A dos semanas de las elecciones presidenciales en Colombia, la tensión comienza a ser la protagonista de la campaña, no sólo porque cada equipo siente la presión del Día D, sino porque estos son días de ataques, mensajes duros, cansancio emocional, entre otros sentimientos que van quedando de varios meses de contienda electoral, tanto en los políticos que aspiran a ocupar la Casa de Nariño, como en los ciudadanos que desde diferentes orillas han vivido este proceso.
En varios textos hemos visto posiciones encontradas sobre quién va a ganar y en qué posición quedarán los otros, eso por supuesto es imposible saberlo al 100%, aunque sí podemos analizar los datos que se utilizan para construir estos pronósticos, para definir tendencias o sacar conclusiones. Uno de los espacios donde se genera mucha información y que amerita ser interpretada, son las redes sociales.
Por esta razón, en los dos artículos anteriores me dediqué a profundizar un poco sobre cómo les estaba yendo a los candidatos presidenciales en redes sociales, (Ver: Duque gana en Facebook, Petro en Twitter ¿Quién ganará en las urnas?) especialmente en Facebook y Twitter. Es importante tener en cuenta que los datos que compartí están asociados a las interacciones de cada uno en estos espacios, no a las menciones o búsquedas que hay de ellos, por eso no hablo acá de Google Trends por ejemplo, sino que me enfoco 100% en comentarios, reacciones (me gusta, me encanta, me divierte, me asombra, me entristece, me enoja) y compartidos.
En este tercer y último artículo de la serie sobre el engagement en redes sociales de los candidatos presidenciales, además de compartir los datos obtenidos con ayuda de la herramienta Octosync, quise invitar a varios colegas consultores para que nos compartieran su percepción sobre el trabajo que han hecho cada uno de los candidatos en sus canales sociales.
En Facebook hubo un aumento significativo en el número de publicaciones de Iván Duque, lo que pudiese significar que se percataron que en esta red estaban teniendo un buen resultado y quisieron aprovechar esa tendencia. Durante el tiempo analizado (28 de abril – 15 de mayo) duplicaron el número de post. Esto también generó que las interacciones fueran muy superiores al resto de sus contrincantes, incluso muy por encima de Gustavo Petro quien tiene el doble de seguidores que el candidato del Centro Democrático en esta red social
Lo curioso, es que aunque Petro generó menos contenido que todos los demás, analizando el número de post vs los compartidos, le fue muy bien, logrando la no despreciable cifra de 347.433 compartidos con tan solo 73 publicaciones, lo que contribuye a que el alcance de su mensaje aumente. En definitiva el candidato de la Colombia Humana es el que mejor engagement ha tenido en Facebook.
En cuanto al número de seguidores a Duque es al que mejor le va, teniendo un crecimiento del 27,95 %, seguido de Sergio Fajardo con un 26,89%. En esta medición el que menos creció, contrario a sus interacciones fue Gustavo Petro con tan solo un 7,45%. En este caso sus fans han «hecho la tarea» porque se han encargado de viralizar su contenido compartiéndolo con sus amigos y por esta razón aunque no aumentó muchos seguidores, sus post sí han llegado lejos.
Un candidato que tuvo un crecimiento significativo en seguidores fue Germán Vargas Lleras, quien pasó de tener menos de un 5%, a aumentar en un 15,01%, pese a esto, sus contenidos no fueron tan compartidos, quedando sólo por delante de Humberto de la Calle quien tiene 4 veces menos «fans».
Según la opinión de muchos analistas políticos los candidatos presidenciales no se han dado cuenta que Twitter no es la red donde normalmente está la comunidad, sino que es un espacio prácticamente dedicado a conversar (o pelear) con otros políticos, con empresas, o con medios de comunicación y no precisamente para fidelizar usuarios y por supuesto lograr votos.
Aun así, ha sido una red protagonista en este proceso electoral que termina el 27 de mayo, o el 17 de junio, en caso de una eventual segunda vuelta.
Quien mayor porcentaje de crecimiento en seguidores obtuvo durante el periodo analizado fue Iván Duque con un 7.45 %, estando muy cerca Humberto de la Calle con un 6.45 %, quien de nuevo fue el más activo en esta red social.
Indiscutiblemente quien menores resultados ha obtenido en redes sociales es Germán Vargas Lleras, quien aunque aumentó significativamente el número de tuits que publica, mantiene sus interacciones inferiores a las de todos candidatos, igual que su crecimiento en seguidores que es apenas del 1.33%.
Y aunque herramientas como Twitter Audit nos informan que más del 50% de los seguidores de Gustavo Petro son falsos, sigue siendo el que mayor número de interacciones genera en esta red social.
LOS CONSULTORES OPINAN
Iván Duque por Nury Gómez – @nuevagemela
Si el objetivo de las redes sociales es la interacción entre candidatos y sus seguidores, las de Iván Duque no pasan de ser tablero de avisos, de anuncios, de clasificados en lenguaje unidireccional: las discusiones siguen el ciclo de réplica, ataque, calumnia, denuncia y gritos entre seguidores y detractores.
