Para debatir sobre la religión está la declaración universal de los derechos humanos. Además, tenemos a la Constitución política colombiana como garante en la defensa del derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión. Sin embargo, en época de elecciones es muy importante saber plantear los debates, porque le permite al ciudadano tomar decisiones fundamentales en el momento de participar democráticamente.

La polémica gira entorno al movimiento religioso MIRA, a las declaraciones de su máxima líder María Luisa Piraquive, y ahora a los otros defensores que insisten en la benevolencia de las expresiones miraistas sobre el hecho. En ese escenario se destapan muchos cuestionamientos ¿por qué los del MIRA reniegan de la relación que tienen con su Iglesia? ¿por qué se vanaglorian de una ley antidiscriminación y no la practican? ¿por qué se autodefinen como los más honestos y transparentes cuando desde hace años vienen siendo criticados y ahora investigados por el uso indebido de sus recursos?

Los hechos hablan por si mismos y en numerosas ocasiones hacen cuestionamientos sobre ellos. Para la academia son fenómeno de estudio. (Lea aquí un estudio académico sobre su origen y funcionamiento político) Que su organización es jerárquica y discriminatoria no es algo nuevo aunque la base feligrés diga lo contrario. Los privilegios de poder que tiene la cúpula de dicho movimiento político-religioso son conocidos por la mayoría. A nadie lo obligan a ir a esa congregación ni a dar el diezmo, pero lo coaccionan espiritualmente que es peor.

Su poder para mantener cohesionado a sus seguidores está en la capacidad de convencimiento y movilización. Los testimonios milagrosos tienen un carácter económico y de bienestar, por eso no es posible que un pastor tenga mala apariencia o algún defecto o discapacidad a la vista; eso iría en contra de sus prédicas y atentaría contra la imagen de dicha empresa material de Dios, tal como se autodenominan. Ellos tienen la orden de hablar de requisitos, la mayoría democrática habla de discriminación.

Son muchos los cuestionamientos que salen a la luz y es la misma opinión pública, entre ellos los discapacitados, quienes manifiestan su descontento (Lea respuesta de una presentadora discapacitada a un Concejal del Mira). También los organismos de investigación y control están haciendo lo suyo. Sin embargo, lo que yo planteo es un debate que nos permita diferenciar entre lo público y lo privado, entre lo que de verdad nos concierne y lo que no como colombianos.

La religión o creencia hace parte de nuestro ámbito privado y está protegido por unos derechos universales y constitucionales, por tanto no debería de preocuparnos lo que haga la Iglesia del MIRA de puertas para adentro. Sus estatutos, sus profecías, sus requisitos, sus relaciones de poder interno son su problema.

Sin embargo, hay una línea entre lo privado y lo que no lo es. Siempre hay que defender el respeto y el derecho por las creencias religiosas, pero no se puede permitir en sociedad la obediencia al fanatismo por la estética y los principios discriminatorios que nos recuerdan lo peor de la teoría de la raza superior. No se puede consentir porque así lo hagan como requisito de puertas para adentro se reflejará tarde o temprano, de puertas para afuera, en las demás relaciones sociales. Y eso se convierte en un problema para todos los que convivimos en la democracia, produciendo diferencias entre humanos y amenazas para el desarrollo e integridad del individuo.

Estamos a tiempo y tenemos la oportunidad de elegir de manera integradora e incluyente a quienes nos defiendan con la misma fuerza y decisión a todos por igual, sin discriminaciones por nuestras apariencias, recursos o minusvalías.

La incoherencia inunda al MIRA y el verdadero problema está en los efectos negativos que producen como movimiento de puertas para afuera. ¿Por qué? Porque confunden y engañan a una ciudadanía que espera de la política un servicio público para todas y todos los ciudadanos, sin discriminar a nadie por sus orígenes, creencias, orientaciones o discapacidades. ¿Si no son capaces de hacerlo en su estructura interna, como lo piensan hacer con aquellos que no hacen parte de sus creencias?

@JavierUrreaC