Después de la eliminación de la segunda curul para los colombianos en el exterior, con la reforma de equilibrio de poderes de 2015, llega una oportunidad para que la diáspora colombiana no se sientan infra representada y logre visibilizarse ante un Estado que históricamente la ha sometido al abandono.
Los colombianos en el exterior son una capital invisible que suma las poblaciones de Medellín y Cali, y su potencial económico aporta al país, en divisas y remesas, aproximadamente cuatro mil millones de dólares anuales para el sostenimiento de la economía nacional. Es una especie de gigante dormido, con poder en masa, en recursos y en intelecto, pero sin ningún tipo de peso político. ¿Por qué? Porque no se vota, no se decide y se deja que la representación de más de cinco millones de connacionales quede en manos de unos pocos.
Los niveles de abstención electoral para las elecciones a la Cámara de los colombianos en el exterior han sido altísimos. En 2002 del 76%, en 2006 del 87%, en 2010 del 88%, en 2014 del 90% y en 2016 del 86% con el plebiscito por la paz.
Cualquiera diría que la ausencia de la diáspora dentro el sistema político se debe a la profunda abstención que reflejan los históricos electorales. Y razón llevan aquellos que explican la viciosa ecuación done el que no vota no lo ven, y no lo ven porque no vota.
No obstante, sería superficial culpar únicamente a la apatía ciudadana. El sistema político colombiano también impide el acceso a la democracia de la mayoría de la población colombiana en el exterior. No todos los colombianos en el exterior tienen un consulado en su misma ciudad. Eso lo subordina a condiciones de desigualdad con el resto de colombianos que están dentro del territorio nacional y tienen un colegio electoral en su barrio.
Votar en el exterior es una de las actividades más complejas, costosas y difíciles del mundo. Tan solo uno de cada diez connacionales tienen inscrita su cédula en los consulados y las barreras kilométricas, de tiempo, costo y falta de información le impiden acceder al sistema electoral. Sin cédula inscrita no se puede votar, no se puede decidir y en otras palabras no se puede ser ciudadano colombiano.
Hay alternativas y oportunidades. Por primera vez, el Ministerio del Interior de Colombia, abrió una puerta para que desde cualquier lugar del mundo los colombianos en el exterior puedan proponer iniciativas de cara a la actual reforma político electoral que se adelanta en el Congreso, usando la plataforma web redformapolitica.co. Se trata de pasar de la protesta a la propuesta y de la indignación a la acción.
Son varias las propuestas que se han enviado y entre las que más suenan para los colombianos en el exterior están: la inscripción digital de cédulas, el voto digital (en línea), el voto electrónico y las ciberiniciativas ciudadanas que lleguen al Congreso con firma digital.
Las propuestas ya llegaron a oídos del gobierno, tanto así que el Viceministro del Interior, Luis Ernesto Gómez, y el Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, las han sondeado en sus redes sociales. También son conocidas por varios congresistas quienes las ven con interés y posibilidades.
Las iniciativas con mayor respaldo ciudadano serán incorporadas en la reforma que se presentará ante el Congreso de la República. Ya se dio el primer paso el cual consiste en proponer agendas desde la ciudadanía, ahora se vienen los debates en el Congreso y la presión ciudadana sobre los legisladores para su aprobación. Sin duda, la democracia digital es el camino.
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