No cabe duda que los costos consulares son altos. Sin embargo, debemos entender que las tarifas impuestas por la Cancillería afectan a todos los colombianos en el mundo y en especial a lo que hacen parte de la población vulnerable, sin empleo o que se deja el sueldo entre el arriendo y el envío de dinero a Colombia.
Estamos a menos de seis meses de las elecciones, al Congreso de Colombia y para pedir rebajas en los costos de pasaportes y otros trámites ya se han dejado ver propuestas de dos tipos: las que prometen y las que exigen. No haré mucho énfasis en ellas, porque no hacen parte de mi territorio. Sin embargo, respeto aquellas manifestaciones que exigen una mejora en las condiciones de vida de los colombianos en el exterior y miro con recelo aquellas que se confunden con el populismo irresponsable.
Siempre he dicho que después de la indignación viene la acción y es justo en ese «procedimiento para lograr los objetivos» donde se debe marcar la diferencia. Y no nos digamos mentiras, por más firmas que recojamos o por más manifestaciones que hagamos en las redes sociales y en las calles, las tarifas consulares no las van a rebajar sustancialmente. Eso es como pedirle a los políticos y funcionarios que se rebajen el sueldo a la mitad. Creo que no solo se debe prestar atención a las tarifas, sino trabajar con mayor sensibilidad por las demás necesidades de los colombianos en el exterior. Necesidades que van mucho más allá de los ámbitos cuantitativos y afectan a la población colombiana más frágil.
Las propuestas con las que me identifico son aquellas que solucionan y se fundamentan en la gobernanza; es decir, en el trabajo en red y democrático que busca consensos con las instituciones formales, las organizaciones y los agentes sociales para dar respuesta a las problemáticas más inmediatas de la población, pero sin darle gusto a todo el mundo.
¿Para qué? Para atender a la población vulnerable de connacionales que está fuera del país. El objetivo es defender de manera decisiva y rotunda un presupuesto que sea respaldado por el Estado colombiano para proteger en el extranjero a los desempleados, hipotecados, irregulares, a los que no tienen dinero para repatriar un cadáver y en general a los que se encuentran en una situación socioeconómica difícil y excluyente. ¿Cómo? Por medio de una reforma política que permita crear un Fondo para la Escasez y el Desarrollo del Migrante colombiano ¿De dónde saldrán los recursos? De la Ley de Regalías.
Si señores, la Ley de Regalías se rige por un sistema que entre otros objetivos busca crear unas condiciones de equidad en la distribución de los ingresos, tener fondos en épocas de escasez, y distribuir los recursos hacia la población más pobre generando mayor equilibrio social. Por el momento, la Ley solo favorece a los departamentos, pero con un planteamiento serio y capaz puede beneficiar a los colombianos en el exterior.
Los colombianos en el extranjero no estamos ubicados en un mismo sitio y por lo tanto nuestras realidades son distintas. La mayoría nos encontramos en Estados Unidos, España y Venezuela, sumamos la población de Cali y Barranquilla aproximadamente y aunque seguimos siendo colombianos por fuera de nuestras fronteras, conformamos constitucionalmente una circunscripción especial, así como los indígenas y las comunidades afrodecendientes.
Para favorecer a la población colombiana en el exterior más vulnerable, necesitamos una repartición más justa y equitativa de los recursos. Recursos que salen de un país donde se envía dinero mensualmente, donde está nuestra familia, nuestro arraigo, nuestras costumbres y con la mejor de las suertes está nuestra casa.
Debemos emprender acciones de gobernanza, que lideradas de manera responsable, beneficien a la población más necesitada. Existe una salida que no debe ser vista como una promesa donde le auguran ganarse la lotería, porque no hay nada peor que prometer lo que no se puede cumplir, pero si debe ser entendida como una posibilidad viable que bien liderada puede convertirse en una solución real. Una solución real con la que me comprometí a liderar y en la que tenemos una sola oportunidad.
Dibujo de Lucas Agudelo
Nota: La colaboración entre el dibujante y el escritor que se presenta en este blog está intencionada para producir reflexiones y preguntas desde medios expresivos diferentes. Los temas y las problemáticas son producto de las inquietudes comunes de los autores sin que esto signifique que exista un acuerdo previo sobre el enfoque de cada cual. Los autores se encuentren directamente en este blog como una forma de compartir o confrontar opiniones.