Buscar trabajo es quizás una de las cosas más difíciles que hay en Colombia, las pocas oportunidades hacen que esta tarea sea toda una odisea.

Lo cierto es que encontrar una oportunidad laboral es un drama que vivimos muchos colombianos cada día.

Esto hace que los más emprendedores se arriesguen a todo para crear empresa y así hacer realidad la frase popular que dice: «Trabajar por lo mío» y así lanzarse a un abismo lleno de trabas, papeleo, impuestos y poco, poquísimo apoyo para terminar en la mayoría de los casos en grandes deudas y sueños rotos.

Por otro lado, y aprovechando la alta demanda de desempleados, algunas empresas se aprovechan ofreciendo trabajos con múltiples tareas y sueldos bajísimos que de verdad dan vergüenza y son una oda al irrespeto humano; pero aún así, las personas —ahogadas por las necesidades— aceptan para venderle el alma a un diablo que hace mucho daño y minimiza la justicia laboral.

Otros, aún más soñadores, se dedican con fe a explorar los terrenos de las ventas multinivel donde la promesa del sueño dorado de una vida holgada y próspera ofrecida por alguien más por conveniencia propia que con ánimo de ayudar se torna en un infierno para la mayoría, quienes entre dinámicas de «coaching» se creen millonarios en su ánimo y presidentes de sus empresas, pero pobres en dinero. Una utopía total.

Lo cierto es que con tan pocas oportunidades hay que tener disponibilidad para todo. Basta con poner una oferta de empleo con las condiciones claras para recibir miles, (Literalmente) miles de hojas de vida de gente que muchas veces nisiquiera tienen que ver con el cargo ofrecido.

Las bolsas de empleo están repletas de personas necesitadas de una oportunidad, y los que tienen la fortuna de encontrar empleo se aferran tan duro a él que son capaces de aguantar humillaciones y malos tratos por parte de sus empleadores.

Pero la cosa está cambiando para todos, la posiblidad de estar conectados 24 horas gracias a un teléfono que ahora hace todo menos las labores de teléfono, han abierto puertas importantes para los mercados laborales.

La gente quiere trabajar, lo necesita de verdad; sin embargo, muchas personas están dispuestas a negociar e incluso a sacrificar un poco de dinero por una sencilla razón: Tiempo.

Tiempo para hacer otras actividades, tiempo para no madrugar, para evitar el tráfico, para no preocuparse con llegar tarde y sobretodo para tener la libertad de manejarlo a su antojo.

Obviamente no es fácil, una empresa no se puede dar el lujo de poner un proyecto en manos de alguien que no va a la oficina y trabaja desde casa o desde un parque cualquiera mientras toma el sol mañanero.

Pero aunque se lea difícil, pues no lo es. Hay mucha gente comprometida, proactiva y con buenos resultados que hace del tele-trabajo una maravillosa opción. Eso sí con mucha responsabilidad.

Dicen que teletrabajando se trabaja muchas veces el doble, se ejecutan muchas más tareas y debe haber más disponibilidad pero si se hace con la responsabilidad y optimización correcta siempre habrá tiempo para uno, tiempo que en una oficina simplemente se desaparece sin sentido.

Y aunque no hayan muchas empresas dispuestas a tomar el riesgo del trabajo remoto, hay otras que van entendiendo el concepto y con muy buenos resultados.

Y aunque siempre habrá personas dispuestas a trabajar cumpliendo horario y marcando tarjeta juiciosamente, también hay personas que están dispuestas a hacer lo mismo pero desde su propio espacio.

Hay que seguir buscando opciones, revisar las formas de contratación y abrir el camino por parte de las empresas para generar más oportunidades, porque siempre habrá alguien buscando empleo.

Gracias por leer.

Por
Diego Mauricio Pineda R.

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