CAPÍTULO CCXLI.En este MUNDO es posible la CASTIDAD.

“En este MUNDO es posible la CASTIDAD…

1. Cómo vivir la castidad en la actualidad

Lograr navegar en dicho mar de la castidad, debe ser la mezcla homogénea de nuestras fuerzas corporales y de la asistencia solícita del Espíritu Santo, sin ello perdería su esencia y podríamos cruzar el umbral del activismo o de misioneros acomodados. La mar es compleja, a veces los vientos soplan fuerte en un solo sentido, otras soplan desde diversos puntos y otras tantas abruman por el silencio o la soledad que derrumba la vela de nuestro barco. La anterior analogía, puede ser útil para identificar hacia donde debemos remar, sin dar tantas vueltas en un solo punto, con el objetivo de ser consiente de los desafíos que llegan y poder responder a los retos de esta, es decir, esto nunca acaba, seguimos remando, con fuerza, otras con desaliento, otras con la certeza haciadonde ir, pero con el firme deseo de valernos de dichas virtudes, para llegar a la plena consumación del carisma, cuando observe el puerto de llegada, Cristo.

La teología moral ha hecho un esfuerzo significativo para arraigar el sentir de hombres y mujeres bajo la luz misma de la fe, dirá Flechas: “Ya se ha dicho que el objetivo de la teología moral es el comportamiento humano responsable, en cuanto orientado hacia el bien y considerado a luz de la revelación y de la fe” ciertamente tratar de acertar a dichas prácticas en nuestro tiempo es complejo, tal vez por la cantidad de distracciones que rodean nuestro siglo, pero estamos en la responsabilidad de amar la propia vocación, a través  de dicha virtud de la castidad que tienden hacia la configuración con Cristo misionero; en primera instancia con los consejos evangélicos, como consumación plena del signo bautismal.

Vivir la virtud de la castidad en la vida religiosa, consiste en amar al otro tal y como es, no es fácil, ello depende de madurez personal y espiritual, es ser consecuente con el designio de ser una comunidad apostólica, que se aman, pero también difieren, juntos edificamos, soñamos y realizamos.

2. Conclusión.

Vivir con amor y felicidad la decisión de vida por la cual se ha optado, con plena conciencia, preparándonos con esfuerzo y dedicación para la vida religiosa misionera. Considero que esa es la tarea de todos los que hacemos parte de esta gran familia, como laicos y consagrados: arder en caridad proclamando la Palabra de Dios con la vida, y encendiendo aquella llama del amor en los corazones de toda la humanidad. Desde cualquiera estado dentro de la congregación y la vida misma de Iglesia. Somos testigos y mensajeros de su Palabra, esta es la primera motivación que como misioneros nos mueve hacia el anuncio y la denuncia, de todos aquellos actos que van en contravía del proyecto del Reino. La invitación es ser fuego nuevo.”

Digna REFLEXIÓN; que nos ENTREGA desde su VOCACIÓN  Dn OMAR ANDRES; en los TIEMPOS que corren; quien decidió entregarle su vida al SEÑOR con el  MÁXIMO de RESPONSABILIDAD… y así lograr su MISIÓN en el MUNDO…

A sabiendas que una IMAGEN vale más que mil PALABRAS y otras tantas CONSIDERACIONES… aquí va este CLIP…