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Una cotiza es un calzado rústico semejante a la alpargata y usado generalmente por la gente del campo; pero una cotiza también puede ser un plátano maduro relleno de longaniza, queso, salsa de ajo, suero costeño y papas trituradas. Por lo menos así lo consideró Carlos Ibáñez, el chef creador de la carta del buen restaurante Cotiza Longaniza “piqueteadero y refresquería criolla” en Bucaramanga. Uno de los restaurantes de obligatoria visita cuando en la ciudad bonita se encuentren, y que queda ubicado en el sector del barrio Cabecera. He estado un par de veces, y aunque aún no conozco su carta completa, debo decir que lo que he probado ha colmado mis expectativas, pues este lugar logra rescatar recetas casi olvidadas de la gastronomía santandereana, como por ejemplo la sopa de chorotas (que viene siendo como una especie de empanada de maíz, pero que no se frita, sino que se cocina dentro del mismo caldo). Aunque por sus límites regionales con Boyacá y la costa Caribe, también incluyen opciones de las enriquecedoras mesas de esos dos departamentos; fritos costeños, longaniza de Sutamarchán en melao, mucho suero y chicharrón en sus preparaciones, que aseguran una carta digna de analizar y disfrutar.

A Cotiza se puede ir en familia o con amigos, y hacer un recorrido gastronómico probando de pronto un tamalito del Magdalena (róbalo del pacífico, puré de plátano pintón con queso costeño y salsa de encocado), una carne oreada, una chuleta valluna, una entrada de chunchullo muy muy crocante que recomiendo a ojo cerrado, una morcilla acompañada de papa pastusa y guiso, una porción de chorizo santandereano con salsa dulde de guarapo y triángulos de arepa santandereana con ceniza y chicharrón molido, o de pronto una costilla de cerdo en salsa BBQ de guayaba. Y “bajarlo” como se dice popularmente, con una limonada de panela granizada, una limonada de kola hipinto, una soda de patilla o una especie de refajo que hacen con guarapo, cerveza y la gaseosa de la región.

Bucaramanga siempre sorprenderá en cuanto a temas culinarios, y la verdad es que en este restaurante me siento muy a gusto hasta en el más mínimo detalle, por ejemplo la forma de servir el tinto al final del almuerzo, con esas tazas marcadas con “Café de Colombia”, una estructura en madera y un colador de tela como se utiliza en los campos y en muchos hogares de nuestro país. Son esas pequeñas cosas las que generan fidelidad y sentido de pertenencia con una marca, en este caso, con un sitio en donde se degusten alimentos típicos de la nación donde vivimos. Y si es llamativo para el residente o el turista nacional ¿imagínense para un extranjero?
Cotiza Longaniza, restaurante de origen santandereano, en mi opinión está haciendo la transición para dejar de ser una opción regional y convertirse en un sitio en donde se pueda degustar gran parte de la gastronomía colombiana.

Dirección: Calle 41 No 37-15 Bucaramanga

Instagram: @cotizalonganiza

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Bogotano, santafereño y defensor de la changua. Cuento lo que veo a diario en mi ciudad.

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Hace rato escribí una entrada en este blog sobre cómo robarse(...)

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Esta entrada viene a cuento después de leer la siguiente caricatura. Me gustan mucho algunas caricaturas. Click para ampliar.

Supongo que no ha sido únicamente la literatura, sino la ciencia en general, o la imagen que de ella se tiene, la que sin proponérselo ha creado falsas expectativas sobre el futuro posible. Expectativas de una vida sin dolor, de una vida tan larga como se quiera, llena únicamente de paz y tranquilidad, o por qué no, de emociones fuertes pero controladas. Y con futuro posible, estimado lector, me refiero a ese futuro que usted y yo muy probablemente veamos y vivamos, no el de los nietos de sus nietos.

En la literatura no es muy difícil encontrar ejemplos de lo anterior. Como quizás el lector sepa, desde Julio Verne hasta Isaac Asimov, pasando por el genial H. G. Wells, se cuentan por decenas los escritores de ciencia ficción que por una u otra razón dedicaron gran parte de su producción a imaginar 'extensiones' del mundo en el que vivían, un mundo que en algunos aspectos se parece mucho al que descansa (o sufre, según algunos) bajo nuestros pies justo ahora. Es así como desde hace más de cien años se espera con ilusión la llegada de los carros voladores, los dispositivos de teletransportación y los viajes a colonias humanas o extraterrestres en otros planetas.

