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CAPÍTULO CXXXV.

Cuando creamos este ESPACIO,el que Monseñor ENRIQUE SARMIENTO ANGULO bautizó como PAZ Y DESARROLLO…pensamos en un  COLECTIVO de AUTORES especiales que nos permitíese abrirles las puertas para que pudieran expresar sus CONCEPTOS…Aquí les dejamos el material que nos envió Monseñor FROILÁN CASAS ORTIZ el OBISPO de NEIVA…un inquieto PENSADOR cercano  a la GENTE,ESCRITOR con una PLUMA digna del dejo irónico e inteligente de Dn MANUEL MUJÍCA LAINEZ ..quien decidió GENEROSAMENTE regalarnos sus PENSAMIENTOS y que nosotros nos vemos en la HERMOSA tarea de compartírselos…

 

“LEER LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS

Permítanme, queridos hermanos, de modo especial queridos presbíteros, religiosos, religiosas, seminaristas, entrañable pueblo de Dios que peregrina en esta iglesia Particular de Neiva, ofrecerles un mensaje enmarcado en una lectura cristiana del terrible virus el COVID- 19. No quiero hablarles como un hombre perteneciente a una ONG filantrópica, que merece mi respeto, sino como pastor y acompañante de la grey a mí encomendada, por voluntad de Dios y expresada en la sede petrina.

El COVID 19, declarado pandemia por la OMS, nos ha preocupado a todos los habitantes de este planeta, a unos más, a otros menos, pero a todos nos está golpeando. El dolor de los demás, afecta nuestros sentimientos de amor al hermano y más al enfermo y necesitado. El Señor Jesucristo, en quien creemos y quien nos da vida, nos dice en su Palabra que debemos “leer los signos de los tiempos” Lc 12, 54-56 y Mt 16, 2-3. No se trata, entonces, de hacer una lectura atmosférica del tiempo, para eso está la meteorología; ni se trata de desbordar los límites de cada disciplina e invadir terreno ajeno. Siguiendo al Concilio Vaticano II, respetando la “justa autonomía de las realidades terrenas” GS No. 36 y siguiendo a los padres conciliares: “Es deber de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio (lo resaltado es nuestro)… pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la humanidad” GS No. 04

Invito a todos, especialmente a los presbíteros, de quienes esperan las comunidades acompañamiento amoroso y dirección espiritual, evitar interpretaciones fundamentalistas e integristas de la realidad que vivimos. Por favor, lejos de creer y menos afirmar que la pandemia es un castigo divino. Les recuerdo, la astronomía es ciencia, la astrología es charlatanería barata, -lástima que haya ingenuos que se lo creen-. ¡Ay, cuando no se tiene una fe adulta!, -y el presbítero es adulto en la fe-. ¡Ay, cuántos errores comete el hombre y le echa la culpa a Dios! El Dios de la historia salvífica y revelado en su Hijo Jesucristo, no es un Moloc airado, ¡no, por favor!; es el Dios que se ha hecho “EMMANUEL”. Es el Dios que se ha encarnado y ha asumido toda la realidad humana, menos el pecado. Es el Dios que se jugó la vida por salvarnos. ¡Cuidado!, con caer en fundamentalismos. El Corán se lee, la Sagrada Biblia se interpreta, siguiendo las directrices de la Constitución sobre la Divina Revelación, aplicando la sana interpretación, DV No. 12. Mi tarea es clara, vigilar, guiar y acompañar al pueblo de Dios, al que pertenezco, no dando una simple opinión, sino en comunión de Iglesia, ofrecer directrices que orienten a los cristianos, manteniéndonos fieles a las enseñanzas de la Iglesia, que por voluntad de su Fundador es “sacramento universal de salvación” LG No. 48. Entonces procedo a ofrecerles algunas directrices:

