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Oscar Iván Zuluaga

Oscar Iván Zuluaga por la red social de Twitter

CONTENIDO

Arriba:
1.    La quebrada estrategia uribista contra la paz
2.    Uribe manipula al colombiano medio contra la paz
Mitad:
3.    Cómo engaña Uribe a los colombianos
Abajo:
4.    Otros sofismas de Uribe, Zuluaga y sus “expertos” contra la paz:
a.    Santos es muy débil para imponer la paz y lograr la reconciliación.
b.    Santos es débil en el Congreso.
c.    La justicia está infiltrada por las FARC.
d.    A los militares le quitan el fuero militar y a las FARC les dan Marco Jurídico para la paz
e.    Santos equiparó a las FFMM con las estructuras narcoterroristas de las FARC.
f.    Santos es de las FARC y por eso no mata a Timochenko.
g.    Quienes les dieron contundentes golpes a las FARC fueron nuestros generales y tropa por la debida conducción de Álvaro Uribe.
h.    Las FARC son una banda de sicópatas delincuentes

 

La quebrada estrategia uribista contra la paz

Uribe comenzó su “expresidencia” con el peor error político al desvincularse, oponerse y atacar el proceso de paz que inició el presidente Santos porque en lugar de mostrar una continuidad lógica de los golpes dados a las FARC durante sus dos gobiernos, lo que ponía en ventaja al Estado y obligaba a las FARC a que tuvieran que optar  por la paz, lo que hizo Uribe fue mostrar que sus dos gobiernos no golpearon lo suficiente a las FARC, agravando esta percepción con su campaña para destacar cada ataque de las FARC como una superioridad de las FARC sobre las fuerza pública del Estado, es decir, si las FARC eran capaces de atacar al gobierno del presidente Santos no era porque Santos, Comandante en Jefe, haya ordenado o impedido que el ejército las atacara sino que por encima de todo la fuerza pública seguía siendo víctima de las emboscadas y ataques de las FARC. En otras palabras, Uribe se dedicó a demostrar que las FARC nunca perdieron el peligro de su amenaza a la fuerza pública ni tampoco perdieron la capacidad de ataque de su aparato militar.

O mejor dicho, las victorias militares de Uribe durante sus dos gobiernos al final dejaron unas FARC capaces de recuperarse porque su estructura operacional y su aparato militar quedaron inermes.

El error de Uribe es político porque a pesar de que lo que afirmo en el párrafo anterior es verdad, Uribe tuvo la oportunidad de dejar un legado de victoria sobre las FARC, gracias al cual las FARC no les había quedado otro camino que buscar la paz, lo que Uribe hizo fue romper ese legado demostrando todo lo contrario que sus victorias contra las FARC nunca fueron suficientes y que el poder de las FARC era tal que a su manera de ver era imposible aceptar ni iniciar ninguna negociación de paz con ellas.

El segundo gobierno de Uribe (2006-2010) tuvo la intención de doblegar a las FARC para lograr la paz, pero la debilidad de Uribe, por poner la consistencia de su electorado por encima del beneficio de la nación, hizo que un carro bomba en la Universidad Militar Nueva Granada lo hiciera desistir. El gobierno de los Estados Unidos estuvo sorprendido por esta fuente pero de acuerdo con el exguerrillero “Nicolás” quitar al Mono Jojoy y a Alfonso Cano pondrían a las FARC en la dirección de la paz. Esto solo lo logró Santos como presidente, objetivo que lo había iniciado como Ministro de Defensa desde el ataque a Raúl Reyes.

Uribe tuvo en sus manos la compleción de la derrota de las FARC con la negociación de la paz pero nunca tuvo las agallas políticas para lograrlo y ahora que ve que ese era el paso lógico y obvio reniega que sea Santos y no él el que pase a la historia con el fin militar de las FARC, que es el principal resultado de la negociación de paz.

Este grave error político del expresidente Uribe no hubiera pasado a mayores si él no se hubiera embarcado en una guerra contra Santos y su negociación por la paz.

