en forma redonda, de maíz blanco, con abundante queso y normalmente envuelta en hoja de plátano. Creo que es de las más ricas que he probado.
En redes sociales siempre hay polémica cuando se pregunta cual es la mejor; yo tengo una afirmación y es que no siempre lo más popular es lo más sabroso. Pasa con la arepa paisa, que tal vez es la que más consumimos los colombianos, pero en mi opinión es más un genérico, un buen acompañamiento con comidas como la lechona, el pollo broaster, un chorizo, un tamal tolimense (en el interior, porque en su departamento lo acompañan con insulso) o perfecta para rellenar con carne, pollo o para untar con el hogao. Pero ¿tiene vida propia la arepa paisa? la respuesta es NO, porque no fue concebida desde el principio con algún otro ingrediente adicional y porque para que mejore, mínimo hay que untarle sal y mantequilla. Por eso no puede competir al mismo nivel de arepas como la de huevo costeña, la boyacense o la santandereana que desde el inicio lleva ceniza y chicharrón molido. Cuando se le dice esto al antioqueño, por su marcado regionalismo se ofende porque esgrimen argumentos como “es que la arepa paisa sabe a lo que le pongas” o “es que sale con todo”, lo cual reafirma mi teoría y es que siempre necesita de algo para tomar vida.
A mi personalmente la que más me gusta es la santandereana, que no es la de mi región, porque yo no le meto regionalismo al tema. La que debería defender y que más se ve en mi tierra es la arepa boyacense, que acompaña una buena ternera a la llanera y que se consigue en todo Cundinamarca también, y parte de la frontera llanera-casanareña. En un sondeo que hice hace un par de años la ganadora fue la arepa e’ huevo, que los paisas trataron de desvirtuar afirmando que se trataba más bien de un tipo de empanada frita. En segundo lugar quedó la boyacense con sabor entre sal y dulce, en tercer lugar la cachapa llanera o arepa de chócolo, y en cuarto lugar la arepa santandereana. Se le abona al paisa, que es un excelente comerciante, y que ha sido capaz de masificar el consumo de la arepa de su región en absolutamente todo el país. Yo sin darme cuenta tal vez es la arepa que más como, pero de ahí a decir que es la reina de las arepas en Colombia, hay un largo trecho.
En algún momento de la discusión se metieron los venezolanos que viven en nuestro país, a los cuales hay que decirles que ellos son unos excelentes rellenadores de arepas, pero nosotros fabricamos más y mejores tipos de sabores propios.
Es normal que cada colombiano defienda la gastronomía de su región, pero si tratamos de ser imparciales tal vez podamos aceptar que hay cosas en las que otros departamentos nos superan. Los antioqueños por ejemplo son los mejores preparando fríjoles, cocinando chicharrón o fritando buñuelos. En eso nadie les gana; yo por ejemplo soy consciente que mi amada changua es poco apetecida por fuera de los departamentos donde se consume (Cundinamarca, Boyacá y Santander). A muchos se les hace extraño una mezcla de leche y sal con adición de huevo y calado, pero es el producto con el cual me criaron y me levantaron muchas mañanas a desayunar cuando era niño. No por eso voy a imponer y a obligar que a todos les guste; es un tema de liberarse de regionalismos para poder dar un veredicto real y certero.
Inclusive, y como anécdota, tengo un amigo que trabaja en una marca reconocida de arepas en Medellín y nos chanceamos sobre el tema, él no se ofende, no se lo toma personal y yo hasta le he dicho que me invite a conocer su fábrica para enterarme de primera mano cómo es el proceso para la elaboración de la arepa blanca al por mayor. Me parecería una buena experiencia para contar acá.
Y para ustedes, ¿cuál es la mejor y su arepa favorita?