No sé si usted sea un colombiano de los buenos o de los malos porque estamos bien mezcladitos, lo importante es que lea este punto de vista y aunque lo ame o lo odie, pueda comprender de qué carajos estoy hablando.
Dejémonos de pendejadas pero estamos jodidos y es por nuestra propia culpa. Tenemos un país hermoso, lleno de gente buena que quiere trabajar pero no hay trabajo; con una seguridad que no existe y tampoco nos importa porque siempre pensamos que no es nuestro problema.
Un país donde tenemos la mala maña de votar por el más inútil y pusilánime, desde los programas de «actores» hasta nuestros gobernantes, para después caerles encima a punta de vituperios desde la comodidad de las redes sociales con el descaro consciente de que fuimos nosotros mismos los que los pusimos allá, arriba.
Dejémonos de pendejadas pero hace mucho tiempo no pensamos como país, nos acostumbramos a que cada uno se defienda como pueda y utilizamos nuestra creatividad para ganarnos unos pesos pasando por encima del que venga, incluso si es familiar porque quien le manda a dar papaya.
Nos pasamos la vida entera esperando un milagro sin trabajar por él y todo lo queremos gratis porque estamos convencidos de que nos lo merecemos aunque sabemos, en el fondo, que no es así.
Si a esta altura del texto usted se identifica en silencio y sabe que tengo razón, algo he logrado. Pero si piensa que estoy equivocado porque «No todos somos así» y usted se siente diferente, entonces lo que sigue le toca.
Porque usted seguro si ve que alguien está siendo atracado en la calle reacciona, si se encuentra una billetera con plata la devuelve, espera con paciencia en la fila y nunca despotrica contra nadie en las redes sociales, sigue las reglas y se conforma con lo que tiene.
Mejor dicho usted es de los buenos.
Pero hace todo por usted, y solo por usted.
Dejémonos de pendejadas pero NECESITAMOS un cambio.
Dejémonos de pendejadas pero NECESITAMOS un cambio. Somos colombianos y la mayoría, somos nobles, buena gente, sonrientes, amables, colaboradores, trabajadores, honestos, luchadores y mil virtudes más… Pero se nos está olvidando y eso es lo más triste.
Y dejémonos de pendejadas pero hoy por hoy se notan más los colombianos que no nos representan. Los malos, los crueles, los que siempre quieren hacer daño, los que roban, los que violan, esos que han asesinado a miles y hoy pretenden gobernarnos sin sentir la menor culpa.
Debemos cambiar, ser claros y pensar como país. Ya es hora de resaltar a Colombia ante el mundo por las buenas cosas; no permitamos que se acabe de ir todo al carajo, pensemos en el futuro y dejemos las críticas destructivas para hacer aportes positivos.
Elijamos a conciencia a nuestros líderes y así mismo exijamos que se cumplan sus objetivos. Eduquemos a nuestros hijos con un pensamiento amplio, no con egoísmos, dejemos la envidia atrás y aplaudamos las cosas buenas que hacen otros porque dejémonos de pendejadas pero con todo lo malo que pasa no se notan.
Seamos de los que no se conforman y levantemos este país que… Dejémonos de pendejadas. ¡ESTÁ HECHO MIERDA!
Porque estoy seguro de que somos ¡MÁS LOS BUENOS!
¡Dejémonos de pendejadas!
Gracias por leer
Por
Pineda.
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