Esta guerra de Uribe contra un proceso lógico, obvio y natural solo podría alimentarla con falsas suposiciones y con elaborados sofismas.

2. Uribe manipula al colombiano medio contra la paz
Por experiencia propia Uribe sabe que el colombiano medio no es una persona dada a la curiosidad de conocer las causas o el cómo de las cosas y que solo basta con que haya una lógica para que su credibilidad sea entregada.

Los reuniones comunales y la respuesta inmediata de Uribe a cada crítica que le hagan obedecen siempre a este principio de Uribe y al cual se debe la popularidad que todavía goza.

Lo que hace Uribe es trabajar siempre con la lógica de la gente, adaptar esa lógica, moldearla y ponerla a su favor.

Un ejemplo de ello es el resentimiento popular contra las FARC, que tiene muchos orígenes como son no ser capaces de derrotar al estado, el uso del narcotráfico, el ataque a la población civil, incluyendo los secuestros y el terrorismo, etc. Ante todo eso existe un sentido de venganza y retaliación contra las FARC, un sentimiento de que deben ser castigadas y de hacerles pagar sus errores.

Cuando las FARC deciden terminar todas esas acciones, que les han ganado impopularidad, víctimas externas y propias y enemigos por doquier, a través de un acuerdo de paz digno para las partes del conflicto, entonces la situación cambia completamente.

Si el precio del fin violento de las FARC es el perdón, en el fondo se ha llegado a una solución virtuosa ya que el perdón es noble y de alta espiritualidad, no cuesta sangre ni dinero y garantiza que de ahora en adelante estando dentro de la ley cualquier error de las ex FARC caería dentro de la justicia ordinaria al igual que toda la delincuencia a la que la fuerza pública está acostumbrada de atacar, pero ya sin el conflicto militar con las FARC, sin el terrorismo, sin el secuestro y sin más víctimas de la violencia de las FARC.

Atacar este, prácticamente milagroso, hecho para el presente y futuro de Colombia sería cosa de retrógados, fanáticos, vengadores y guerreristas. De esto no queda la menor duda.

No existe ningún argumento válido contra la paz. ¿A quién se le puede ocurrir que exista algo malo en la paz?  La paz es el fin de los hostigamientos armados y de la destrucción. No hay paces perfectas ni imperfectas, no existen “clases’ de paces, la paz es una sola, la ausencia del enfrentamiento armado o de la guerra. Si no es paz es porque hay conflicto o guerra. La paz es lo contrario de la guerra. No tiene otro calificativo excepto que es lo más digno del ser humano. La paz debe ser lo normal de toda civilización, la guerra es lo bárbaro, lo más salvaje de la condición humana.

Ante esta realidad Uribe tiene que inventarse que hay varias clases de paz, una justa y otra injusta, una impune  y otra castigadora. Si lo justo es vivir en paz ¿qué tiene de injusto que las FARC no hagan más terrorismo, no secuestren y no cometan más crímenes?  Si fuera cierto que castigando a los criminales, incluso matándolos, acaba el crimen no tendría que existir ningún crimen en Colombia desde el momento en que el primer criminal fue llevado a la cárcel. Hoy tenemos infinidad de criminales muertos y las cárceles superpobladas y el crimen no se ha acabado. Por eso es que hay que ir a los orígenes como lo hacen hoy las FARC y el gobierno nacional con la negociación por la paz.

Cuando se va contra la verdad y la realidad de los hechos no queda más que hundirse en una cadena humillante de descalabrados errores y a eso han llegado Uribe, Zuluaga -su imagen y semejanza- y el uribismo.

Uribe ha manipulado el sufrimiento de la guerra del colombiano medio como un arma contra la paz, le ha hecho creer que el  castigo es la única vía para la paz.
La que con sofisma él y sus “expertos” llaman justa y sin impunidad.

La paz es reconciliación. No se trata de la reconciliación entre las FARC y la fuerza pública únicamente, se trata de la reconciliación entre los colombianos, principalmente los que han sufrido a las FARC o las odian reconciliados con las FARC.

