CAPÍTULO SEGUNDO.De la ENCÍCLICA del PAPA (e) BENEDICTO XVI.“CARITAS in VERITATE”.Parte 5.
De la ENCÍCLICA del PAPA (e) BENEDICTO XVI… HOY este APARTADO…
Dice el PAPA (e) BENEDICTO XVI..:
¨Quisiera recordar a todos; en especial a los gobernantes que se ocupan de dar un aspecto al nuevo orden económico y social del mundo, que el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad: “Pues el hombre es el autor, el centro y el finde toda la vida económica-social” (C.V 25)”
CAPITULO SEGUNDO
EL DESARROLLO HUMANO EN NUESTRO TIEMPO
32. Soluciones a la luz de una visión integral del hombre
Las grandes novedades que presenta hoy el cuadro del desarrollo de los pueblos plantean en muchos casos la exigencia de nuevas soluciones. Estas han de buscarse, a la vez, en el respeto de las leyes propias de cada cosa y a la luz de una visión integral del hombre que refleje los diversos aspectos de la persona humana, considerada con la mirada purificada por la caridad. Así se descubrirán singulares convergencias y posibilidades concretas de solución, sin renunciar a ningún componente fundamental de la vida humana.
La dignidad de la persona y las exigencias de la justicia requieren, sobre todo hoy, que las opciones económicas no hagan aumentar de manera excesiva y moralmente inaceptable las desigualdades y que se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos, o lo mantengan. Esto es también una exigencia de la razón económica.
El aumento sistémico de las desigualdades entre grupos sociales dentro de un mismo país y entre las poblaciones de los diferentes países, es decir, el aumento masivo de la pobreza relativa, no solo tiende a erosionar la cohesión social y de este modo, poner en peligro la democracia, sino que tiene también un impacto negativo en el plano económico por el progresivo desgaste del capital social, es decir, del conjunto de relaciones de confianza, fiabilidad y respeto de las normas, que son indispensables en toda convivencia civil.
La ciencia económica nos dice también que una situación de inseguridad estructural da origen da actitudes anti productivas y al derroche de recursos humanos, en cuanto que el trabajador tiende a adptarse pasivamente a los mecanismos automáticos, en vez de dar espacio a la creatividad. También sobre este punto hay una convergencia entre ciencia económica y valoración moral. Los costes humanos son siempre también costes económicos y las disfunciones económicas comportan igualmente costes humanos.
Además, se ha de recordar que rebajar las culturas a la dimensión tecnológica, aunque puede favorecer la obtención de beneficios a corto plazo, a la larga obstaculiza el enriquecimiento mutuo y las dinámicas de colaboración. Es importante distinguir entre consideraciones económicas o sociológicas a corto y largo plazo.
Reducir el nivel de tutela de los derechos de los trabajadores y renunciar a mecanismos de redistribución del redito con el fin de que el país adquiera mayor competitividad internacional, impiden consolidar un desarrollo duradero.
Por tanto, se han de valorar cuidadosamente las consecuencias que tiene sobre las personas las tendencias actuales hacia una economía de corto a veces brevísimo plazo. Esto exige una nueva y más profunda reflexión sobre el sentido de la economía y de sus fines, además de una honda revisión con amplitud de miras del modelo de desarrollo, para corregir sus disfunciones y desviaciones.
Lo exige, en realidad, el estado de salud ecológica del planeta; lo requiere sobretodo la crisis cultural y moral del hombre, cuyos síntomas son evidentes en todas las partes del mundo desde hace tiempo.
Cualquier parecido con la REALIDAD es mera COINCIDENCIA…
Aún se recuerda el CONCEPTO inspirador de la ENCÍCLICA que tanto APORTA …
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LOS DIALOGANTES DE HOY
Mons.ENRIQUE SARMIENTO ANGULO
FOTOS : CAROLINA SANCHEZ MONTEALEGRE
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