Evelio Rosero nos muestra otra cara del
‘prócer’ en su obra ‘La carroza de Bolívar’.


Hay libros que uno nunca pensaría leer en
la vida y autores completamente desconocidos para uno. Sin embargo, por
diferentes circunstancias llegan a tus manos y terminan dejándote un buen sabor
y varias enseñanzas.

Es el caso de ‘La carroza de Bolívar’, una
novela que conocí gracias a unos tuits de mi tocayo Diego Santos, el mismo que
posteriormente, con mucha gentileza culé, me regaló.

El libro es muy divertido y mezcla las
andanzas del doctor Justo Pastor Proceso, sus aventuras y desventuras en la
ciudad de Pasto en época de precarnaval y carnaval de Blancos y Negros, a
finales de los 60, con la historia del ‘libertador’ Simón Bolívar.

Pero no se trata de la historia que todos
conocimos en la primaria y la secundaria. Aquí se cambia la imagen del hombre
heroico, del guerrero, del que lucha por el pueblo por la de una persona
egocéntrica, pusilánime, ventajosa,
que busca la gloria sin importar por encima
de quien tenga que pasar.

Para la parte histórica, Rosero se basa en
el historiador José Rafael Sañudo, quien gracias a su libro ‘Estudios sobre la
vida de Bolívar’ fue considerado uno de los grandes detractores del libertador
y, por ende, es poco conocido en colegios y universidades, o al menos no muy
difundido. Les recomiendo un repaso de su obra, pues lo que cuenta está muy
bien respaldado en fechas y datos.

Sañudo revela datos de la personalidad de
Bolívar que uno escuchó algunas veces, pero que pensó que eran solo rumores
malintencionados: mujeriego, afecto a las niñas menores de 15 años, cobarde a
la hora del combate, poco interesado en el bienestar del pueblo y alguien que
solo quería lograr el poder.
En fin, una persona poco merecedora de los
reconocimientos y homenajes que recibe casi a diario.

«El caos lo fascinaba. Los más ingenuos
dicen ahora que pretendió la monarquía porque la encontraba necesaria para
combatir las brutalidades y veleidades de los políticos de su época: nada menos
cierto: él mismo encabezaba veleidades y brutalidades, él mismo era el
prototipo. Si había que matar por un capricho, por un capricho se mataba»,
escribe el autor.

Terminé el libro hace poco y no pude dejar
de relacionar todos estos datos que iba conociendo y aprendiendo. No los creo
ciertos a ojos cerrados, pero sí siempre pensé que la idolatría a Bolívar tenía
mucho de injustificado
, con el famoso movimiento Bolivariano del país vecino,
considerado por algunos extremistas como la panacea de todos los males de este
continente. Y claro, con el fallecido líder que se consideraba la reencarnación
del ‘libertador’, aunque siendo objetivo sí se parece muchísimo, pero a la
imagen que relata este libro: la imagen de un dictador.

«(…) de Bolívar provienen las pequeñas y
grandes dictaduras, y todas estas adversas y corruptas administraciones que los
más cínicos han dado en llamar ‘países en vías de desarrollo'». Como siempre
creamos prohombres para convertirlos en caudillos y ‘salvadores’ que después
abusarán del poder.

La otra parte del libro, que va de la mano
con la histórica, es muy entretenida. Sus historias de amor, desamor y traición
están muy bien contadas. Sobre todo es muy real y vívida la descripción de los
carnavales, de Pasto y sus alrededores, ciudad que, por cierto, está entre mis
favoritas del país y un lugar donde quisiera pasar una buena temporada.

Las descripciones de los lugares, los
barrios, las comidas y la idiosincrasia de la gente están tan bien hechas que
hubiera jurado que Evelio era pastuso, pero no es así: el autor es bogotano.

Los invito a conocer esta obra y a este
autor. Léanlo, seguro les va sorprender y a encantar.

En Twitter: @digonar