CAPÍTULO CXI.
Hoy en el Padre WILLINTON TORRES PULIDO nos trae un viaje a su INFANCIA en el que para estos TIEMPOS no es muy usual , mucha gente mira con obsesión hacia el FUTURO y cada menos quiere recordar su PASADO , que en el fondo son los INICIOS…
En esos CAFÉS que armamos y de los que salen FUENTES de inspiración para estas REFLEXIONES, es ahí donde ÉL brilla desde su bajo perfil , que toma vuelo y dimensión , cuando su PLUMA fluye …
Asi que prepárese aquello que más le guste para BEBER y acompañar una LECTURA, que seguramente le dejará un aporte…
“El Campo, ¿Justicia o misericordia? De poesía, romance o realidad.
Hace algunos años recuerdo mi infancia, en vacaciones iba a visitar a mis abuelos paternos y maternos, ellos eran campesinos. Cómo no hacer memoria de aquellos tiempos en que se ordeñaba en la mañana las 3 vacas normandas o cuando íbamos a disfrutar de un buen baño en el río o nos preparábamos en las mañanas para las estupendas jornadas y qué decir de las grandes jornadas donde nos invitaban a sacar las cosechas de papa o recoger la cebaba y el maíz. Allí aprendimos lo hermoso que es el campo, pero también fuimos testigos de la valentía de nuestros humildes campesinos, quienes, desde las cuatro de la mañana, ya estaban de pie para comenzar la jornada. Recuerdo también que se guardaban algunas semillas que después servirían para sembrar y así prepararse para la siguiente cosecha que sería vendida en la plaza de mercado del pueblo y continuar con las labores cotidianas, preparando la próxima siembra.
Los jóvenes trabajaban el campo y no faltaba la comida, puesto que tenían motivaciones para seguir en las grandes parcelas. Había todavía posibilidades en la compra de los productos a un precio moderado razón por la que se podía continuar en el agro. Hoy hemos sido testigos de los grandes desplazamientos de familias, jóvenes, a la ciudad, y por su puesto esto ha generado también el aumento en las tasas de desempleo.
Fuimos creciendo y en el campo, algunos cultivos no continuaron cultivándose.
La pregunta, ¿por qué? ¿Qué causó la desaparición de cultivos como el trigo o la cebada? ¿Por qué la falta de apoyo de quienes compraban los productos? ¿qué sucedió? Aquellos alimentos que en una época se producían en casa y daban para abastecer nuestro país no continuaron su producción.
Hace algunos años comenzaron los tratados de libre comercio entre los países, dando fuerza a la globalización, y a los adelantos en tecnología. Esto generó que se tecnificara el cultivo de las tierras. Por otra parte, trajo consigo que algunas multinacionales se adueñaran del campo y comenzaran a sacar las semillas transgénicas apoderándose del derecho que tiene todo ser humano de dar uso de los recursos naturales de manera responsable. Recuerdo tanto en algunos sectores, que las personas del campo dependían de los precios especulativos; campesinos que, para sembrar, sacaban créditos y así lograr nuevamente las cosechas. Claro está, que la mayoría del dinero se va en químicos para que se logren los frutos deseados. Qué bueno es tener semillas propias y no permitir que el campo sea explotado por multinacionales que manipulan las semillas obligando a comprar productos químicos para que éstas puedan dar cosecha.
Colombia importa el 30% de los alimentos, cuando es un país que en su riqueza natural puede crear las condiciones y el apoyo de producción de los mismos. ¿qué está pasando con el campo? Hoy se habla de productos orgánicos, pero, ¿será posible producirlos cuando nos quitan el derecho a tener nuestras semillas y a producir nuestros productos? ¿De cuándo acá los gobiernos permiten que grandes multinacionales se apoderen de nuestras semillas y creen semillas dependientes de tantos químicos que nos venden y sin los cuales no pueden producir los frutos de la buena cosecha? ¿Será que nos falta conciencia para ver que con tanto químico nos estamos envenenando y que esa situación ha llevado al crecimiento de tantas enfermedades aun teniendo mejores condiciones de vida?, Ya en la carta encíclica Laudato si, el Papa Francisco advierte sobre la contaminación y las causas que la generan, “…los depósitos de sustancias que contribuyen a la acidificación del suelo y del agua, a los fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agrotóxicos en general”. (n.20) Y, aun así, se continúa apoyando a las multinacionales que ofrecen los químicos para que el medio natural sufra mutaciones donde ya ni los animales que pertenecen a su hábitat propio puedan vivir. Nos preguntamos también ¿Por qué seguimos vendiendo nuestros recursos naturales a países extranjeros, olvidando a las siguientes generaciones y quitándoles la oportunidad de disfrutar de los hermosos paisajes y tesoros de Colombia?, señala el papa Francisco al respecto: “Muchas veces se toman medidas sólo cuando se han producido efectos irreversibles para la salud de las personas” (LS. n. 21)
Podrá haber todo el dinero del mundo para comprar alimentos, pero, ¿si no hay quién cultive? Sin el apoyo a nuestros campesinos quienes al sol y al agua trabajan para que tengamos productos de calidad, los campos se quedarán solos y esto causará la importación de los mismos, generando desempleo y miseria. Es el tiempo de apoyar de verdad el campo, para que los alimentos sean de productos orgánicos, y para que nuestros campesinos tengan mejores oportunidades y quienes consumimos los alimentos tengamos también la posibilidad de condiciones de vida que nos permitan disfrutar de los buenos frutos de la tierra sin veneno químico y más natural. Si no se les ofrece el apoyo que necesitan, tampoco les quitemos las oportunidades de cultivar de manera honesta y laboriosa el campo. Qué bueno que tengan las semillas nativas para poder cultivar. Y como dice el papa Francisco: “El amor social es la clave de un auténtico desarrollo: “para plasmar una sociedad más humana, más digna de la persona, es necesario revalorizar el amor en la vida social- a nivel político, económico, cultural-, haciéndolo la norma constante y suprema de la acción”…se hace necesario alentar una cultura del cuidado que impregne toda la sociedad”. (Laudato si. n. 231). El cuidado del campo, no es de romanticismo o poesía es un acto solidario no sólo de misericordia sino también de justicia, una realidad que nos hace tomar conciencia de nuestra responsabilidad, como integrantes de un mundo, en el que las próximas generaciones también tienen derecho a contemplar y compartir.“
Será que este PENSAMIENTO lo hacemos parte importante en NUESTRA manera de VIVIR ..? Solo está en NOSOTROS, en que podamos TRANSFORMAR el paso por esta BENDITA tierra ; para que sea valorada pensando en los que siguen ; dando un MENSAJE sano y esperanzador dentro de ciertos parámetros ….
Demos un POCO de lo mucho que tenemos…
Regale TIEMPO … Regale sus DONES…siempre hay GENTE que lo VALORA…
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LOS DIALOGANTES DE HOY
Padre WILLINTON TORRES PULIDO.
ALEJANDRO LOPEZ CONDE A.
FOTOS : CAROLINA SANCHEZ MONTEALEGRE