Hace un par de días, en medio de una conversación por Whatsapp con Aureola del Sol*, una amiga mexicana y colega consultora en social media, llegamos a la conclusión de que muchos de los políticos actuales no utilizaban de la mejor manera el Instagram, sino que la usaban como “una red más” y no como un canal estratégico de comunicaciones o marketing.

Y teniendo en cuenta lo hablado con ella, la invité a que nos compartiera su visión sobre este tema y adicional nos diera un par de recomendaciones para hacer uso correcto de esta red social en escenarios electorales y políticos. A continuación, les comparto sus opiniones.

Instagram se ha convertido en la plataforma digital de la vida perfecta, sí, en la que sus usuarios tratan de mostrar lo mejor de sí mismos por medio de fotos, videos, así como con las efímeras “stories” que la han convertido en la tercera red social con mayor número de usuarios en el mundo, pero salvo algunas excepciones la clase política ha fracasado en su uso porque no ha sabido adaptarse a ella, ha pretendido convertir ese universo visual en gacetillas y en un sitio más para su auto promoción con imágenes sosas de actividades políticas.

Por el contrario, los más de 600 millones de usuarios que alcanzó Instagram en este año, comparten los mejores momentos de sus viajes, aficiones, moda, belleza y todo lo que puede ser digno de presumir, para hacer de ésta un mundo narciso y perfecto en el que afloran los egos en su máxima expresión, además de que se ha convertido en el medio fundamental para la promoción de productos y servicios que van de la mano de los “influencers” en muchos casos.

Son precisamente estas características las que gustan, las que hacen que esta red social haya crecido en 200 millones de usuarios en relación al año pasado y entre otras, lo que acabo de describir no lo ha entendido la clase política.

Por lo tanto, si estos personajes han decidido entrar a esta arena, deben dejar a un lado ciertas prácticas que los muestran aburridos y “desactualizados”, lo que finalmente afecta su imagen mostrando que ignoran como funciona esta plataforma, incurriendo también en errores que “aborrecen los usuarios” y que a continuación se describo:

Llevar el aura oficial.- Mientras más “huela a oficial”, menos impacto tendrá: ¿a quién le gusta ver la imagen de un político en un podio o en alguna de tantas actividades oficiales?

¿Por qué en lugar de colgar una imagen durante un acto oficial se muestra algo que haya pasado tras bambalinas? A menos que se trate de Barack Obama o Justin Trudeau, a los “instagramers” no les gusta mucho ver a los políticos detrás de un micrófono.

No ser auténticos. – Pretender ser alguien que no es, así como tratar de imitar a figuras que tienen éxito resulta contraproducente, fingir casi siempre es perceptible. Si  a usted no le gustan los niños ¿por qué insiste en posar con ellos, abrazarlos, cargarlos o hacer cómo que juega para tratar de quedar bien? O ¿por qué quiere mostrar una persona haciendo actividades que en su vida ha hecho, como subirse a un transporte colectivo (público)? Si su trabajo está ligado al tema se verá congruente, de otra manera parecerá falso.

Ignorar el lenguaje de Instagram y pretender que es una gacetilla oficial. – Si además de inundar su perfil con imágenes de actos oficiales le agrega “comunicados de prensa” como mensaje, no se sorprenda que sus seguidores lo ignoren; cada plataforma funciona de manera diferente y los boletines de prensa caben bien en una página web, pero no en una red como Instagram, donde se privilegian las imágenes y textos cortos.

En conclusión, y complementando lo que nos compartió Aureola, resumo el trabajo político en Instagram en 3 elementos:

Si quieres contactarme, o continuar la conversación en redes sociales, acá puedes encontrarme:

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*Aureola del Sol es periodista y comunicadora. Master en Comunicación Política y Marketing Electoral por la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España); estudios de Doctorado en Ciencias de la Información (Universidad de Sevilla, España y Universidad Modelo en Yucatán, México). Se ha especializado en comunicación digital; es asesora en Social Media y Comunicación Estratégica de Gobierno.