Ahora necesitamos permiso para todo.
El mundo cada día está más desquiciado, vivimos convencidos de ser libres en cuanto a nuestras ideas pero al mismo tiempo pasamos los días defendiéndolas.
Estamos entre dos bandos donde cada día se hace más necesario tomar partido para no estar abandonados en una media tinta que ofende las dos partes si es que queremos, por opción, un punto medio.
Hemos perdido la empatía, la sorpresa, el sentimiento de culpa y si seguimos así la esperanza y la sonrisa dentro de poco.
La polarización en la que caninamos se hace cada día más fuerte y nuestras opiniones más débiles ante la masa de ideas que tiran en direcciones diferentes mientras vemos el mundo como un caucho estirado a punto de reventar.
Ahora nada es permitido si no se es parte de un bando, que apoya o destruye todo lo que creemos y lo peor de todo es que todos lo permitimos.
Permitimos lo que estamos viviendo y esa es la clave para que nuestra felicidad se vea afectada día a día.
Permitimos que nos traten mal por expresar una idea, permitimos que pasen por encima de nuestros derechos y lo más triste es que estamos conformes con ello.
Por eso, y con el fin de hacerlo reflexionar; y ya que estamos tan permisivos, les voy a decir lo que creo yo deberíamos permitirnos para al menos intentar cambiar este concepto sin ir en contra.
Deberíamos permitirnos escuchar antes de atacar con nuestras ideas o creencias, permitirnos ignorar a quien no nos interesa en vez de entrar en conflicto; (siempre tenemos esa opción).
Permitamos las explicaciones de quien reconoce un error, de quién nos quiere enseñar sin pretensiones. ¡Permitámonos aprender!
Permitimos lo que estamos viviendo y esa es la clave para que nuestra felicidad se vea afectada día a día.
Permitamos la alegría de nuestros amigos ante sus logros y permitamos que nos las compartan sin que nos duela.
Permitamos que quien nos habla nos cuente su historia.
Permitámonos tiempo a solas para caminar y pensar, siempre viene bien aclarar las ideas.
Permitamos que nos quieran sinceramente y hagamos lo mismo queriendo de verdad.
Permitamos que las críticas destructivas resbalen en nuestra vida y que las positivas se entiendan y se apliquen.
Pero lo más importante es que de hoy en adelante nos permitamos ser felices, trabajar por nuestros sueños, dejar los odios a los que odian y pensar positivo ante un mundo ya difícil.
Permitamos que la vida nos de el camino y que el universo haga lo suyo, solo así ser permisivos valdrá la pena.
Mucho más que lo que hoy tenemos por permitirnos entrar en la tensa situación de estar entre los de allá y los de acá.
Gracias por leer
Feliz Semana.
Por Diego Mauricio Pineda.
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