La reconciliación no necesita de castigos, esos son precisamente obstáculos para la reconciliación y son calculada exigencia para continuar la guerra, impedir la paz.

La reconciliación es perdón. Es comenzar una relación nueva sin rencores ni venganzas, dónde no quepan las retaliaciones.

Por eso la paz es una forma de vida nueva para los colombianos, acostumbrados a la guerra, el rencor, la venganza y la retaliación. No es fácil para una cultura cimentada en la violencia como la colombiana entender la importancia de la paz, el perdón y la reconciliación. Esas deben ser como palabras de un idioma extraplanetario desconocido en Colombia.

La labor del gobierno, la Iglesia, los partidos y las instituciones de Colombia es educar al colombiano en la civilización de la paz. La paz con las FARC es el primer paso para aprender la cultura de la paz.
El colombiano medio no sabe qué es la paz, nunca la ha vivido. ¿Debemos hundirlo aún más en su ignorancia como lo hace Uribe, Zuluaga y sus “expertos” uribistas o debemos sacarlo de la ignorancia  ayudándolo a vivir sin violencia ni guerra aplicando el poder y la virtud del perdón?

 

3. ¿Cómo engaña Uribe a los colombianos?

 

Lo primero que hizo Uribe fue dividir a la derecha y a los colombianos entre la paz y la no paz, o sea la que llama paz “justa” y “sin impunidad”Proponer la paz como lo hizo el presidente Santos es el producto de dos condiciones ineludibles:
La primera es que las fuerzas armadas durante el gobierno de Santos lograron un control táctico y estratégico de las FARC, es decir que las tienen acorraladas y están en capacidad de infringirles serios golpes al mismo tiempo que tienen claro que es improbable una victoria militar a raíz de la resistencia con la que las FARC derrotaron a la Seguridad Democrática y a que el gobierno de Uribe fue incapaz, por causa de la misma Seguridad Democrática, de desmantelar el aparato militar de las FARC y su capacidad operacional de amenaza, la que se ha visto claramente en emboscadas, ataques y sabotaje a la infraestructura.

La segunda es que la Constitución exige la paz como su primer principio. El artículo 22 de la Constitución reza textualmente: “ La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.” Y la Constitución exige la amnistía y el indulto como sentencias  para delitos políticos o de conexión política. El artículo 150 de la Constitución reza textualmente: “Corresponde al Congreso hacer las leyes. Por medio de ellas ejerce las siguientes funciones: 17. Conceder, por mayoría de los dos tercios de los votos de los miembros de una y otra Cámara y por graves motivos de conveniencia pública, amnistías o indultos generales por delitos políticos.”  Y el artículo 201 “Corresponde al Gobierno, en relación con la Rama Judicial: 2. Conceder indultos por delitos políticos, con arreglo a la ley, e informar al Congreso sobre el ejercicio de esta facultad.”

La amnistía es el perdón del crimen y el indulto es el perdón del castigo.  Como la amnistía y el indulto son sentencias constitucionales relacionadas con el perdón y como las diferentes formas del perdón son naturales e intrínsecas de todo acuerdo de paz, que beneficia una conveniencia pública, entonces pertenecen propiamente a la justicia transicional. Llamada así porque es el puente o transición a la justicia ordinaria, a la que se lleva a enemigos políticos que hasta ahora se habían mantenido fuera de la ley.

La justicia transicional está hecha para dar sentencias de perdón a los actores de un conflicto armado porque es el único sistema para poner fin a las venganzas, rencores y retaliaciones que han justificado la guerra.

Mientras que la amnistía y el indulto son constitucionales y sirven un bien público soberano de Colombia, la impunidad a su vez no es constitucional y es típica de la justicia ordinaria donde prevalece la rehabilitación y el castigo en oposición a la justicia transicional donde prevalece la reconciliación y el perdón.