1. Lecciones para la humanidad
 El hombre no es un absoluto, es más débil que un pétalo de rosa. El eterno pecado del hombre: creerse Dios; más aún, suplantar a Dios. Nunca como ahora el mito de Prometeo y la “muerte” de Dios por los maestros de la sospecha, ha tomado tanta fuerza. Dios estorba en la ciudad secular. ¡Fuera el nombre de Dios! Ahora se jura en nombre de la Constitución, Dios no es la fuente suprema de toda autoridad, ahora es el hombre. ¡Fuera todo símbolo religioso del sector público! Se ha hecho axioma cultural: “La religión es asunto privado”. Que Dios no incida en la vida pública. ¡Pobre hombre, tan grande y tan pequeño! ¡Tanto has endiosado a la ciencia que te tiene postrado un virus microscópico!
 El relativismo moral campea por todos los estratos, sobre todo en algunos círculos de la clase dirigente y algunos ambientes académicos. La trasmutación de todos los valores, es el lema del colectivo cultural.
 Me pregunto: ¿por qué los niños son los más resistentes a la crueldad del virus? ¡Ah! Constatar que en este momento cuántos niños en proceso de gestación están siendo masacrados y triturados por los adultos. ¡Qué horror! El aborto es un derecho y el sexo es cuestión cultural, se puede elegir.
 Frente al consumismo que ha levantado muchos tronos, nuevos ídolos, nuevos escenarios de culto: grandes conciertos, cancelados; estadios y clubes deportivos, cerrados; los abusos de las aerolíneas y el paroxismo de los turistas por viajar, cancelados, aviones parados; el síndrome de las compras, frenado, limitado a lo estrictamente necesario. ¿Qué es el hombre?
 Una lección para priorizar lo fundamental: Dios, la familia. ¿Al fin hay tiempo para Dios?, o, ¿“no hay sitio en la posada?” ¡Qué paradoja! Los negocios, el día a día, no le dan tiempo al hombre de la ciudad secular para Dios.
 El dolor que estamos padeciendo nos va a volver más humanos. El hombre post-virus será distinto: más humano, menos agresivo, más servicial, más acogedor. De pronto le va a dejar un espacio a Dios.
En la Europa de la postguerra, los templos se llenaban los domingos: un 80 y hasta un 90% quería saborear a Dios. Las nuevas generaciones que no conocieron el dolor, dejaron los templos vacíos. Están llenos los nuevos templos: estadios, salas de concierto, playas, centros comerciales, etc.
Esta cuarentena nos ha obligado a descubrir el valor de la familia: hemos sentido su calor y con ellos hemos soportado el dolor y el sufrimiento.

2. Lecciones para la Iglesia

 ¡Cuidado con la acción sin contemplación! Le hemos puesto a la acción pastoral indicadores de gestión. Como que no le damos paso al Espíritu Santo. Tal vez, mucho trabajo, se repite la escena: “Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada” Lc 5, 5. Solo por la Palabra de Jesús se pescarán muchos peces, v. 5.6., -olvidando que la primacía la tiene “la gracia”, Novo Milenio ineunte No. 38-. Vean lo que nos dice el papa Francisco en la Exhortación Apostólica, Gaudete et Exsultate No. 50. “En el fondo, la falta de un reconocimiento sincero, dolorido y orante de nuestros límites es lo que impide a la gracia actuar mejor en nosotros”. Sin Cristo no podemos hacer nada, solo pegados a Él, daremos fruto, Jn 15, 1-6