No siempre el problema es que todo esto sea o no posible; el problema es cuánto se demorará su masificación, si es que se logra. Ejemplo clásico: Hoy en día se puede construir un carro que 'vuele', que con algún sistema de propulsión (una hélice, una turbina) se mantenga suspendido en el aire o se desplace a velocidades sobresalientes sin tocar el suelo y sin ser del todo un avión. Es posible; se ha hecho. Lo complicado sería cambiar todos los carros del planeta por estos vehículos, adaptar las normas de tránsito a esta nueva situación, y (lo más difícil, creo yo) capacitar a los nuevos conductores, que lejos de aprender parqueando el auto de sus tíos en reversa, una vez al volante serían dueños de poco menos que misiles tripulados, algo que me da miedo. Cosas así.

Ejemplos como el anterior se encuentran por arrobas; dentro de ciertos límites, quizás ya existe la tecnología que permite muchas cosas antes sólo imaginables (¿no están cansados de leer y ver programas sobre 'los objetos salidos de Star trek'? Yo sí). La prueba de que el arte no es completamente responsable de meternos estas ideas en la cabeza es que no todas las historias de ficción en el futuro auguran situaciones bellas. Como no he leído mucho, siento que los ejemplos en el cine son mucho más numerosos que en la literatura. Muchos directores han soñado distopias, palabra en inglés que se podría definir como 'mundo futuro, probable y decadente'. Así las cosas, Blade Runner, Total Recall y Waterworld, con perdón de los cinéfilos, son distopias, pues prometen un futuro difícil, violento, con la humanidad reducida a la pobreza, la discriminación y la enfermedad. Nuevamente, ese es sólo un punto de vista; al otro lado tenemos cintas como I, robot o Minority report, quizás un poco menos pesimistas, que muestran cómo ciertos avances agigantados de la tecnología (y no completamente ajenos a las posibilidades actuales) podrían resultar verdaderamente beneficiosos para la humanidad.


El caso de Inteligencia Artificial me parece más razonable. Uno diría, después de pensarlo un poco, que Spielberg (al igual que Saramago) intenta mostrar las dos caras de la moneda; un mismo mundo en el que convive la felicidad verdadera con la decadencia completa, y el viaje de un personaje de un lado a otro. Siempre me ha llegado hondo el hecho de que existan tantas opiniones sobre algunos temas, tantos puntos de vista y a veces todos tan diferentes. ¿Es posible aprender algo de todo esto? Pues... quizás, si antes de creer en algo decidimos echar un vistazo al otro lado de la hoja, si antes de tomar una posición ciegamente escogemos abrir nuestras posibilidades y dedicar un poco de receptividad a quienes opinan algo opuesto a lo corriente, lo cómodo, el mainstream, quizás podamos aprender algo que no sabíamos, o caer en cuenta de cosas que ni siquiera imaginábamos.

dancastell89@gmail.com

PD1: Esta otra caricatura también me parece buen; es orgullosamente geek... así es la vida. Y viene muy a cuento. Se llama xkcd y la dibuja un ex trabajador de la NASA, para que se hagan una idea.



PD2: Si creían que hay verdades que absolutamente Todo el mundo cree, échenle un vistazo a la página de los creyentes de la tierra plana. Eso demuestra que todos los temas tienen por lo menos dos caras, (siempre) obviando, claro está, la validez de cada una.

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Atreverse a afirmar que el retumbante estribillo de '¡Fuera Petro, Fuera(...)

2 Comentarios
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  1. Cotiza Longaniza restaurant in Bucaramanga is praised for its rustic charm and traditional Santander cuisine. It offers a variety of dishes that showcase the rich flavors of the region, including longaniza, chunchullo, and arepas. The restaurant’s attention to detail, from the serving of coffee to the ambiance, creates a sense of belonging and loyalty among its customers. Cotiza Longaniza is not just a regional option but also a place where one can experience a wide range of Colombian gastronomy. Merci d’avoir partagé avec les membres rice purity test.

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