El fútbol dejó de ser un deporte hace mucho tiempo, el fútbol dejó de ser juego de 22 hombres corriendo detrás de un balón.

El fútbol es ahora un todo, un estilo de vida, una vida entera.

Es un amor incondicional y puro de esos que hace sufrir intensamente y también da alegrías inolvidables que se quedan en el alma.

Hace mucho tiempo no soltaba una lágrima gracias al fútbol, pero por estos días esa emoción incontrolable afloró en mi al seguir de cerca la llegada de Yerry Mina al Barcelona.

Cual señora que no se pierde la novela, seguí día a día lo que iba pasando con Mina y esperando con ansias ese anuncio oficial representado en un «Meme» por parte de la cuenta de Twitter del Barcelona.

Y el día llegó.

Vi el meme de la cuenta oficial y eso bastó para alegrar mi día. De ahí en adelante…

Vi a un hombre con una sonrisa sincera, sorprendido por todo lo nuevo, por ese paso tan grande como su zancada.

Vi a un jugador que vino de muy lejos, desde un pueblito colombiano de esos que tristemente mantenemos en el olvido

Un hombre que quizás no podía creer lo que estaba viviendo y que con sus reacciones sinceras nos transmitió a todos ese sentimiento profundo de alegrarnos por él con toda honestidad.

Vi a un jugador de 1.95 mts (El más alto del equipo) acercarse emocionado, humilde y dispuesto a saludar con un «Bien gracias a Dios» a esos monstruos del fútbol mundial, a las súper-estrellas.
¡A los grandes! (Video) 

Para finalizar con ese «Bueno, si señor» lleno de entrega, de respeto y de ganas que nunca olvidaré.

Vi a un colombiano, un jugador de fútbol vestido con el uniforme de uno de los mejores equipos del mundo, quitándose los guayos despacio para pisar descalzo el césped del mítico Camp Nou, dando antes de ese primer paso una plegaria con sus manos en alto.

(Fotografía @FCBarcelona_Es)

El éxito llega solo para ese que lo trabaja, que lo sufre, que aguanta, que lo llora, que lo espera y que lo desea con el alma.

El éxito no es para los débiles, ni para los impacientes, el éxito está en saber esperar trabajando cada día, teniendo claro que cuando se está más cansado es cuando más está cerca.

Yo por mi parte deseo que Yerry Mina se haga impasable, un muro indestructible, un monstruo en un equipo de monstruos. Y sobretodo, espero que no pierda esa humildad que le transmitió con sus actos a todos los colombianos.

¡Qué hermoso es el fútbol!

Por

Pineda

Gracias por leer.

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