La impunidad pertenece a los vicios de la justicia ordinaria pero nunca ha pertenecido ni pertenecerá a la justicia transicional, donde el objetivo de las sentencias de amnistía e indulto son necesarias para el beneficio público de la paz y la reconciliación para toda la nación.

En palabras sencillas y generales se puede concluir que la impunidad es propia únicamente de los vicios de la justicia ordinaria y sería ilegal, mientras que el perdón de la amnistía y el indulto son la máxima expresión de la justicia transicional y sus sentencias son de por sí propias, legales y constitucionales

Esto quiere decir que la amnistía y el indulto son inherentes a un acuerdo de paz regido por la justicia transicional. No existe ninguna impunidad en la justicia transicional porque de no existir crímenes que deben confesarse con verdad, reparación y no repetición no existiría ningún sentido para el perdón. Hay perdón porque ha habido crímenes. La no repetición de estos crímenes y el cese definitivo de la violencia es la esencia del acuerdo de paz y el perdón es su requerimiento para que no queden remanentes de venganza, rencor y retaliación.

Lo que deben hacer los colombianos es una introspección para el perdón, aprender a perdonar, aprender a reconciliarse, aprender a vivir en paz.

No existe, nunca ha existido y no puede existir impunidad en ningún acuerdo de paz en el mundo.  El perdón de la amnistía y el indulto es lo que siempre ha existido y existirá en todos los acuerdos de paz. Perdón significa reconocimiento del crimen. Es imposible perdonar un crimen que no existe. Porque el crimen existe es que puede haber Verdad, Reparación y No Repetición.

El engaño de Uribe, Zuluaga y los “expertos” uribistas consiste en llamar “impunidad” al perdón. La impunidad es propia solamente de la justicia ordinaria, donde se busca con la impunidad evitar la rehabilitación y el castigo. La impunidad no existe en ningún acuerdo de paz porque el perdón es la verificación del crimen y por el cual existe Verdad, Reparación y No repetición.

4. Otros sofismas de Uribe, Zuluaga y sus “expertos” uribistas contra la paz

1.    Santos es muy débil para imponer la paz y lograr la reconciliación.

Falso porque hay más de un setenta por ciento (70%) de colombianos que quieren la paz, eso es todo lo que se necesita, que la mayoría del pueblo colombiano quiera la paz, la abrace, la viva y la defienda. Y esa es la única y más importante garantía para el triunfo de la paz y de la reconciliación.

2.  Santos es débil en el Congreso.

Todo lo contrario. Los más acérrimos enemigos contra la paz cuentan con solo 19 curules y la composición partidista de la segunda vuelta, como el Congreso actual,  muestra claramente la unión de diferentes partidos alrededor de la paz.

2.    La frase ¿Usted prestaría sus hijos para la guerra? Ataca el honor militar.

Falso porque el honor militar se mide por la profesionalidad, el respeto militar a los derechos humanos y la limpieza constante y profunda de militares criminales dentro de la fuerza pública. Si las fuerzas militares de Colombia vivieran en éٞpoca de paz ninguna madre estaría prestando sus hijos para la guerra, pero si hay una guerra interna ¿para qué están prestando sus hijos las madres de Colombia?

Sería vergonzoso que existiera un militar o ex militar que ignorara campantemente el artículo 216 de la Constitución que incluye: “Todos los colombianos están obligados a tomar las armas cuando las necesidades públicas lo exijan para defender la independencia nacional y las instituciones públicas.”
¿Qué tipo de militar es ese que le tiene miedo a  morir en la guerra?
¿Qué clase de madre presta su hijo a la guerra sin querer que se sacrifique por la patria?

Que un civil ignore eso es perdonable, pero que alguien que siquiera tenga un contacto con asuntos militares ignore que la guerra es de vida o muerte y que todo militar tiene la OBLIGACIÓN de sacrificar su vida por la patria es el colmo de la ignorancia.

Si la guerra no es de vida o muerte  ¿por quéٞ los militares no usan pistolas de agua?

