Jugar la paz, desde del rol de guerrilla, sociedad civil o Gobierno, será una experiencia de reflexión, aprendizaje, cambio. El juego, próximo a salir al mercado, es una apuesta a la nueva realidad que tendremos que construir entre todos. La Paz no es un acuerdo firmado. Realmente mi vida, y la de muchos colombianos que no hemos tenido que sufrir la guerra de manera directa, no ha cambiado desde la firma del primer Acuerdo. Pero sí cambiará si decido meterle la ficha a transformar el país. Algunos dirán que es difícil o imposible. Ya lo he escuchado y sin embargo seguiremos insistiendo y trabajando para que en los espacios corporativos se creen los mecanismos para que su gente aprenda a trabajar en escenarios de paz.
Por 52 años las empresas han trabajado en escenarios de conflicto. O será que cuando sanciono a un trabajador y no sanciono a otro que cometió el mismo error por ser más cercano al jefe, o más antiguo, o lo que sea, ¿no es generar conflicto? O cuando dos trabajadores cometen la misma falta, despido a uno, pero al otro no porque es el mejor vendedor… ¿no es favorecer escenarios de conflicto? O cuando se convoca un concurso interno para cumplir el requisito del proceso pero el nuevo colaborador ya está elegido… ¿No es crear desconfianza en la organización que a la postre es un escenario de conflicto? O permitir que un jefe regañe a su equipo de trabajo de manera grosera, descalifican, invalidante… ¿No es dar señales erradas frente al liderazgo aceptado en la organización… generando escenarios de conflicto?
Ejemplos habrá muchos. Cuando PazPaís hace talleres en este punto los participante parecen perdidos recién encontrados. Todos quieren contar su historia de dolor, esa que llevan guardada en el corazón.
El reto será empezar a vivir de cara a favorecer escenarios de paz, con lo cual tendremos que crear una nueva cultura organizacional que fomente espacios de participación, integración y socialización en donde las relaciones entre personas prevalezcan sobre los intereses individuales y empresariales, dando más importancia a la comunicación sana, el respeto, la confianza…. parece sencillo pero será un gran trabajo el que nos espera.
«Hagámos a la Paz» será un juego que a través de roles nos harán entender que ahora sólo podemos jugar de colombianos… para construir una paz verdadera y estable.
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