Jorge Alfaro, “El Oso” de Sincelejo en las Grandes Ligas

Jorge Alfaro, conocido como «El Oso», es uno de los tres colombianos que juega en los Miami Marlins junto a los bolivarenses Tayron Guerrero y Harold Ramírez. Además, es uno de los pocos colombianos que ha jugado como catcher en las Grandes Ligas. Hoy conoceremos un poco más del proceso que tuvo que vivir este receptor de 26 años, oriundo de Sincelejo, para llegar a las mayores. Así mismo, explicaremos algunas de las funciones con las que deben cumplir los receptores en el terreno de juego.

 

Alfaro fue firmado en el 2010 por los Texas Rangers con un bono de 1.2 Millones de dólares que ha sido, hasta hoy, el mayor monto que se ha pagado por un pelotero colombiano en la historia. Por eso, «El Oso» sincelejano fue clasificado inmediatamente entre los 100 mejores prospectos de todo el béisbol en Estados Unidos. Ese año, Alfaro jugó en la liga Dominicana de Verano con el equipo rookie de los Rangers y, posteriormente, fue asignado a los Spokane Indians en la liga de otoño de Arizona. En dos años pasó de jugar en la liga rookie a estar jugando en Doble A. En 2014 los Rangers agregaron a Alfaro al roster de 40 jugadores por sus buenos números a la defensiva y ofensiva.

 

 

El 31 de julio de 2015, los Rangers enviaron a Jorge Alfaro y otros cuatro jugadores a mitad de temporada a los Philadelphia Phillies en un intercambio por el lanzador Cole Hamels y Jake Diekman. Con el equipo de la ‘Ciudad del Amor Fraternal’, el colombiano fue promovido a las Mayores el 26 de agosto de 2016, pero hasta el 12 de septiembre de ese año tuvo su primer juego. En aquel entonces solo participó en seis juegos, conectando dos hits en 16 turnos al bate.

Ya en el 2017 fue asignado a Lehigh Valley IronPigs (Triple A), y luego volvió a la gran carpa en el mes de agosto. En esa oportunidad tuvo una mayor participación y jugó en 29 partidos. Al final de temporada tuvo un promedio de bateo de .318, producto de 34 hits en 107 turnos al bate. Ese año «El Oso» ya daba muestras de su poderío en el bate: en total conectó cinco cuadrangulares, razón por la cual se quedó en el equipo principal.

 

 

En 2018 tuvo su gran oportunidad. En esta temporada alternaba la titularidad con Andrew Knapp pero fue Alfaro el que tuvo mayor continuidad. Finalmente jugó 108 partidos, en los cuales conectó 90 hits, de ellos 10 fueron cuadrangulares, quedando su promedio en .262. Defensivamente tuvo una destacada participación con solo 11 errores para un porcentaje de ‘fildeo’ de .989, y sacando a 21 corredores en intento de robo. Sin embargo, su punto débil -en el cual ha estado trabajando mucho- es su cantidad de ponches, algo que quizás fue uno de los factores para que los Phillies buscaran en el mercado de jugadores un nuevo receptor. Esta decisión no cayó del todo bien por parte de los fanáticos y periodistas de Philadelphia, ya que se escucharon comentarios y voces en contra por la medida.  Muchos vieron en Alfaro un catcher para el futuro del equipo, tanto así que incluso lo compararon con el panameño Carlos Ruiz, quien jugó con ellos por 10 años. El 7 de febrero de 2019, Los Phillies adquirieron al receptor de Miami Marlins, J.T. Realmuto, y enviaron a Jorge Alfaro y otros dos jugadores más a ‘la ciudad del Sol’.

El equipo de Miami actualmente se encuentra en proceso de reestructuración, y de la mano del histórico exjugador de los Yankees, Derek Jeter, los Marlins están armando un equipo a futuro, por lo que los resultados inmediatos no son una prioridad. Para Alfaro esto no fue algo que lo desmotivara, por el contrario, lo tomó como una nueva oportunidad para afianzarse en el equipo y lograr jugar todos los días.

 

 

Actualmente «El Oso» vive una temporada en la cual ya supera todo lo hecho con los Philadelphia Phillies. No solo tiene más partidos jugados, sino que, además, tiene un mejor promedio de bateo. Ha conectado más cuadrangulares, y ha demostrado su gran defensiva y manejo del cuerpo de lanzadores. Así que mientras los Marlins terminan su proceso de reestructuración y vuelven a estar al nivel de los demás equipos, esperemos que Jorge siga mejorando día a día.

Antes de continuar sobre el papel de un receptor y como dato para tener en cuenta, en Grandes Ligas han debutado cuatro catchers colombianos: Yamid Haad (1999), Jhonatan Solano (2012), Jorge Alfaro (2016) y Meibrys Viloria (2018).

 

 

Ahora sí, ¿cuál es el rol principal de un receptor en un juego?

