El año que viene realmente es para pedir palco como dirían las abuelas. Nadie puede predecir qué va a pasar. Ningún candidato tiene nada en claro. Todo puede pasar. Todos los análisis que se han hecho sobre posibles escenarios de cara a las elecciones entrantes son pura esotería o metafísica. Eso hace más interesantes las elecciones pero también exigirá más responsabilidad de los colombianos y las colombianas (para estar en línea con el tema del día) a la hora de votar.

Derecha o izquierda al final se juega la suerte del país en un día. Nadie puede garantizar que mañana la derecha triunfe y termine de mejor ‘amiguis’ de Timochenko, ni que la izquierda no termine de pelea con Timochenko o que el centro se alinee para uno u otro lado. Todo puede pasar.

En el fondo el tema es que votemos todos los colombianos, bajo la gravedad de ser copartícipes del destino del país que se juega su futuro en unas elecciones. Hoy en el diario las 2 Orillas se presentó un análisis de cómo está la rueda política: 35% del poder ejecutivo quedaría en manos de solo 10 familias en el país, pero qué familias.

¿Acaso no aprenderemos la lección?

Nuestro deber es informarnos con las fuentes primarias, leer, buscar datos, corroborar la información, no comer entero. No nos podemos dejar llenar de basura la cabeza. Vayamos a analistas serios y equilibrados, validemos la veracidad de la información y sobretodo votemos con responsabilidad.