El caso Huawei, a fondo

Por un «ban» o restricción ordenada por el gobierno de Estados Unidos de América, las empresas de ese país deben dejar de hacer negocios con compañías chinas de una lista negra comercial encabezada por Huawei.

Pero semanas después del bloqueo, durante una reunión entre Donald Trump y Xi Jinping, en Osaka (Japón), accedieron a reanudar las negociaciones comerciales. Pero ¿es esta una solución verdadera o apenas algo transitorio?

Como se anticipaba en esta entrada blog y episodio pódcast, el bloqueo no ha sido permanente y empiezan a aparecer soluciones de las que tardaremos en conocer las condiciones exactas. Podrían ser medidas como las que contamos más abajo, que ya habían ocurrido con ZTE, otra marca poderosa de tecnología de China.

El bloqueo

Huawei ha sido acusada de conspiración para defraudar a los Estados Unidos, robo de tecnología de secreto comercial, de dar bonificaciones a los trabajadores que robaron información confidencial de compañías de todo el mundo.  Cosas de las que quizás sea culpable, tanto como otras compañías ¿O no? De alguna manera queda la impresión de que uno de los más grandes «pecados» de Huawei es ser una empresa china, un país comunista que ha logrado jugar en el juego del capitalismo y ganarse un puesto privilegiado en el mercado global. Está dándole la vuelta al panorama mundial del comercio y hoy su punta de lanza es la empresa Huawei.

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Las compañías norteamericanas, obedecen la orden del gobierno norteamericano. Dejarán de venderle servicios, licencias y partes a Huawei algunas empresas como:

Aunque ARM es una compañía de capital japonés, y basada en el Reino Unido, acata también la orden de los Estados Unidos pues usa tecnología americana. Sin las licencias de ARM no sería posible para Huawei construir sus chips procesadores Kirin.

La primera impresión de muchos, incluidos los medios de comunicación, fue creer que Google le quitaría a Huawei el sistema operativo Android.  Pero ese temor nos ha ayudado a comprender que Google no puede ni pretende retirar nada de los equipos que ya están en manos de los usuarios y que están en tiendas, disponibles para la compra.

Pero además, Google no es propietaria de todos los sistemas operativos Android. Y las notas de voz de Ricker Silva en este podcast nos ayudan a comprenderlo.

Oye el podcast para escuchar la explicación sobre Android y su parte de software libre, de código abierto  y el caso particular del Fair Phone.

Aparte de eso, Huawei está trabajando en su propio sistema operativo: HongMeng OS. Que no parece estar listo todavía, pero sí en desarrollo como plan B en caso de que la situación se ponga difícil. Algunos creen que con solo vender en China ya sería suficiente mercado para muchas compañías. Además puede usar la versión de Android con código abierto. 

Aunque hoy parezca casi imposible imaginar teléfonos sin apps de Google, ya han ocurrido cosas que comprueban que sí es viable. No hay que olvidar el auge de Nokia con su sistema Symbian y de BlackBerry. Ok, hasta aquí sé que suena terrible. Pero vale la pena recordar que el líder de cambio en los sistemas de teléfonos fue Apple, y que goza de muy buena salud con su iOS. ¿Es difícil llegar a su nivel? Sí, muy difícil. Pero quizás sea la comprobación de que Android sí tiene rival, aunque estén corriendo vientos de pánico.   

No es Android, es Google

La alarma sobre el caso Huawei demuestra el poder tan grande que tiene Google a partir de ofrecer apps de servicios que son «gratis» y que han captado a todo el mundo.  No nos parecería tan grave si nos dijeran que Huawei tendrá teléfonos sin iTunes, sin Facebook o sin Amazon.  ¿Cuál es la diferencia al final si no tienen YouTube, Gmail o Google Maps?

Huawei no es solo un fabricante de teléfonos, también provee soluciones de redes personalizadas para operadores de la industria de telecomunicaciones. Hace hardware de red y de internet de banda ancha. Por lo que los afectados comercialmente podrían ser los operadores móviles como América Móvil (Claro), Telefónica (Movistar) y Millicom (Tigo), Vodafone, Orange, Personal, Nextel y otros.  Y por supuesto, nosotros, los usuarios.

Huawei provee a 35 de los mayores operadores de telecomunicaciones en el mundo.  No es solo un comprador de tecnología a Estados Unidos que está a punto de ser el mayor vendedor de teléfonos en el mundo. También le vende tecnología a quienes proveen internet al mundo.

Huawei es un jugador importante en el desarrollo e implementación de la tecnología 5G en todo el mundo.