Muchas personas pueden pensar que solo está para recibir los lanzamientos del pitcher, y eventualmente sacar un out de un jugador que esté intentando robar una base. Pero eso está muy lejos de la realidad. La técnica de la receptoría es algo que debe estudiarse a fondo para lograr destacar en esta posición.

La labor principal de un receptor es guiar al lanzador sobre qué rutina debe utilizar para sacar los outs. Dependiendo del momento del juego, el receptor debe saber que lanzamientos pueden neutralizar al bateador rival, para lo cual deberá enviar la debida seña al lanzador. Además, por su posición y conocimiento del bateador, también debe indicar la mejor ubicación del resto de los peloteros a la defensiva, sobre todo si los jardineros deben jugar corto o más profundo en sus áreas. Cuando vemos que un infielder pasa de una posición a otra, es el receptor quien envía esta instrucción. Por otra parte, en caso de hombres en base, debe prever el posible toque de sacrificio e incluso estar pendiente de si un corredor está tomando demasiada distancia de su base para así evitar un robo. Todo esto se lo debe indicar al lanzador mediante señas con los dedos.

Otra labor es bloquear lanzamientos wild o ‘salvajes’ que estén fuera de la zona de home. Estos son lanzamientos que pican antes o en el home. Así, el receptor debe bloquearlos con su cuerpo, y la pelota siempre debe quedar delante de él para evitar que algún corredor se mueva o el mismo bateador se ‘embase’ después de un ponche.

 

 

Para un receptor es muy difícil o casi imposible jugar los 162 partidos debido a la sencilla razón de que al estar agachado por más de dos horas en un juego, esto le resulta una labor desgastante. Por eso, muchos equipos usan receptores para casos especiales. Por ejemplo: hay lanzadores que se sienten mejor con otros receptores diferentes al titular habitual, y es en este caso cuando  recordamos a Greg Maddux, “El Profesor”, quien tenía a su receptor personal con los Atlanta Braves, Eddie Pérez, pues no se sentía cómodo con el titular Javy López. Tambien recordamos a Tim Wakefield con Boston Red Sox, quien tenía como receptor a Doug Mirabelli y no al habitual Jason Varitek.

 

 

Como se mencionó anteriormente, el receptor no solo debe estar guiando al lanzador; aparte debe mantener una constante vigilancia de los rivales ‘embasados’, para evitar así los intentos de robos. El número de bases robadas a un equipo habla más de un receptor que de los demás jugadores a la defensiva. Un buen receptor debe conocer muy bien a sus lanzadores para guiarlos adecuadamente, y con la debida calma. Cada lanzador tiene una rutina y un temperamento diferente. Por ejemplo, si el receptor no maneja bien la rutina del pitcher que hace batería con él, puede provocar la ira del lanzador, o sencillamente lo saca de paso. Por esto existen las idas al montículo cuando no hay una buena comunicación o cuando intentan cambiar los lanzamientos de acuerdo a la situación del juego. En las Grandes Ligas, probablemente, el hombre de más paciencia en un juego deba ser el mismo receptor. Ellos son los que requieren mayor concentración en los detalles menores, los que deben tener el pensamiento técnico-táctico más redondo.

 

 

El receptor cuenta para su protección con los siguientes elementos:

• Máscara para batazos de foul o incluso si un bateador lo golpea con el bate.
• Guante especial que tienen un acolchado especial y una forma de capturar los lanzamientos rápidos.
• Protectores de piernas y rodillas para foul o lanzamientos fuera de la zona.
• Protector del pecho acolchado con goma, espuma plástica o gel para los foul y/o lanzamientos en piconazos. También vienen con extensión para los hombros.
• Jockstrap para proteger las partes íntimas.

La MLB ha implementado, en los últimos años, algunas reglas para proteger el receptor. Una de ellas eran los famosos choques con corredores en home para sacar out, ya que estadísticamente se presentaron muchos traumas y lesiones por este tipo de acciones. En la actualidad, el receptor no puede estar bloqueando el home con su cuerpo al momento de recibir la bola, la única forma de sacar out es con la pelota en su mano y tocar al corredor o el home dependiendo del caso.

 

 

Para finalizar, podemos decir que Jorge Alfaro cada día es un mejor receptor, y que su potente brazo no solo le sirve para conectar batazos con gran fuerza, sino también para realizar certeros disparos (88.3 MPH) desde el home a cualquiera de las bases, además de ser muy confiable para guiar a los lanzadores. Otro ítem que vale recalcar es su habilidad y elasticidad para correr y capturar batazos en zona de foul.

 

 

Así que la próxima vez que veas un juego trata de descifrar las señas que hace el receptor y analiza la comunicación con su lanzador para saber cómo trabajan a un bateador o a un corredor, además de la forma en la que manejan la defensiva de su equipo.

 

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