Poder económico, poder intelectual y poder en masa. Me refiero a los más de cinco millones de colombianos en el exterior, que vienen siendo la suma de los habitantes de Cali más Medellín. Esa capital invisible de Colombia que está distribuida principalmente en Estados Unidos de América, España, Venezuela y decenas de países, pero que la histórica clase dirigente colombiana no la ve, pero la puede cifrar mediante los más de cuatro mil millones de dólares que recauda anualmente la economía nacional gracias el envío de sus remesas y divisas.
Los colombianos en el exterior no son actores relevantes dentro del sistema político porque el mismo sistema los tiene anestesiados y bloqueados. De más de cinco millones de connacionales, tan solo el diez por ciento tiene acceso al sistema electoral. Algo más de quinientos mil ciudadanos de más de cinco millones, han logrado superar las barreras de tiempo, costos y traslados kilométricos para inscribir su cédula en alguno de los consulados colombianos en el mundo.
Sin cédula inscrita no se puede hacer parte de la democracia, así de simple. Luego, el colombiano en el exterior que no vota, no lo ven; pero no lo ven, porque no vota. Es un círculo vicioso que debe romperse mediante el acceso al sistema político con garantías en igualdad de condiciones para poder participar en la toma de decisiones.
Los colombianos en el exterior tienen una democracia imperfecta que les impide ser sujetos activos dentro del sistema político. Al colombiano en el exterior lo invitan a la fiesta democrática pero no le dan la boleta de entrada, no le avisan, se la ponen a kilómetros de la casa y aparte de eso, le cuesta mucho. Es quien más difícil lo tiene y después le reclaman por el guayabo de la abstención.
¿Cómo superar estas barreras para hacer parte de una auténtica democracia? Para los colombianos en el exterior la urgencia tiene solución y está en las TIC (tecnología, informática y comunicación). Las soluciones digitales son las únicas alternativas que pueden superar todos los inconvenientes de costos, traslados y tiempos con los que se enfrenta la diáspora a diario.
Actualmente, se están defendiendo muchas propuestas para los colombianos en el exterior en la reforma político electoral que se adelanta en Colombia en el marco de la implementación de los acuerdos de paz. Se está discutiendo el punto dos de los acuerdos que habla sobre participación político electoral y en uno de sus numerales se explora la posibilidad de acercar las zonas más alejadas a los procesos electorales. Allí pueden entrar los colombianos en el exterior con propuestas viables que les permita ser incluidos en el sistema político electoral.
Entre varias propuestas, quiero destacar tres: 1. Inscripción digital de cédulas para el exterior, de forma permanente y que supere barreras de tiempo, costo y distancia. 2. Voto digital para colombianos en el exterior, que es distinto a voto electrónico. El voto digital se haría por medios digitales como internet, mientras que el voto electrónico se hace de manera presencial ante una máquina. El voto digital es mucho más barato, y 3. Ciberiniciativas ciudadanas que lleguen al Congreso y al gobierno, mediante firma digital. Será la herramienta para la democracia integral, para que la democracia nazca después de las elecciones y no muera con el voto.
Ampliar el potencial electoral, facilitar la acción del voto y establecer agendas desde la ciudadanía ante el poder legislativo y ejecutivo harán despertar al gigante dormido y convertirá a los colombianos en el exterior en un poder (económico, humano, intelectual y político) lo suficientemente relevante para nunca más pasar inadvertido. Hay que dar el paso, podemos ser pioneros, la democracia digital es el camino.
Nota: Lo invito a que respalde las tres propuestas anteriormente descritas o a que formule otras iniciativas en www.redformapolitica.co. Las propuestas ciudadanas más interesantes o con mayor respaldo serán discutidas por el gobierno y los partidos políticos colombianos.