CAPÍTULO CXXV
El Padre WILLINTON TORRES PULIDO siempre nos propone que ASUMIR retos intelectuales son parte de ese profundo CAMBIO que debemos emprender para aportar a una sociedad que esta ávida de ellos …Quizás por ello su APORTE sea vea REFLEJADO en este escrito que es parte de su IMPRONTA que de seguro los hará sentir en una VERDADERA de SUNAMI de neuronas…
¨América Latina: Por un sueño de unidad.
Por estos días se han movilizado varios grupos a nivel latinoamericano por la defensa de los derechos teniendo en cuenta los deberes como ciudadanos.
América Latina está conformado por hombres y mujeres de bien, trabajadores luchadores, emprendedores y visionarios. Con una riqueza propia en cada una de las regiones y países de nuestro continente. Se trabaja hace muchos años, por lograr consolidar la unidad capaz de luchar contra las fuerzas del egoísmo que dividen a los seres humanos. Y tanta riqueza existe en nuestros países que todas las grandes multinacionales, la buscan porque la rentabilidad financiera es buena.
Se reconoce a hombres y mujeres con gran bondad en sus corazones, nuestros paisajes naturales son una fuente de vida y patrimonio de la humanidad, que a veces no sabemos valorar. Se dice que la próxima guerra mundial que ojalá no ocurra, será por agua.
En los países del norte y de Europa se ve el esfuerzo por consolidar esta unidad en la riqueza de diversidad que los acompaña. Hoy me surge una pregunta ¿Por qué nos cuesta tanto lograr esta unidad en los países de América Latina? Y no hablo de uniformidad sino de buscar el bien común de nuestros pueblos. Cuando un equipo de fútbol trabaja coordinado se logran grandes triunfos, que dan alegría y son signo de unidad.
¿Cuáles son las motivaciones que nos orientan a trabajar en equipo? Cuando comenzamos, por valorar la riqueza humana que hay en los otros, se crece y se aprende también de los demás. Pareciera que la miopía ha logrado una visión tan corta, que se ha quedado en mirar, que todo depende de qué color sea, causando distracción y dificultad en la unidad, y se pueda hacer una verdadera lectura de la situación actual. Cuando tenemos la claridad sobre lo que se quiere, entonces todos los esfuerzos se pueden lograr. Pero para ello hay que dejar el egoísmo creyendo que mi grupo es el mejor y que los demás son los peores. Es hora de reconocer los valores comunes de los países de América Latina y pensar en el pueblo y sus necesidades, en los derechos fundamentales como la vivienda, la educación, el trabajo, la alimentación. La visibilidad de valores como el encuentro, la reconciliación, la vida, la paz, la solidaridad, el perdón, la justicia social, pueden lograr que el bien común triunfe y se promueva la dignidad de toda persona en la sociedad.
Es hora de pensar en equipo por las realidades más sentidas, escuchando las necesidades de un pueblo, promoviendo los derechos y deberes y sobre todo, los valores por los que se ponen en marcha todos los esfuerzos.
Los grandes cambios en América Latina, comienzan a darse en los pequeños grupos, en la familia, en el trabajo, en los ambientes donde nos relacionamos, en el encuentro con los demás, en la cotidianidad de la existencia. Si queremos cambiar el mundo hay que comenzar a cambiar los corazones, salir del egoísmo, hacia una verdadera cultura del encuentro, generando empresa, donde haya salarios justos, y no se explote al trabajador, donde haya oportunidades para que nuestros pueblos tengan la posibilidad de crecer no sólo en PIB, sino también en aquellos valores que nos hacen grandes personas y que humanizan las relaciones sociales. Es allí en una cultura del encuentro de la solidaridad, de la justicia social, donde se humaniza la política, la cultura, la economía, dando como resultado nuevas relaciones humanas dignas de todo ser humano en independientes del color que sea. Tanta violencia surge de la corrupción, generada por el egoísmo de quienes tienen no sólo los bolsillos, sino un corazón egoísta y sin fondo, que los enferma y los convierte en una caja fuerte y fría donde los demás seres humanos sólo existen para llenar sus bolsillos y no para transformar nuevas relaciones justas, y fraternas.
Somos un solo cuerpo social, donde se entona la mejor melodía que nunca antes se había escuchado. Allí, cada uno se encarga de tocar un instrumento musical asumiendo su responsabilidad por el bien común y por los derechos fundamentales de nuestros pueblos. Si quieres la paz, trabaja por la justicia; eres protagonista en la gran melodía que hace del presente la gran oportunidad para que los valores de los cuales estamos sedientos encuentren en el desierto, el oasis de la vida, en la justicia, la paz, la solidaridad, la civilización del amor.
Sólo uniendo esfuerzos por el bien común, y dejando de discutir por colores, se logrará dar vida al gran arcoíris que hace posible reconocer y trabajar por alcanzar los sueños de unidad en la diversidad, logrando el milagro de la comunión que da como cosecha los buenos frutos por un continente, y por un país mejor.¨
Con partamos unas imágenes que vale mas que…