De la ENCÍCLICA del PAPA (e) BENEDICTO XVI… HOY este APARTADO…
En este homenaje; a partir de ahora PÓSTUMO; dice el PAPA (e) BENEDICTO XVI..:
”El tema del desarrollo coincide con el de la inclusión relacional de todas las personas y de todos los pueblos en la única comunidad de la familia humana, que se construye en la solidaridad sobre la base de los valores fundamentales de la justicia y la paz. (C.V. 54)
CAPÍTULO QUINTO
LA COLABORACIÓN DE LA FAMILIA HUMANA
II SOLUCIONES PARA LA CRISIS ECONÓMICA ACTUAL
60. La ayuda al desarrollo de los países pobres
a. Más recursos para la solidaridad
En la búsqueda de soluciones para la crisis económica actual, la ayuda al desarrollo de los países pobres debe considerarse un verdadero insirumento de creación de riqueza para todos.
Qué proyecto de ayuda puede prometer un crecimiento de tan significativo valor – incluso para la economía mundial – como la ayuda a poblaciones que se encuentran todavía en una fase inicial o poco avanzada de su proceso de desarrollo económiase En esa perspectiva, los estados económicamente más desarrollados harán lo posible por destinar mayores porcentajes de su producto interior bruto para ayudas al desarrollo, respetando
los compromisos que se han tomado sobre este punto en el ámbito de la comunidad internacional.
Lo podrán hacer también revisando sus políticas internas de asistencia y de solidaridad social, aplicando a ellas el principio de subsidiaridad y creando sistemas de seguridad social más integrados, con la participación activa de las personas y de la sociedad civil. De esta manera, es posible también mejorar los servicios sociales y asistenciales y, al mismo tiempo, ahorrar recursos, eliminando derroches y rentas abusivas, para destinarlos a la solidaridad internacional.
Un sistema de solidaridad social más participativo y orgánico, menos burocratizado pero no por ello menos coordinado, podria revitalizar muchas energías hoy adormecidas en favor tambien de la solidaridad entre los pueblos.
b. Subsidiaridad fiscal
Una posibilidad de ayuda para el desarrollo podría venir de la aplicación eficaz de la llamada subsidiaridad fiscal, que permitiría a los ciudadanos decidir sobre el destino de los porcentajes de los impuestos que pagan al estado. Esto puede ayudar, evitando degeneraciones particularistas, a fomentar formas de solidarid ed social desde la base, con obvios beneficios también desde el punto de vista de la solidaridad para el desarrollo.
Cualquier parecido con la REALIDAD es mera COINCIDENCIA.
Aún se recuerda el CONCEPTO inspirador de la ENCÍCLICA que tanto APORTA …
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LOS DIALOGANTES DE HOY
Mons.ENRIQUE SARMIENTO ANGULO
FOTOS : CAROLINA SANCHEZ MONTEALEGRE