En estos días próximos al día de la mujer mucho se habla de género. Género masculino o femenino, diversidad, libertad de inclinación sexual…. género se refiere a ser hombre, mujer, LGBT. Pero acaso ¿no podríamos empezar a hablar de un tipo de género diferente? Género: Feliz. Género feliz es el único género que hará de nuestra sociedad un país en paz, y sólo así, ser feliz será cuestión de género.
Esto sólo sucederá cuando, entre quienes ineludiblemente debemos compartir la cotidianidad de nuestras vidas, asumamos nuestras relaciones sociales e interpersonales de manera responsable, lo que significa que nos hacemos cargo de nuestra comunicación. Hacernos cargo significa que me ocupo de lo que me entienden y de lo que entiendo.
Lo anterior parece obvio, pero es algo que no hacemos. O ¿Cuántas veces preguntamos qué nos entendieron? Nunca. Preguntamos si nos entendieron pero no verificamos qué fue lo que entendieron. Tampoco validamos lo que entendimos. Asumimos lo que creemos fue lo que nos dijeron.
Juego de palabras pero en ellas está la magia de la vida y la llave para construir relaciones sanas y efectivas. Entre dos personas siempre hay 9 posibilidades de no entendernos. Una cosa es lo que quiero decir, otra lo que creo decir, otra lo que digo, otra lo que pienso, otra lo que oye el interlocutor, lo que quiere oír, otra lo que cree entender, otra lo que quiere entender y otra lo que entiende…. y aún nos preguntamos por qué existen brechas entre nosotros. Pero el único responsable de cerrar esa brecha y garantizar que la comunicación sea efectiva es cada uno de nosotros.
El propósito es responder por nuestra comunicación, ir al centro para que validemos si nos entienden, y si no es así volvemos a explicar sin molestarnos, sólo aceptamos que somos diferentes y no todos descodificamos la palabra de la misma manera. También implica validar si lo que yo entendí fue lo que me dijeron, porque si no entiendo es mi responsabilidad.
Cuando tenemos relaciones sanas o, al menos, tenemos la capacidad para sanar aquellas interacciones erradas podemos vivir felices, porque sólo así construimos nuestra paz interior. Tener buena comunicación, relaciones interpersonales efectivas y de alto entendimiento, hará de nosotros gente con género feliz.