3.  La justicia está infiltrada por las FARC

La aplicación de justicia en Colombia tiene fallas, pero en cuanto a los derechos humanos ha sido excepcional. De ahí que decir que la rama de justicia está “infiltrada” o “influenciada” por las FARC es tan absurdo como decir que las FARC lideran los derechos humanos en Colombia.

4.  A los militares le quitan el fuero militar y a las FARC les dan Marco Jurídico para la paz

Las FF MM de Colombia han incurrido en severas violaciones de derechos humanos por las que han sido condenadas internacionalmente, también han entrenado y equipado el sanguinario paramilitarismo y usaron el fuero militar para borrar, cubrir y dejar impunes militares criminales por simple camaradería por eso Uribe (14 de junio de 2006) se vió obligado a quitar el fuero militar porque la confianza de Estados Unidos y Europa estaba deteriorándose y habían condicionado acuerdos económicos y los aportes a las FF MM.
El fuero militar es una inconveniencia para los intereses de Colombia. Los militares deben poner la patria por encima de sus propios intereses o los de los militares criminales.
El Marco Jurídico para la paz es para todos los colombianos, porque los que dejan de sufrir la guerra son todos los colombianos. La paz no es dada a nadie en particular sino a todos los colombianos. Sería de crasa ignorancia decir que el MJP es para el gobierno, las FFMM o las FARC.

5.   Santos equiparó a las FFMM con las estructuras narcoterroristas de las FARC

“Las Fuerzas Militares no están conformadas por doñas Florindas que consiente zapateos diciendo no me igualo con la chusma, chusma, chusma. Las Fuerzas Militares son profesionales que se enfrentan a cualquier organización militar del tamaño y la composición que sea. Lo que la distinguen a las Fuerzas Militares es su alta profesionalidad, su respeto por los derechos humanos, su conciencia de que así como pueden combatir un enemigo también puede sostener y defender la paz con sus antiguos enemigos. Esa es la diferencia de la profesionalidad militar.

Las Fuerzas Militares se igualarían a las FARC-EP solamente si secuestran, producen narcóticos o violan los derechos humanos de los civiles. Permitir criminales en las Fuerzas Militares es lo que las desprestigia y las iguala a las bacrim y al crimen organizado.” (“ALERTA”, pág. 60)

Las bajas del ejército como las de las FARC es lo normal de toda guerra.

“Sería ridículo que una organización insurgente dijera “Uy tan malo el ejército nos mató uno de nuestros combatientes”.  Los insurgentes, sin sueldo y sin seguros, dan con valentía y orgullo su vida por su causa, un militar profesional no puede estar por debajo de ese nivel.” (“ALERTA”, pág. 63)

6.  Santos es de las FARC y por eso no mata a Timochenko

Cuando los líderes acuerdan negociar no pueden matarse entre sí.
“Cualquier militar con honor entendería la contradicción y la humillante situación que representaría para el Estado que lidera la negociación de paz.”

“El terrorista Yasser Arafat fue nominado y le fue otorgado el premio Nóbel simplemente por su apertura hacia la paz.  Timochenko ha arriesgado la seguridad de las FARC-EP para que se sienten a la mesa de negociación y a pesar de que se le ha sido negada su petición de tregua, en medio de una sangrienta guerra las FARC-EP desarrollan y amplían en La Habana su compromiso real con la paz.” (“ALERTA”, pág. 42)

7.  Quienes les dieron contundentes golpes a las FARC fueron nuestros generales y tropa por la debida conducción de Álvaro Uribe

Falso porque Uribe fue incapaz de tocar la cúpula de las FARC durante todos los cuatro años de su primer gobierno a pesar de haber hecho hasta lo imposible. El único capaz fue Juan Manuel Santos cuando se ganó el Ministerio de Defensa en el 2006 y acabó con
Negro Acacio, Martín Caballero, Raúl Reyes y logró la más grande liberación con la Operación Jaque, luego como presidente acabó con Mono Jojoy y Alfonso Cano.