 Un buen número de cristianos católicos se han relajado. Esto ha llegado, con dolor y tristeza lo decimos, hasta ciertos ambientes de presbiterios y comunidades religiosas. Tal vez, no estamos catequizando al mundo; ¿no será que el mundo, -en teología joánica -nos ha mundanizado? Tal vez, a veces, no somos signos que signifiquemos a Jesucristo; resultamos más jeroglíficos que lenguaje vivo. Tal vez, vamos al mundo pero no con el “aroma de Cristo”. Tal vez, nuestros mensajes son híbridos y gaseosos, no significan a Dios. Tal vez, somos como la gelatina que se acomoda al recipiente que la contiene. Tal vez, somos plastilina que nos encojemos o alargamos de acuerdo a los “intereses” del momento. Tal vez, no estamos entendiendo que el Hijo de Dios se hizo carne, pero no se hizo pecado. Se encarnó, sí, pero no en el pecado. Tal vez, nos ha faltado más austeridad y ambiente de ayuno y oración, para llegar a la Decápolis portando el mensaje de Dios. Jesús nos enseña, primero la contemplación en la montaña hablando con su Padre y luego la acción en el valle y la llanura. Tal vez, “la cultura del bienestar nos anestesia” EG No. 54. Tal vez, una “espiritualidad del bienestar” EG. 90 nos involucra pero no nos compromete en la tarea evangelizadora. Una espiritualidad de invernadero sin compromiso social. Tal vez, nuestros documentos, sobre todo de los obispos, son más una píldora placebo que un mensaje claro que oriente. Tal vez, nos ha faltado emplear el bisturí de la verdad con la anestesia del amor. Tal vez, por complacer a todo el mundo, nos quedamos sin el queso y sin el pan. Cristo fue signo de contradicción: locura para los gentiles, escándalo para los judíos, 1 Cor 1, 23
 Una lección para los seminarios y casas de formación. ¿Estamos formando a los presbíteros que quiere la Iglesia hoy? Sin disciplina, oración, liturgia bien celebrada y vivida, estudio, deporte vividos en comunidad, no tendremos el presbítero que necesita el hombre de hoy. El mundo nos quiere ver ante todo como “hombres de Dios”. Tal vez, nos ha faltado entender bien el sentido de la encarnación de Jesucristo. ¡Atentos! Estar en el mundo, pero sin ser del mundo. Ser fermento y luz en el mundo. Primero la configuración con Cristo, luego el ser misioneros de su mensaje vivido y encarnado en nuestra conducta.
Es un llamado a formar nuestra afectividad. El relajo en la misma, ha llevado a cometer faltas gravísimas que afectan la confianza del pueblo santo de Dios. Sin ayuno y sin penitencia, marcados por la oración, no tendremos salud mental y por ende madurez afectiva.
 La gente nos quiere varones normales sin ninguna rareza, con el sello de la santidad. Una santidad que no consiste en el alejamiento del mundo, sino en el compromiso de trasformar el mundo desde la luz de Cristo, irradiándolo con nuestra conducta. El hombre de hoy quiere cristos vivientes: muy humanos y por ende, muy cristianos. El sufrimiento que padecemos hoy, nos invita a darle sabor al mundo con la hermosura del Evangelio predicado, anunciado y vivido sin ningún triunfalismo.
Hay hambre de la Palabra de Dios y algunos sacerdotes y religiosos parecen cansados, muy ocupados con las redes sociales y con actitudes hipocondríacas. ¡Cuidado! Camarón que se duerme se lo lleva la corriente. ¡Cuidado! Espacios que dejamos, otros los ocupan.

Hoy se requiere mucha oración. Invito a todos los párrocos a fomentar los cenáculos de oración. Insertados y viviendo en nuestras comunidades, asumimos los gozos y las esperanzas de las mismas. Con la ayuda de Dios, saldremos adelante porque “si el Señor es mi pastor, nada me falta” Sal 23.

En Cristo, nuestro único paradigma, saborearemos “cielos nuevos y tierra nueva” Is 65, 17; Apc 21, 1

Invocamos el auxilio de nuestra Madre María, quien en las bodas de Caná, preocupada por la urgencia de la bebida para los invitados, acudió a su Hijo para proveer esta necesidad. Ella, al pie de la cruz, no nos abandona en esta hora difícil por la que estamos pasando. ¡ALABADO SEA JESUCRISTO!¨

Se lo ADVERTIMOS,que Monseñor FABIO es una PLUMA de una DIMENSIÓN muy particular que REMONTA y DESPIERTA…Lo mismo que esta ORACIÓN donde NO se pierde el  RESPETO y se  llega al CORAZÓN…

 

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LOS DIALOGANTES DE HOY

MONSEÑOR FROILÁN CASAS ORTIZ

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ALEJANDRO LOPEZ CONDE A.

FOTOS : ARCHIVO PERSONAL DEL OBISPO DE NEIVA

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