El pistoletazo de salida para la campaña electoral de 2018 inició con el plebiscito para refrendar los Acuerdos de Paz entre el gobierno colombiano y las farc en 2016. Las renuncias de Germán Vargas Lleras, Humberto de la Calle y las precampañas de Sergio Fajardo, Claudia López, Gustavo Petro y Alejandro Ordóñez prendieron el ambiente electoral en 2017.
En el exterior también han soplando vientos de campaña con la recolección de firmas para la resistencia civil principalmente en Estados Unidos (2016). El triunfo del Sí A La Paz en el exterior (2016), la reciente marcha del 1 de Abril (2017) y la consulta anticorrupción (2017), son manifestaciones pre-electorales que evidencian la polarización de la diáspora colombiana conformada nada menos y nada más que por más de cinco millones de habitantes. También son pruebas de que los temas de agenda pública y ciudadana giran al rededor de la construcción de la paz y la lucha contra la corrupción dentro y fuera del país.
A un grupo de colombianos en el exterior se les ocurrió la idea de instaurar una acción de tutela para proteger el derecho a la participación y solicitar más mesas de votación en las zonas alejadas a los consulados. El principal motivo es que miles de colombianos en el exterior queriendo votar no pueden hacerlo porque los consulados les quedan a kilómetros de distancia. Miles de colombianos en el exterior quieren acceder a la democracia, pero los obstáculos del sistema político-electoral se los impide.
¿Habilitará la Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia un número suficiente de mesas para votar en el exterior?
Identifico tres puntos a tener en cuenta para valorar los alcances de la cuestión: presupuesto, abstención y acceso al sistema electoral. Espero que estos comentarios sirvan de algo, ya sea para animar al debate o consolidar los argumentos que se interpondrán ante el Estado en beneficio de la democracia y los colombianos en el exterior.
1. Presupuesto y personal. Nunca hemos sabido cuánto presupuesto destina la Registraduría para las elecciones en el exterior, a pesar de los derechos de petición. Como no sabemos cuánto presupuesto se destina para unas elecciones ordinarias, tampoco podemos pronosticar cuánto se gastará en el exterior en un caso eventual donde se logre amplificar el número de mesas de votación. La falta de presupuesto es la principal excusa de los gobiernos.
En el exterior para las últimas elecciones, las del Plebiscito por la Paz, se habilitaron 1272 mesas de votación en 203 puestos ubicados entre representaciones consulares y diplomáticas. El censo electoral corresponde a 599.026 colombianos en el exterior para más de cinco millones de colombianos que residen fuera del país.
También debemos tener en cuenta que los funcionarios consulares son los que hacen de autoridad electoral, que no es lo mismo que ser jurado y testigo electoral, labor que debe desempeñar la ciudadanía. Los consulados dicen no tener suficiente personal ni siquiera para atender a la población de su circunscripción y cuando llega el periodo electoral es cuando más denotan su queja.
2. Alta abstención. Los niveles de apatía electoral para las elecciones a la Cámara de los colombianos en el exterior han sido altísimos. En 2002 del 76%, en 2006 del 87%, en 2010 del 88% y en 2014 del 90%. En 2016 del 86% con el plebiscito por la paz. Ese argumento de la elevada abstención se repitió una y otra vez cuando eliminaron la segunda curul en la reforma de equilibrio de poderes en 2016. Argumento indignante cuando todos sabemos que la democracia se resuelve con más democracia y no excluyendo del sistema político o eliminando espacios de representación.
Si bien es cierto que se están construyendo ámbitos de participación desde la ciudadanía con el proceso de conformación de la Mesa Nacional de la Sociedad Civil para las Migraciones, amparada en le Ley del Sistema Nacional de Migraciones (Ley 1465 de 2011), no es suficiente dicho espacio para más de cinco millones colombianos que residen y aportan económica, cultural y socialmente a Colombia desde el exterior. Por otra parte, impedir dimensiones de representación en el poder Legislativo y obstaculizar el Viceministerio para las Migraciones en el poder Ejecutivo sólo contribuyen a la segregación, aislamiento e invisibilización de la diáspora.
3. Acceso al sistema electoral. Recomendable hacer una campaña masiva de inscripción de cédulas en el exterior que no esté liderada por ningún movimiento o partido político tradicional, sino por la misma ciudadanía. No esperar que esa macrocampaña la lidere el Estado o el gobierno, entre otras cosas porque no les interesa. Esa macrocampaña debe estar liderada por la comunidad colombiana en el exterior autorepresentada en la ciudadanía y en las organizaciones de la sociedad civil.
Actualmente el censo electoral para el exterior no llega a 600 mil para más de 5 millones de conciudadanos en el mundo. Un argumento sólido consistiría en aumentar el potencial electoral y llevarlo por lo menos a más de un millón de ciudadanos en el exterior con capacidad para tomar decisiones dentro del sistema democrático.
La alternativa para aumentar el potencial electoral lo concede la tecnología y la democracia digital mediante la inscripción digital de cédulas. No obstante, hoy día lo que existe es la preinscripción de cédulas por internet, pero para formalizarla inevitablemente hay que desplazarse hasta los consulados. No se resuelve el problema de los costos y traslados kilométricos, pero se agiliza en algo el trámite.
Antes de hablar de candidaturas personalizadas o de apoyos para los partidos existentes, empecemos a dialogar sobre las garantías para acceder al sistema electoral. Solo 1 de cada 10 colombianos tiene inscrita su cédula en algún consulado en el mundo y sin cédula inscrita no se puede votar. ¡Así de simple!. Luego viene el histórico círculo vicioso donde “si usted no vota, no lo ven; y no lo ven, porque no vota”. ¿Llegó el momento de cambiarlo?
Antes de hablar de candidatos o partidos, hablemos de democracia. Antes de hablar de la protestas, hablemos de las propuestas. Antes de hablar de las personas, hablemos de las ideas, Por ahí es el camino.
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