¿Y qué es el 5G? La próxima generación de conectividad de datos móviles que hará viable la que podría ser ¿Una nueva revolución industrial? Parece demasiado grande al mencionarlo, pero podría ser así, a partir del IoT (internet de las cosas) y la automatización de casi todo en nuestras vidas.  Mucho más que los asistentes de voz para encender las luces de casa, hablamos de la seguridad industrial, de la automatización de la ganadería y la agricultura, del control de territorios con drones autocontrolados y de muchas cosas más que sí estarían en el ámbito de la seguridad nacional de los Estados Unidos y de todos los países.  Pero ¿Debemos temer de China y no de los otros países donde están basadas las compañías?

Antecedentes: el caso ZTE

En mayo de 2018 el gobierno de Estados Unidos ordenó un bloqueo comercial a la compañía china ZTE, que fabrica teléfonos móviles y que es el segundo fabricante más grande en China.

Ese bloqueo fue impuesto en castigo por haber violado las sanciones de Estados Unidos en contra de Corea del Norte e Irán. Por comerciar con esos países, ZTE no podría comerciar con ninguna compañía de los Estados Unidos. Y la imposibilidad de usar chips, componentes y licencias de empresas como Qualcomm ponía a tambalear el mercado occidental para ZTE.

Pensamos —ingenuamente— que ZTE tenía los días contados.  Y aunque los teléfonos ZTE desaparecieron de las vitrinas de Colombia y más países, en realidad ZTE continúa existiendo y puede usar actualmente chips y licencias de Qualcomm.

¿Cómo se solucionó ese bloqueo? Con una negociación intensa que terminó en una multa de 1000 millones de dólares que ZTE debió pagar a estado norteamericano, más un fondo de 400 millones más como una fianza de garantía en caso de que hubiese algún inconveniente futuro. Y además tuvieron que aceptar cambios en su equipo ejecutivo, más un acuerdo que permitía vigilancia y supervisión de los Estados Unidos a ZTE.

Ese acuerdo luego fue rechazado por el Senado de Estados Unidos y finalmente quedó en prohibición de que ZTE obtenga contratos con el gobierno norteamericano.

Con ese antecedente, sabemos que hubo un freno muy grande al crecimiento de ZTE, y que si bien esa compañía siguió con buena salud, según BusinessInsider  vio mermados sus ingresos a solo 12.700 millones de dólares en 2018, después de que en 2017 habían alcanzado 17.000 millones. A mi me parecen igualmente cifras astronómicamente altas. Las ventas de Huawei en 2018 habrían sido de 105.000 millones de dólares, de acuerdo a información publicada por CNN en Español; y vendría en un alto crecimiento, mayor que el de Samsung y el de Apple.

Es fácil adivinar que el camino para Huawei será similar al de ZTE, pero con más perdidas y ganancias en juego. No parece viable que el estar en esa lista negra de comercio bloqueado con Estados Unidos por orden del gobierno acabe de un momento a otro con la empresa y sus productos; pero si significará un desgaste importante y fuerte que frene el crecimiento de Huawei, que parecía ser el nuevo líder mundial en venta de teléfonos inteligentes.

Lo que más le haría daño a la compañía china podría no ser el bloqueo comercial, del que saldrán de una manera o de otra, sino el golpe a la reputación por tanta información parcial que recibimos. Los equipos son de muy buena calidad y han roto los niveles de precios amenazando un mercado muy grande que parecía ya establecido en California y Corea (del sur, por supuesto). Y si además Estados Unidos percibe a Huawei como una amenaza también política y de seguridad nacional, es casi que obvio que llegue el bloqueo. Y que la diplomacia comercial entre a jugar un papel tan importante como el de la guerra comercial.

Es probable que, dadas las condiciones, Huawei termine el 2019 sin ser el fabricante más vendedor del planeta. Pero también, por acción y reacción, lo ocurrido con esta marca puede crear más cambios en el mercado global. Y podrían surgir sorpresas para la fuerte industria de los Estados Unidos si el bloqueo llegara a causar un efecto de rebote que acelere los cambios de la fortaleza comercial de China.

No olvidemos que en China, en las fábricas de Foxconn se manufacturan y ensamblan muchísimas partes y dispositivos de Apple. Pero también fabrican para Amazon, Cisco, Acer, Dell, HP, Intel, Motorola, Microsoft, Nintendo, Nokia, Toshiba, Sony y Samsung. Quizás Estados Unidos hoy parezca tener el mango de esta sartén caliente, pero China no necesariamente está indefensa ni tiene las manos atadas.

Si me preguntan a mi, yo sí me compraría ahora mismo un Huawei.