“Todas estas operaciones las dirigió Santos dentro de la filosofía de la nueva estrategia de contrainsurgencia, que supera a la Seguridad Democrática y que en general fue llamada el Salto Estratégico, y que permitió que las FARC-EP vieran su inevitable vulnerabilidad militar que las obligó a sentarse a la mesa de negociaciones.”  (“ALERTA”, pág. 9)

8.  Las FARC son una banda de sicópatas delincuentes

Esa es la definición para las AUC que fuera de hacer picadillo y desaparecer sus miles de víctimas hasta se las comían.

“Los delitos políticos y el delito político conexo son definidos como los propios de cualquier organización que, como cualquier partido político, busque la toma del poder a cualquier nivel y de cualquier forma y que a diferencia de un partido político legal lo hace ilegalmente a través del crimen, la violencia y el enfrentamiento armado.” .”   (Respuesta a la Corte Constitucional sobre el Marco Jurídico para la Paz, Observación 2, https://blogs.eltiempo.com/paz-colombia-y-el-mundo/2014/05/29/deberan-participar-las-farc-ep-en-politica/ )

“4.    El crimen político y el de conexión política cubre todos los crímenes ordinarios, sin excepción, en los cuales la causa y el objetivo del crimen no es el beneficio personal o de un grupo de personas, organizadas o no, sino el  beneficio de una organización cuyo objetivo y el de sus miembros es debilitar el Estado y tomar el poder. Donde la causa y el objetivo del crimen es político.”   (Respuesta a la Corte Constitucional sobre el Marco Jurídico para la Paz, Observación 4, https://blogs.eltiempo.com/paz-colombia-y-el-mundo/2014/05/29/deberan-participar-las-farc-ep-en-politica/ )

9.  Las masacres no son diferentes así las ejecute un paramilitar o un miembro de las FARC

“Aunque la pérdida de la vida es la misma si a una persona la parte un rayo o la arrolla un conductor ebrio, eso no hace que el rayo y el conductor ebrio sean lo mismo.”  .”   (Respuesta a la Corte Constitucional sobre el Marco Jurídico para la Paz, Respuesta 2, https://blogs.eltiempo.com/paz-colombia-y-el-mundo/2014/05/29/deberan-participar-las-farc-ep-en-politica/ )

Las AUC  son bandas de sanguinarios mercenarios al servicio del estado en la eliminación de los soportes civiles de las FARC y al de magnates ganaderos y de otros poderosos del negocio agro-pecuario con vitales intereses en la posesión de tierras. Las FARC no son mercenarias de nadie y son una organización militar insurgente de exclusiva causa, práctica y objetivo político.

“Las diametralmente opuestas diferencias entre las AUC y las FARC-EP no pueden ser ignoradas por una persona conocedora del conflicto armado ni por nadie que por lo menos disfrute de mínimos conocimientos jurídicos.” (idem)

 

 

José María Rodríguez González

@WorldPolicies

 

 

N. B. Varios de estos puntos se encuentran ampliados en “ALERTA” libro de impacto nacional sobre la negociación de paz y los términos del conflicto armado

¡ Alerta ! “  Negociación de Paz Y Conflicto Armado en Colombia
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Analista de conflictos armados y política internacional. Autor del libro "ALERTA" (Negociación de Paz y Conflicto Armado en Colombia). Co-autor del libro "El golpe de Estado en Honduras desde una perspectiva de los DD.HH." Y autor de varios ensayos, entre los que se destaca: "Asuntos de inteligencia militar sobre estrategia contra las Farc".

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1 Comentarios
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  1. Sobre el narcotrafico como delito conexo, me pregunto, por qué Uribe no puso el grito en el cielo cuando el Tribunal de Justicia y Paz de Bogotà, le aceptó ese delito como conexo al ex paramilitar comandante militar del Bloque Central Bolivar, Rodrigo Pérez Alzate alias Julian Bolivar, por qué ahora no acepta ese trato igual para este proceso, o tal vez será porque al señor Pérez Alzate, se le vincula como a Santiago Uribe, con los Doce Apostoles.

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