¡Estamos mal!

¿Estamos todos locos y yo hago parte de esa locura, o soy yo el único cuerdo y todos ustedes se deschabetaron?

Es una pregunta que me nace todos los días al ver y leer las noticias que pasan como espectáculos terroríficos que parecen increíbles.

El mundo se convirtió en una tragicomedia de terror que ya no podemos detener y es porque nada nos sorprende, ¿nos volvimos insensibles o estamos involucionando?

Es que yo ya no puedo creer como los seres humanos cada día, a cada minuto, nos las arreglamos para cometer cada aberración sin ningún arrepentimiento.

Matan, violan, roban, secuestran, asaltan, golpean, irrespetan, se aprovechan y aterrorizan sin piedad, sin detenerse ni un día; y lo peor es que todo lo suben a las redes sociales.

La sociedad se volvió una porquería, una jungla de horror dónde todo sale a la luz pública y lo peor es que aún cuando todos lo vemos y sabemos quién lo hizo
Nadie hace NADA.

Hasta la justicia es la más corrupta, asesina e indolente porque quienes estudiaron algún día para manejar sus hilos se prostituyeron para quitarle lo más preciado, la credibilidad.

En todos los países, hay cada día una sección en las noticias donde se muestran como serie de «CSI» diferentes hechos espantosos GRABADOS EN VIVO.

Olvidamos el respeto a la opinión y nos dañamos sin piedad con tal de imponer la nuestra.

Y lo peor, es que parece que todo queda ahí, en un video que replicamos y viralizamos indignados, con repudio, asco pero al mismo tiempo pensando en que nos vendrían bien unos pocos «likes»

Nos volvimos indolentes y sin empatía; estamos yendo marcha atrás a pasos agigantados, y no parece haber más solución que «resetear» esta mierda.

Estamos sin rumbo y hablando todos un idioma diferente, somos un monstruo de billones de cabezas autónomas que no se comprenden entre sí.

No podemos salir a la calle sin desear con fuerza que por favor no nos pase nada y lleguemos con bien a nuestro destino, estamos ante la peor versión de la humanidad en una película que apenas comienza.

El culpable es inocente y el inocente, culpable.

Olvidamos el respeto a la opinión y nos dañamos sin piedad con tal de imponer la nuestra.

Se nos olvidó ponernos en los zapatos del otro porque simplemente no nos importa y así estamos bien, los demás que se jodan.

Abusamos de los animales con cevicia y sin la menor consideración mostrándonos como los peores hijos de una madre tierra que llora y ya nos odia.

Somos lo peor …


Pero usted, que está leyendo esto seguramente dirá: «Yo no soy así, no generalice Pineda»

Y es verdad, yo me refiero a esta sociedad a la que pertenecemos y que con tristeza debo decir que se notan más los malos. porque los buenos no salimos en las noticias ni nos hacemos virales.

Sin embargo, cabe resaltar que aún hay mucha gente buena haciendo las cosas correctamente, luchando contra el presente que vivimos para hacer un futuro más prometedor.

Gente como usted y como yo que sabemos que no estamos locos, y que de verdad hay por ahí alguien que es capaz de devolvernos la fe en la humanidad.

Y aunque el camino está lleno de espinas podemos comenzar demostrando empatía sincera, ayudando a replicar las cosas buenas y siendo honestos con lo que creemos, con nuestros valores.

Respetando las creencias y las ideas de los otros y si definitivamente no podemos, pues vámonos en silencio, sin tratar de imponer nada.

Debatamos con argumentos y con respeto, escuchemos, leámos y opinemos sin dañar.

Seamos considerados con el planeta, es nuestra casa y la estamos acabando.

A ver si así, y de a uno vamos cambiando el camino oscuro por el que muchos nos están llevando.

Gracias por leer

Por

Pineda.

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