¿Se puede vivir sin correo?

Los latinoamericanos vivimos durante mucho tiempo sin correo real. En Colombia existía Telecom, con carteros que recorrían la ciudad en bicicleta entregando telegramas, y Adpostal era la empresa estatal encargada de llevar cartas y paquetes hasta las puertas de casas y oficinas de todo el país.

Pero ¿qué porcentaje de la población escribía cartas en serio? y ¿cuántas personas lograban recibir de verdad las cartas que les mandaban? Por no hablar de los paquetes. La cantidad de pérdidas en el correo era enorme. Según esta nota del archivo de El Tiempo en 2004, cada mes Adpostal destruía una tonelada de cartas y paquetes que no habían podido ser entregados a sus destinatarios.

El email nos cambió la vida, desaparecieron los buzones en las calles y las estampillas, pero empezamos por fin a establecer correspondencia cotidiana y de forma constante. Ya no era un milagro recibir una carta.

Y ahora podría ser que la vida del correo electrónico, tal como la conocemos hoy, esté en peligro. Nuestros hábitos apuntan ya a otra cosa y parece que el mundo nos lleva hacia un mundo con más WhatsApp y menos correo electrónico.

 

AUDIO (Para oír el podcast mientras haces otras cosas):

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Oye el episodio podcast en el que cuento detalles de algunas cosas buenas y otras malas de usar esa app de mensajería para todas nuestras comunicaciones, ahora que han anunciado que permitirán enviar como «adjuntos» archivos de cualquier tipo (siempre que sean de menos de 100 megas).