Todos los grupos de apoyo en Facebook siguen el mismo patrón de anuncios y reporte de eventos con magnificación protagonista para sus promotores.
Los marcos de lenguaje, por supuesto de los seguidores, encuadran de manera simple las emociones para alcanzar el voto: miedo, justicia, moral, culpables y castigo. Son exitosos y repetitivos sin necesidad de debatir más allá de «narco», «castrochavista», entre otros.
Gustavo Petro por Miguel Jaramillo Luján – @MJaramilloLujan
Desde su salida de la alcaldía de Bogotá a finales de 2015, Gustavo Petro gestó una conciencia frente al relevante papel de las redes sociales en el relato de «liberador» de la inequidad desde una aproximación de humanidad. Y aunque sus cifras poco poco en cantidad han sido igualadas por los demás aspirantes con opción, es claro que Petro ha gestado una comunidad con voto duro, altamente emocional, que se moviliza desde y para la contradicción con un picante físico y digital que rompe con lo políticamente correcto.
Incluso desde algunas cuentas comic en diversos social media, consigue llegar a la irreverencia y la autosabotaje controlado de imagen. Lo de la bodega fue una acusación temeraria sin sustento, lo claro es que supo construir un ejército digital coherente, consistente y más orgánico que los demás.
Sergio Fajardo por Augusto Reyes – @augustoreyes
La verdad es que las redes de Fajardo son el fiel reflejo de su campaña en general…una gelatina sin sabor que dicen, tiene buenas propiedades y hace mucho bien pero muy poquitos la consumen porque sencillamente no atrae.
A lo largo de la campaña no vi nada extraordinario en las redes de Fajardo. Contenido meramente informativo nunca vi el gran propósito de dividir el contenido entre #SF y #ElEquipo si realmente no existía distinción alguna, de hecho sobraba porque en el fondo la línea era exactamente la misma.
Su característica principal es usar una narrativa emocional con generalidad informativa. A pesar de su crecimiento siento que ni en Twitter ni en Facebook encontró el gran canal de relacionamiento, su campaña estaba llamada a ser la estrella de las redes y sencillamente nunca se encendió.
Como ejercicio práctico creo que el uso de redes por parte de la campaña de Fajardo ha sido apenas un “manual” de lo que se debe hacer…como intento técnico, se quedaron debiendo a sí mismos.
Germán Vargas Lleras por Carlos Arias – @cariasann
A pesar de que Vargas Lleras mejora en las últimas semanas en la calidad de su comunicación política digital, no solamente desde lo orgánico, sino en un plan de pauta que se enfoca en Facebook y Google los anclajes cognitivos asociados a #TodoPorUnCoscorrón son sólidos y adversos a su intención de cautivar al voto de opinión. No obstante, ese bombardeo digital, la nueva plaza para la persuasión ciudadana, puede estar haciendo mella en el voto indeciso y utilitario.
Por su parte Fajardo, que se convirtió en el peor enemigo de su campaña al desvirtuar su identidad de ser #UnPresidenteProfesor que desconoce las razones de las protestas de los maestros y sus demandas ante un paro inminente, hace una campaña con menos recursos en lo digital y emula una ola verde que se aloja entre los que a pesar de él y sus declaraciones lo van a votar porque no encuentran conexión con las opciones polarizantes.
Para los dos se confirma que Twitter es una red sobre estimada en la que priman los militantes y no los ciudadanos, en dónde son importantes los insights de los peinadores y se da la línea de #Compol de las campañas, pero que poco o nada suma votos.
Humberto de la Caller por Carlos Suárez – @carlossuarezr
La cuenta de De La Calle es apenas descriptiva, transcribe apartes del programa o de los discursos del candidato pero, a partir de ella no pudimos conocer al candidato, su personalidad, su esencia. Las redes están hechas para mostrar lo que no muestran otros medios, el material al que solo su titular tiene acceso, son la ventana a la que nos asomamos a conocer a la persona y están concebidas para mostrar lo que no alcanzan a captar otros formatos, las redes son el lente para que el candidato conecte, se muestre, haga agenda, pesque seguidores, se conecte sin intermediarios con el elector.
El vídeo como herramienta reina de la comunicación política en redes, prácticamente no existió y cuando apareció, fueron fotos sin sorpresas, sin emoción. Y si de fotografía se trata, la cosa es peor, no hubo una sola imagen diferente a las repetitivas, aburridas, inexpresivas fotos de un anciano, sin majestad, rodeado por algunas personas, en las que fácilmente podrían ser las fotos de las viejas reuniones políticas del candidato a cualquier concejo municipal en la década de los 70s.
En cuanto al Facebook, no profundizaré en el análisis porque quien le manejó las cuentas al candidato, se dedicó de manera errónea y perezosa, a replicar lo que hacía en Twitter; además de no tener ningún norte editorial, tampoco tuvo en cuenta que son redes diferentes, con objetivos, lenguajes, públicos y dinámicas propias e individuales. Se puede presumir que, si el manejo del Facebook fue tan deficiente en su orgánico, en la pauta digital (que nunca me impactó mientras navegaba), fue igualmente desperdiciada.
El Doctor De La Calle es el político del pasado y así mismo se reflejó en sus redes.
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